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Han pasado unos días desde el incidente con mi padre

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Han pasado unos días desde el incidente con mi padre. Creí que las cosas mejorarían con el pasar de los días, pero me equivoqué, pues me enteré de que mi padre no fue procesado debido a que Yuriko había apoyado la versión de este en donde dice que la responsable de todos los actos de mi hermanastro fue bajo mi influencia y que cuando él se negó a ayudarme, lo maté.

Ante aquella noticia me desanimé demasiado, pero Takeomi me sugirió encontrarme con mi madre para que así pudiéramos hablar sobre lo que estaba sucediendo. Por un momento había vuelto a tener esperanzas, no obstante, esa pequeña esperanza se esfumó por completo cuando hablé a escondidas con Chifuyu, pues él me comentó que nuestra madre había olvidado por completo todo lo que vivió con mi padre.

Con mi padre, Yuriko y la policía en mi contra (y el hecho de que mi madre no recordara que tuvo una hija) no podía hacer nada más que ocultarme, pues si salía a la calle podría ser reconocida por alguien y me encerrarían.

Pensé que estaría ocultándome de por vida, pero Wakasa trajo a una amiga suya para que así me ayudara a cambiar y así sea casi imposible reconocerme. Al principio me sentí incómoda e inquieta con la nueva apariencia, pues no estaba acostumbrada a usar ropa bonita, una peluca y por supuesto usar maquillaje. No obstante, con el pasar de los minutos empecé a olvidarme de ello y salí a la calle.

La gente de la calle no me reconoció y eso me hizo sentir aliviada. Entonces, lo primero que hice fue ir a la casa de Mikey para hablar con él, pero al no encontrarlo allí me dirigí hasta el lugar donde la Toman organizaba sus reuniones, pues creí que allí me lo encontraría.

Caminé por unos minutos, entonces, he podido ver a Mikey parado en la cima del santuario mientras hablaba con Takemichi. Pensaba dirigirme hacia allí, pero en ese momento he podido presenciar como los demás miembros de la toman comenzaban a aparecer y se formaban en sus respectivas filas.

Estaba por comenzar una nueva reunión, así que decidí mantenerme un poco alejada y así esperar a que terminaran de hablar para poder acercarme a Mikey.

—¡Escuchen con atención! —gritó Mikey una vez vio que todos llegaron—. Nosotros hicimos muchos sacrificios, pero después de derrotar a Tenjiku... ¡Toman es ahora la pandilla número uno en Japón!

Los miembros de Toman sonrieron con orgullo al oír aquello y continuaron esperando a que su capitán siguiera hablando, pero lo siguiente que dijo Mikey los dejó sorprendidos, pues Manjiro ha dicho que desde este momento la Tokyo Manji Gang quedaba disuelta.

La mayoría comenzó a irse cuando Mikey terminó su discurso, por lo que solo quedaron los capitanes y sub – capitanes en el lugar. La tristeza abundaba en los rostros de los ahora exmiembros de Toman, no obstante, esa tristeza no tardó en esfumarse cuando Hakkai propuso realizar una cápsula del tiempo para conmemorar aquella separación. Fue entonces que Mikey dijo que debían de escribir unas cartas para sus futuros yo y que las abrirían específicamente en 12 años.

—¿Por qué en 12 años? —preguntó Angry.

—¿Quién sabe? Pero... ¡Esto suena divertido!

Todos se pusieron de acuerdo en encontrarse en una semana para traer las cartas, por lo que poco a poco comenzaron a irse. Entonces, cuando ya no vi a nadie cerca de Mikey, me moví de mi sitio y me acerqué a él. Mikey se encontraba mirando el cielo con una expresión de angustia y eso me hizo preocuparme. No obstante, cuando notó mi presencia, la expresión en su rostro cambió por completo y ahora me miraba con intriga.

—¿Akira? —preguntó a lo cual asentí lentamente—. Te ves...

—Rara, lo sé.

—No. Iba a decir linda.

Mi corazón latió con rapidez cuando oí sus palabras y vi su sonrisa. No obstante, esa pequeña y agradable sensación comenzó a desaparecer cuando noté la inquietud en la mirada de Mikey.

Manjiro miró la cima del templo donde él siempre se posicionaba para así liderar a su pandilla, luego soltó un suspiro y se acercó a la escalera para finalmente sentarse.

—¿Te arrepientes?

—No lo sé.

—Todavía puedes dar marcha atrás.

—No. No puedo —dijo—. Esto tiene que ser así.

—¿Por qué?

—Todo lo que ha pasado hasta ahora es debido a esta pandilla y mis decisiones —dijo al momento en que miraba el cielo—. Baji... Emma... Ellos acabaron así debido a esto...

—No. Eso no es cierto —dije mientras me acercaba y me sentaba a su lado—. Lo que les sucedió a ellos fue por culpa de Kisaki Tetta. Él y su retorcida mente causaron este desastre, así que, no te culpes.

Creí que mis palabras minimizarían esa inquietud o que incluso se esfumaría, sin embargo, Mikey continuaba con la misma expresión mientras miraba el cielo.

—¿Hay algo más que te esté preocupando? —pregunté, pero él se mantuvo en silencio—. No es bueno guardarse las cosas. Pero, si no deseas hablar sobre eso que te preocupa... Yo no insistiré.

Él dejó de mirar el cielo y esta vez me miró directamente a los ojos, por lo que pude notar que el brillo en sus ojos había desaparecido.

—Mi abuelo quiere hacer una denuncia. Él quiere demandar a los que le hicieron daño a Emma para costear los gastos del hospital —dijo—. Tenemos un dinero ahorrado, pero no sabemos cuánto durará...

—Las facturas de los hospitales son cada vez más caras, así que entiendo por qué tu abuelo quiere hacer esa denuncia.

—Sí. Pero no puedo dejar que lo haga.

—¿Por qué? —pregunté confusa—. Con los antecedentes que hay es muy posible que ganen.

—Lo sé. Sin embargo, si permito que mi abuelo haga esa denuncia... la responsabilidad caería en ti.

Me sorprendí, pues había olvidado por un momento el hecho de que toda la responsabilidad de los actos de Kisaki Tetta estaban puestos sobre mí. Me mantuve en silencio durante un momento, entonces, sentí como mi mano era sostenida con suavidad y al volver a mirar a Mikey, he notado que su expresión se tranquilizaba.

—No te preocupes. No dejaré que nada te suceda.

—Pero... Ustedes necesitan el dinero...

—Nos las arreglaremos de alguna forma —dijo sin soltar mi mano—. Además, Emma se enfadaría si se entera de que te hemos colocado en problemas.

Volví a mantenerme en silencio, pues no sabía muy bien que decir. No me agradaba la idea de tener más problemas, pero tampoco me agradaba el hecho de que ellos podrían endeudarse por las acciones de mi familia.

Todo lo que estaba sucediendo era un completo desastre y no sabía cómo resolverlo.

Todo lo que estaba sucediendo era un completo desastre y no sabía cómo resolverlo

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HEARTS; Sano Manjiro. ✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora