Broken And Blue

Capítulo II "Todo un caballero"

“You've got a smile that could light up this whole town”

You Belong With Me(Taylor's Version)

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Abro la ventanilla de la camioneta y dejo que la suave brisa de verano toque mis mejillas sonrojadas por el calor. Es una dulce sensación que me hace cerrar los ojos y tomar un gran respiro. Por un instante el día parece perfecto. El cielo está tan azul y despejado como me gusta. Este podría ser un hermoso viaje en carreta. Lo tengo todo para ello: la música sonando en la radio y el paisaje deslumbrante a mi lado.

—Te vas a accidentar si sigues con media cabeza afuera del auto—intenta advertirme—Después no digas que no te lo advertí—dice el señor amor.

Damas y caballeros, la razón de mi despreciable viaje a la ciudad. Ojalá fuera un pequeño motivo, pero mide casi dos metros. Dos metros de mal genio, colonia empalagosa y encanto barato. ¿Hay alguna combinación peor en este mundo? Déjenlo saber en comentarios.

—No puedo creer que me haya dejado arrastrar a esto—susurro mientras me acomodo en el asiento del copiloto—Tendría que estar haciendo cosas más importantes—lo miro de reojo.

—No te dejé muchas opciones ¿O sí?—cuestiona sonriendo, muy egocéntrico para mí gusto.

Nunca le he pedido nada a Dios. Pero, en este momento, rezo por paciencia.

—Eres demasiado egocéntrico para alguien a quien la piel se le está cayendo como si fuese una serpiente —me defiendo y este se mira en el espejo retrovisor. Su rostro está rojo y se está descascarando—Te podría conseguir pomada para tu problemita—me burlo de él, por fin lo dejo sin palabras—Y en cuanto a las opciones, usaste a mi abuela para hacerme chantaje emocional. Si que sabes jugar tus cartas—acuso y él solo desvía sus ojos azules del camino un momento para dirigirlos hacia mí.

—Lo superarás—dice y saca el teléfono de su bolsillo.

Una notificación le llega y mientras conduce responde el mensaje. Un auto viene por detrás de nosotros y toca la bocina para que adelantemos el pasó. Ryker acelera suavemente y el auto se va un poquito a la derecha. El conductor del otro automóvil nos pasa por al lado y grita una palabra que no alcancé a comprender. 

—¡Mirada al frente!—grito y de un volantazo casi nos manda a la otra vida—¡Eres un imbécil! ¡Casi me matas, tarado!

—¡Quieres dejar de insultarme!—iguala mis gritos y sus mejillas enrojecen—¡Tu eres el que casi nos mata con sus gritos!

—¡No me grites!

—¡Tu has empezado!

—¡Claro que no!—tomo un respiro—Soy una persona bastante pacífica.

—Y yo soy Hannah Montana.

—Es que no me entra en la cabeza cual es tu afán conmigo. Nos conocimos hace menos de veinticuatro horas—suelto de golpe—Eres un tarado obsesivo.

Estoy tan molesto que podría saltar ahora mismo del auto en movimiento y correr veinte cuadras con tal de no volver a ver su rostro. Mis huesos de porcelana no aguantaría la caída y  quizá muera en el intento. La pregunta es: ¿Valdrá la pena?