Capítulo 21.

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Cuando Jolyne abrió los ojos, se encontró con un techo desconocido. Su visión poco a poco comenzó a aclararse y con ella su mente, pero fue hasta que se incorporó un poco en su cama que finalmente recordó donde estaba.

La cama era desconocida, la habitación no era la suya y eso era porque se encontraba en la casa de su papá. Los recuerdos de los últimos eventos llegaron a su pequeña mente haciéndole pasar por diversas emociones. Recordar que su mamá estaba lejos la entristeció, pero recordar que ahora vivía con su papá le llenó de alegría de nuevo, tanta que no pudo contenerse y se levantó de la cama de un salto para ir en busca de su padre.

Era domingo 11 de junio y era el tercer día de Jolyne en Boston, ya había pasado dos noches en la habitación que su padre preparó para ella y aunque dormir no era difícil, aún se despertaba algo aturdía al no reconocer de inmediato en dónde se encontraba, emocionándose por ello. Gracias a que el departamento no era tan grande como su casa, no corría riesgo de perderse en la búsqueda de su padre, encontrándolo en la cocina preparando el desayuno.

— ¡Papi! — Exclamó con una gran sonrisa al ver la figura de su padre frente a la estufa. No dudó ni un solo instante en acercarse a él con los brazos abiertos y capturar su pierna. — ¡Buenos días, papi! —.

Kujo Jotaro trasladó su atención de la estufa a su hija. Una pequeña sonrisa se formó en sus labios y pronto comenzó a acariciar los cabellos de la pequeña.

— Buenos días, Jolyne —.

La sonrisa en el rostro de la niña se amplió y se aferró con mayor fuerza a la pierna de su padre. Era tan pequeña que apenas y le llegaba a la rodilla.

— ¿Tuviste un buen sueño? —.

— ¡Sí! ¡Mi cama es muy suave! — Respondió alegre, ya que le encantaba la cama que su papá compró para ella, tenía muchas almohadas suaves y las mantas eran muy suaves también.

— Me alegra escuchar eso — La voz de Jotaro sonaba seria y su sonrisa había desaparecido, pero eso no significaba que estaba molesto ni nada parecido.

— ¿Qué estás haciendo, papi? — Preguntó curiosa, intentando asomarse a la estufa.

— Preparo el desayuno, hoy tendremos tamagoyaki —.

— ¿Tamago qué? —.

— Tamagoyaki — Repitió con el mismo tono neutral.

— Emn... No sé qué es eso ¡Pero si papi lo cocina será genial! — Declaró con aquella radiante sonrisa que tanto le caracterizaba.

— Ve a lavarte los dientes y la cara, el desayuno estará listo en un momento — Ordenó Jotaro volviendo su concentración al platillo.

— ¡Sí, papi! — La niña asintió con entusiasmo y se separó de su padre para ir al baño.

Después de su fiesta de bienvenida el día que llegó, su padre le llevó a su casa y le dio un recorrido, por lo que ya sabía dónde estaba el baño. Al llegar tuvo que pararse de puntillas para alcanzar la perilla de la puerta, pero lo logró sin mayores dificultades. Una vez dentro se dispuso a hacer lo que su padre le dijo.

Jolyne era una niña muy alegre y entusiasta a la que le gustaba mucho jugar e incluso hacer bromas, pero también era una niña muy obediente. Su madre le enseñó a acatar cada una de sus órdenes, también le enseñó a obedecer a sus abuelos y a cualquier figura de autoridad, por lo que no dudó ni un momento en ir al baño para obedecer lo dicho por su padre. Sin embargo había un problema que le impedía cumplir la orden.

Abrir la puerta fue sencillo, solo tuvo que estirarse de puntillas, pero por más que lo hiciera no era suficiente para alcanzar el lavabo, mucho menos su cepillo de dientes.

Star Kids - Jojo's Bizarre Adventure Donde viven las historias. Descúbrelo ahora