Deseos prohibidos

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Jazmín se encuentra aburrida en el palacio, decide dar un recorrido por las habitaciones, mientras se acerca a las habitaciones de la servidumbre comienza a escuchar extraños sonidos. Mientras comienza a acercarse más a la habitación, escucha que sueltan maldiciones, preocupada por que pueda estar una persona sufriendo abre la puerta para poder ayudar a la persona. 

Al abrir la puerta sus ojos y boca se abren, ahí frente a ella se encuentra el visir Jafar con sus pantalones abajo mientras se acaricia su miembro. Jazmín no puede dejar de ver como el visir acaricia su gran miembro mientras suelta jadeos y gemidos de placer, siente como su entrepierna comienza a mojarse. 

Jazmín no sabe cuánto tiempo se ha quedado en la habitación, pero siente como una corriente de calor se apodera de su cuerpo, su entrepierna está cada vez más húmeda. Comienza a salir de la habitación para que no la descubran en ese lugar, está en la puerta cuando escucha al visir gritar su nombre de placer, es en ese momento cuando siente salir algo de su entrepierna. Ella se sorprende al sentir eso, sabe lo que significa acaba de tener su primer orgasmo. Avergonzada por lo que sucedió, sale corriendo para ir a su habitación y darse un baño, para borrar todo lo que vio y sintió. 

Mas tarde esa noche la princesa no logra conciliar el sueño, el deseo que sintió antes, la comienza a atacar nuevamente, siente mucho calor por dentro que no logra aliviar con nada. Recuerda como una de las sirvientas del palacio les contaba a las otras chicas que eso que sentían era deseo y que lo único que podía aliviar ese sentimiento, era acariciar su entrepierna con sus dedos. Les conto que había un botón que se llama clítoris ese lo tienen que frotar con los dedos, también que en su centro podrían introducirse un dedo, dos o tres para sentir placer. 

Jazmín en ese momento pensó que lo que decían eran locuras, pero por cómo se sentía, sabía que todo era verdad tenía que hacer lo que había dicho aquella chica para poder descansar esa noche. Bajo su pantalón y sus bragas, abrió sus piernas mientras bajo su mano y comenzó a frotar su clítoris, al principio no sintió nada, pero al seguir tocándose comenzó a sentir mucho deseo.

Jazmín hubiera deseado que las chicas también hubieran dicho que mientras continuaban tocándose su mente comenzaría a imaginar sus deseos reprimidos. Mientras Jazmín aumentaba el movimiento en su clítoris, comenzó a sentir como unas manos remplazaban las de ellas, eran unos dedos largos y con callos, se sentía muy bien sus dedos frotando su clítoris. Gimió de placer sin poder evitarlo al sentir como aceleraban los movimientos en su clítoris.

Jadeo de placer mientras sentía como un dedo se introducía en su interior, movió sus caderas mientras pedía que metieran otro dedo en su interior, sintió como metieron dos dedos en su interior, los movían dentro de ella para después comenzar a sacarlos y meterlos. Jazmín se encontraba perdida de deseo, nunca había sentido placer por nada, ahora se encontraba completamente perdida en la lujuria de su fantasía. Una de las manos subió por su piel para bajarle su top y mostrar sus pechos, la mano del hombre comenzó a acariciar sus pezones. 

Los dedos de Jazmín se movían más fuerte sobre su clítoris, mientras continuaba con la fantasía, los dedos del hombre se movieron más rápido dentro de ella, sintió como su placer se acumulaba, la cara del hombre apareció frente a ella mientras le decía córrete princesa. Jazmín tuvo su orgasmo después de ver que era Jafar el hombre que la había estado tocando, mientras se corría grito su nombre fuertemente. 

Jazmín se sentía satisfecha, no podía creer que había fantaseado con el visir, él era un hombre mayor, pero no podía evitarlo sentía mucho placer al pensar como la tocaría y la haría sentir bien. Paso varias noches complaciéndose mientras pensaba en el visir. 

El palacio del placerDonde viven las historias. Descúbrelo ahora