Capítulo 14

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Salgo del elevador del edificio de departamentos, lentamente intento no pisar el vestido y caminar con cautela por los tacones, no deseo tropezarme y mucho menos caer, me dirijo hacia el exterior, donde espera el chofer de Diamante, cruzo la puert...

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Salgo del elevador del edificio de departamentos, lentamente intento no pisar el vestido y caminar con cautela por los tacones, no deseo tropezarme y mucho menos caer, me dirijo hacia el exterior, donde espera el chofer de Diamante, cruzo la puerta principal y pareciera que Rubeus sale de sus pensamientos, me observa fijamente, ¿acaso tiene la boca abierta?, sin dejar de mirarme, podría jurar que está nervioso, ¿habré exagerado con el maquillaje?,

- ¿ocurre algo Rubeus?, ¡ah! por cierto, toma, no debí darte solo agua para acompañar tus alimentos, aquí tienes una soda-

Le sonrío y extiendo la mano con la botella.

- ¿Eh?, gra...gracias, señorita Serena, ha sido usted muy atenta conmigo-

Se sonroja y hace una reverencia como agradecimiento.

-Permítame ayudarla a subir al auto, no tengo duda que mi jefe quedará satisfecho al ver que el vestido le quedó a la perfección-

-gracias Rubeus, estoy agradecida con el señor Black, tiene muy buen gusto, sino fuese por él, creo que aun estaría preocupada buscando el atuendo adecuado para ir al evento-

-señorita Serena, mi jefe tiene muchos puntos a su favor, pero debo confesar, que uno de ellos es siempre pensar en los detalles, sobre todo si se trata de usted-

- ¿a qué te refieres?, ¿a mí? -

-creo que estoy hablando de más, no me haga mucho caso por favor. Es hora de irnos, el evento ya debió de haber comenzado-

Estoy nerviosa, siento mis manos temblar, después de un par de semanas, lo veré, tendré cerca esos ojos violáceos que hacen me pierda en mis pensamientos, he imaginado tanto como sería este momento, me pregunto si él ¿pensará en mí con la misma intensidad que yo lo hago?, ¿se emocionará?, ¿le gustará como me veo con el vestido que me regaló?, mi mente no deja de trabajar y quisiera tranquilizarme. Respiro profundo, suspiro, veo hacia la ventanilla del automóvil y comienzan las primeras gotas de lluvia.

-Señorita Serena, no debe  estar intranquila, diré algo que seguramente mi jefe se molestaría si se enterará, usted es una mujer muy bella, y hoy, simplemente se ve espectacular, así que, debe estar segura, que impactará con su sola presencia-

-ya veo... entonces soy muy obvia con mi nerviosismo, supongo que mi rostro es demasiado expresivo, por eso te percataste, agradezco lo que me acabas de decir, son palabras muy bellas Rubeus y me has dado mucha seguridad, creo que es lo que me hacía falta. Hace mucho que no asisto a algún evento o fiesta, y regresar de nuevo a reuniones con tantas personas, me hace sentir demasiado insegura...-

-señorita... hemos llegado, habrá alguien quien la recibirá en la puerta...-

Rubeus voltea a verme, tengo la sensación de que quisiera decirme más, pero se abstiene a hacerlo, solo me regala una sonrisa muy franca y amigable,

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