Capítulo 1: Reforzar la amistad.

63 2 0
                                    

1 de Enero del 2019

—La verdad no sé porqué cada vez que nos vemos terminamos besándonos —musito, ampliando una sonrisa de labios cerrados—. Es algo de locos.

Me mira haciendo un mohín, —¿Acaso no te gustan mis besos? —indaga, dándome una mirada asesina—. Ah, dime. —insiste.

—Yo nunca me he quejado de la forma en que me besas con esos malditos labios carnosos. Besas muy bien para ser una otaku que no se baña. —respondo entre pequeñas risas y me aparto unos metros.

¡Estúpido! —me insulta, aproximándose—. Yo me baño tres veces al día para tu información.

—Oye, tranquila —le hablo con serenidad. Se toma en serio mis palabras—, Sólo es una broma.

—A veces, me caes mal —resopla—, Pero te soporto porque te quiero.

—Me gusta cuando dices que me quieres.

Actualmente, Elaine no es de esas chicas que suelta un "te quiero" a todo momento, lo hace de manera espontánea y me regocija cada vez que lo hace. Después de su última relación quedó algo traumadita y se ha vuelto una chica muy fría, tajante y sombría. Es poco accesible, hay una coraza que protege su corazón y por eso se la pasa ignorando a los chicos que le escriben. Son muchos, pero a ninguno le responde, sólo a mí.

Hemos sido amigos desde el 2014. Es increíble cómo ha pasado el tiempo. Ya somos adultos y hemos madurado un poco.

El primer año fue difícil ser su amigo, porque me gustaba y quería una relación con ella. Físicamente es hermosa, pero su personalidad fue lo que me atrapó, lo que me enganchó y dije: aquí quiero quedarme. De hecho hasta imaginé cómo serían nuestros hijos. ¿Qué loco no? Es que cuando yo la conocí sentí ese click, esa vibra bonita, esa sensación de amor. Sin embargo, las cosas entre nosotros nunca se dieron y terminamos siendo amigos muy cercanos.

El segundo año de amistad fue bastante complejo. Yo la estaba pasando muy mal con el desamor. Habían días que quería desaparecer, otros donde no dormía bien y muchas veces ni apetito tenía. Era un desastre andante, pero Elaine siempre estuvo para apoyarme, para darme ánimos y hacerme reír incluso cuando no tenía ganas de hacerlo. Creo que fue la única persona que me vió apagado, que me vió desorientado, que me vió maldecir, que me vió roto. Tal vez la llevé al punto del hartazgo, pero nunca fue capaz de abandonarme. Ella se quedó y por eso la considero una de las personas más destacada y especial de mi vida.

El tercer año de amistad fue especial y confuso. Nos dimos el primer beso. Ni siquiera bebimos o lo planeamos. Simplemente se dió. Recuerdo que me estaba hablando de lo que quería estudiar en la universidad y yo embelesado. Ese día la vi tan preciosa, el maquillaje resaltaba su belleza y creo que cualquiera ser humano hubiera sucumbido.

—Te ves diferente a otras ocasiones. —le dije, mientras observaba sus cejas pobladas, sus largas pestañas y el labial rojo en su boca.

—Ah, ¿sí? —habló, frunciendo el ceño—. Sólo es un poco de maquillaje. Estaba viendo cómo hacerlo en el canal de una youtuber muy conocida —me explica con detalles de cómo logró hacerlo—, pero no me quedó como esperaba.

—Pues me atrevo a decir que Te quedó bien —musité, mientras disimulaba mis ganas de robarle un beso. Era lo más lindo que había visto—, Muy bien. —finalicé.

—¡Gracias! —agradeció, con las mejillas totalmente ruborizadas.

Recuerdo perfectamente todo lo que sucedió, siento como si hubiera sido ayer. La plática se había alargado un par de horas y por más que quería evitar mirar su boca no podía. Cuando me di cuenta sentí un pequeño impulso y me acerqué tanto que, ya estaba a dos centímetros de su boca. Podía percibir su aliento y su tenue respiración. La ola de nervios no se hizo esperar, pero no sé que pasó, cuando quise detenerme ya era demasiado tarde... la había atrapado en un beso suave y tierno por lagos minutos.

Al Diablo La Amistad.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora