🔱 Epílogo 🔱

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Una suave sonrisa adornaba los rosados labios de Evie mientras observaba a su  alrrededor con entusiasmo, la felicidad se desbordaba por cada poro de su piel.

Tras cinco largos años todo en su vida había cogido forma, su reconciliación con Mal, su inmenso amor hacía Ben, el apoyo que sus amigos le ofrecían incondicionalmente, el Reino tan próspero que tanto ella como Ben habían conseguido y lo más importante, sus dos hijos.

Pues sí, Evie y Ben habían tenido gemelos, algo que fue una gran sorpresa para todos, obviamente una buena y encantadora sorpreza que había venido para alegrar aún más la vida de los monarcas y de todo el Reino, sobre todo a sus abuelos, los que los consentían demasiado.

Emma, la niña y primogénita de la pareja Real, futura Reina de Auradon, Emma era la copia exacta de Ben, ojos verdes y cabellos rubios, su pequeña princesa de cinco años era la consentida de todos, sobre todo de Mal, la cuál adoraba a sus sobrinos con toda su alma, sin embargo, la pequeña Emma era su debilidad, a su corta edad ya demostraba el fuerte carácter que portaba, cosa que enorgullecía demasiado a Ben.

Por otro lado, estaba Lian, el gemelo menor, este a diferencia de su hermana era mucho más dócil de carácter, portaba unos hermosos cabellos azules al igual que Evie, sin embargo, había heredado también los ojos de Ben.

Ambos eran la adoración de sus padres, los cuales no podían evitar sentirse más que orgullosos de ellos.

Unas manos en su cintura la hicieron voltear el rostro hacia un lado, encontrándose frente con frente con el hombre dueño de su corazón, a pesar de los años el amor que ambos Reyes se tenían no había disminuido en lo absoluto, algo que todo el Reino podía contemplar cada vez que los veían juntos.

Ben observaba a su esposa con tanta adoración que hacía que cualquiera que los viera creyera realmente que el amor real existía, o al menos eso es lo que Mal les decía.

-Estás preciosa, amor -Ben susurro en su oído en tono bajo pero sensual, logrando erizar la piel de su esposa.

-Es la fiesta de cumpleaños de nuestros hijos -respondió con una sonrisa- Tenía que estar presentable

-No es cierto, tú siempre estás hermosa

Ben besó la mejilla de su esposa con cariño para luego observar frente a él la gran celebración que se llevaba a cabo.

Obviamente Jane no iba dejar pasar tal oportunidad y se había encargado personalmente de realizar los preparativos pertinentes, con ayuda de Mal y Audrey, las cuales eran las tías consentidoras, los gemelos las adoraban pues siempre que Evie o Ben los regañaban ambos hermanos iban a refugiarse con ambas mujeres, haciendo que varias veces se burlaran de los Reyes por eso.

Ben besó con suavidad la mano de su esposa y la giró lentamente para que lo mirase a los ojos.

-¿Sabes que tú eres la imagen más bella de este mundo? -susurró en Rey.

-¿Por qué? -sonrió dulcemente Evie.

-Por que  te miro y me gustas -confesó con una sonrisa- Y te vuelvo a ver y me gustas mucho más, y es un sentimiento hermoso

Evie se sonrojó sin poder evitarlo, y Ben aprovecho para besar tiernamente su naríz, sacándole a su esposa una sonrisa tímida, a pesar de los años vividos juntos, Evie no podía evitar seguir sintiéndose exactamente igual hacia Ben, su esposo aún tenía el poder de ponerla tímida y que la sensación de que millones mariposas vivían en su estómago nunca se fuera.

-No sabes cuántas noches pasé soñando con la historia de amor más bella -confesó la Reina- Con una historia dónde estuviéramos tú y yo -besó los labios de su esposo- Una historia llena de ternura y detalles

Ben sonrió tan brillantemente que hasta el mismo Sol se vería opacado a su lado, pero es que no podía evitarlo, amaba tanto a la mujer frente a él, que sería capaz de traerle la Luna si ella se lo pidiera.

-Dime una cosa amor, ¿En un principio, tú qué esperabas de esta relación? -preguntó Ben.

-Todo -Evie sonrió suave- Quería vivirla intensamente, que fuera tan frágil y al mismo tiempo tan fuerte que nada pudiera romperla

-Bueno, creo que lo hemos logrado ¿No? -Ben sonrió de lado.

-Sí, hemos formado una familia hermosa y quiero que siga así, Ben yo quiero amarte sin límites, sin miedos, quiero que solo seamos nosotros y nuestros hijos

-Evie, ¿tienes idea de cuánto te amo?

La Reina sonrió, admirando la sinceridad en las palabras del amor de su vida.

-Sí, pero nunca me canso de oírlo

El Rey tomo con suavidad su rostro y dándole una suave caricia, repitió las palabras que hacían al corazón de Evie saltar como loco en su pecho.

-Te amo, pitufita -susurró sobre sus labios.

-Y yo a tí gatito -respondió con un suspiro enamorado.

Y Ben la besó, de fondo se pudieron escuchar las bromas de sus amigos con respecto a su romántico momento.

Y Evie sonrió en medio del beso, ella era felíz, inmensamente felíz.

After Kiss {Bevie}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora