la Bella y la Bestia〔Adaptación Namjin〕

VII: Soy un unicornio, sin celular y me gustas mucho

En eso de las siete de la noche, el director me trajo a casa en su auto, Namjoon tenía un carro por lo cual no hubo necesidad de que también lo llevase a su casa.

-Jin -me llamó el director- no molestes a tu padre, comprende su situación...

-¡Me llamó inmaduro!

-Lo eres.

-No -bufé.

-Sí.

-Que no.

-Sí, sí que lo eres

-¡No! ¡No, no, no, no, no, y no! -pataleé. Hubo un silencio incómodo donde sentí mis mejillas calientes- tal vez un poco...

-Un poco demasiado. -rió- Nos vemos mañana Jin, trata de no llegar tarde.

-Si, gracias por no suspenderme, mi papá y yo le estamos muy agradecidos... Siento que no lo parezca de mi parte -

-Está bien, cuídate Jin -acarició mi cabeza en un gesto fraternal y se dirigió a su auto.

-Creo que le gustas -susurraron en mi oído.

Lancé un grito muy fuerte, aterrado por quien se encontrase a mi lado. Cerré mis ojos con fuerza y alcé mis manos en un intento de protegerme.

-Toma lo que quieras, menos mi teléfono y mi virginidad -chillé. El hombre a misterioso lanzo una carcajada e inmediatamente lo reconocí- ¡Te voy a matar, viejito pelado! - grité mientras salía corriendo para atrapar a mi papá.

Él parecía estarlo disfrutando que lo correteara como un niño de 5 años, mientras yo estaba cansada y enojada. Mi dolor de cabeza tenía un nombre y apellido, lastimosamente era mi papá.

-¡Ya para! -grité- ¡Me dices inmadura y tú eres el que juega a las atrapadas! -suspire y busqué en el bolso del pantalón mi teléfono. No lo encontré.

Busqué en mi otro bolsillo y en los de la parte trasera, nada. Me comencé a desesperar y tanteé en todo mi pantalón buscando mi teléfono.Entonces, ahí estaba mi papá sentado en el pasto con mi celular entre sus manos, picaba la pantalla repetidas veces con su dedo índice y bufaba. Me reí y me acerque a él, sentándose a su lado.

-No es 'touch' papá, se usa el teclado -le indiqué.

-¡Esta cosa del demonio no sirve! -gritó mientras lo aventaba hacia el otro lado del viejo jardín. Abrí los ojos en grande.

-¡Papá! -grité aterrado. Corrí en busca de mi pobre celular y cuando lo encontré... Este había pasado a mejor vida- ¡No! ¡No, no, no, no, no, no! ¡Papá! ¡Está roto! ¡Mira lo que hiciste! -chillé. Me tiré para gritarle y ya no estaba. Oh vamos, ¿primero mi celular y ahora papá? Solo falta que lo encuentre roto también- ¡¿Dónde estás?!

Encontré a mi padre dormido en el sofá.

Tomé un cojín y lo empecé a golpear. Se levantó asustado y se protegía con sus manos para evitar mis golpes.

-¡Viejo malcriado! -grité llorando- ¡Rompiste mi celular! ¡Era mío! ¡No es justo!

-Te compro otro, deja de golpearme Woojin -rogó.

- Seokjin papá, Seokjin. Además, ¿con qué maldito dinero? -gruñí- ¡Tenía el autógrafo de Ed! ¡Consígueme uno igual!

-¿Y ese quién es?

-¡Ugh! ¡Te odio! ¡Mi celular! -lloré y volví a golpearlo con el cojín- ¡¿Te gustaría que rompiera tu colección de Elvis?!

-No, no te atrevas...

-¡Tú rompiste mi celular!

-Elvis es más importante.

-¡No! ¡No lo es! -grité. Sin esperar otro segundo aventé uno de sus discos del rey del rock al suelo y lo pisé. Papá gritó, se tiró al piso e hizo caras raras que me hicieron reír- Estamos discutiendo, no me hagas reír.