El Mago del Caleidoscopio -COMPLETOS-

Capítulo 36: Los ojos de una bella durmiente

Descargo de responsabilidad: no soy dueño de Harry Potter, el Sharingan en ninguna forma, ni ninguna parte del Nasuverse, que actualmente va a quedar un poco en segundo plano.

Advertencia: Hay un poco de Hermione/Daphne en este capítulo. Usted ha sido advertido.

mangekyo

Cuatro días después de que todos se instalaron en sus dormitorios (y después de que Harry recuperara su aula del tercer piso, previamente abandonada, llena de sofás y escritorios transformados), los Gryffindors y Slytherins tuvieron su primera clase de Defensa con Moody.

Harry apareció en la habitación poco después del desayuno, con Hermione y Daphne. Se sentaron en silencio mientras todos entraban y el tiempo en el que debería haber comenzado la clase pasó.

De repente, la habitación se sumió en la oscuridad.

"Savoir comment les chooses sont en forme", susurró Hermione, tocándose el puente de la nariz así como la de Daphne. Sabía que Harry no tendría problemas para ver en la oscuridad. El hechizo (una obra francesa de un mago del siglo XVII) no se parecía en nada a los hechizos normales de visión nocturna. En cambio, se basó en el oído y el olfato para dar a los magos una imagen de cómo se formaron las cosas.

"Allí", dijo Daphne. En verdad, su voz era terrible, estaba llena de un tipo de poder que ninguna bruja de catorce años podría haber tenido. Había aprendido a superponer su voz con magia de Harry. "Siéntate y contempla la naturaleza", murmuró juntando las manos.

Una enorme raíz surgió de la piedra y rodeó a lo que solo podía ser su maestro de defensa, le hizo retroceder los brazos dolorosamente y apretó la mano de la varita del hombre con tanta fuerza que lo obligó a soltarla.

"¿No es usted un mago, profesor Moody?" Harry se preguntó en voz alta, su encanto de Sol Naciente atravesando la maldición de la Falsa Oscuridad.

"¡Sí!" dijo el hombre atrapado en las raíces.

"Bueno, supongo que puedes mostrarnos cómo salir de eso entonces, ¿verdad?"

Moody apretó los dientes.

Harry sospechó al instante. En el Torneo de Duelo de Moscú de 1948, Moody había demostrado una gran habilidad para escapar de las trampas incluso después de lanzar algunas de las configuraciones más elaboradas. O los cánticos de la casa de Daphne eran más que poderosos, o el hombre simplemente ya no estaba hecho para los duelos.

"Suéltame, Potter", dijo finalmente, después de varios minutos de forcejeo y varias risitas.

"¡Ni siquiera lancé eso! ¿Ni siquiera viste quién la lanzó?" Harry se preguntó, con los ojos muy abiertos. ¿No era el ojo de Moody que lo ve todo?

"¡Quien haya lanzado eso, que me suelte!" él gritó.

Daphne frunció el ceño y deshizo el canto. Moody saltó del suelo y bebió profundamente de su frasco, que sin duda estaba lleno de poción de salud. Tenía el mismo brillo que tenían algunas de las pociones en la clase de Snape.

"Crees que eres tan bueno, ¿eh?" Moody escupió. "¡Eso no sería nada para un verdadero mago oscuro! ¡Un verdadero mago oscuro vendría lanzando maldiciones que podrían matarte si te tocaran!"

"Si te tocan en absoluto", murmuró Harry.

"¿Qué fue eso, Potter?"

"Dije 'si es que te tocan'", respondió Harry, su expresión equivalía a un desafío.

"¿Crees que puedes esquivar un hechizo que no ves venir, Potter?" preguntó Moody, su voz peligrosa.

"Sí, en realidad. Apuesto a que puedo esquivar cualquier hechizo que me lancen, siempre y cuando no sea de área amplia. ¿No escribiste un artículo para Defense Journal sobre esquivar?" preguntó Harry de repente.