TUTTO PER TE

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Al despertar lo primero que divisó fue el techo color crema con ligeros detalles dorados, no tenía ánimos y no quería moverse, no recordaba mucho de anoche, pero como recuerdo fugaz unos labios y ojos hicieron acto de presencia un poco borrosa.

Llamaron a la puerta y no supo que contestar.

-Joven Min, soy Greta, iré a comprar carne y pasaré por frutas al huerto— Aclaró y antes de tener una respuesta dió media vuelta y salió del pasillo.

Yoongi la escuchó irse y antes de levantarse suspiró pesadamente, tenía dolor de cabeza horrible y los brazos le dolían a morir. Justo antes de levantarse miró el gran conjunto de pintura casi seca en el piso y partes de su ropa. Aún sin darse cuenta de lo que había hecho, retiró el chaleco y corset aliviandose un poco por tener nuevamente oxígeno. Estiró su espalda y justo antes de pasar su pañuelo por el rostro se dió cuenta del gran mural frente a él.

No solo era grande, era maravilloso e impactante. No recordaba nada de lo sucedido, pero sin duda era impresionante su talento. Pues en la pared se encontraba el dibujo de aquel joven salvatore, sosteniendo un arma, los labios rojos cuál carmín, sus ojos cafés y lo que sin palabras lo dejó, fue la ropa, pues  usaba nada más y nada menos que un camisón color amarillo. El delgado tirante del hombro izquierdo estaba a punto de caerse, detalles anaranjados se veían por los bordes y sin dejar pasar, miró aquel pezón café.

Estaba claro que era un artista nato, aún estando ebrio pudo realizar aquella encantadora pieza. No hacía falta nada. Pero, cuando terminó de analizar las facciones, no tenían la vida que el buscaba, necesitaba algo... No, a alguien, para practicar sus texturas.

Tomó pluma y papel, comenzó a dibujar labios, todos pomposos, deseables. Siguió con los ojos, misteriosos, valientes y seductores. Si tan solo...

-Joven Min, lo necesitan abajo. — Habló Hyungwoo desde la puerta.

-Ahora bajo. — Contestó.

Rápidamente quitó toda prenda de su cuerpo y se envolvió en una bata de seda color vino, sus cabellos negros llenos de pintura caían por sobre su frente, dándole un aspecto desarreglado pero sensual. Salió de su habitación y bajó directamente a la entrada de su casa, ahí parado con una camisa beige desgastada, pantalones cafés, botas de jardinería y un sombrero se encontraba el chico de hace un día. Reluciente de limpio y tan lleno de vida con esas mejillas rosadas, los labios hermosamente rojos y sus ojos, curiosos por las cosas que pertenecían en el hogar.

Por el contrario, Jimin veía las cosas asombrado, pero no tan impactado, en el castillo había mejores cosas, pero viendo que el embarazo de Gloria no le quedaban muchas opciones, más que pedir trabajo en la casa del señor Min, así podría estar cerca de casa y quizás llegar más temprano.

Al principio pensó que el tan alabado "señor Min" era un viejo de 60 años que nunca pudo sentar cabeza y ahora se mantenía pudriéndose en aquella lujosa casa. Pero al verlo un día antes, juraría que una mirada pudo llamarlo, lo sentía.El señor Woo a su lado, era amigo de su padre y cuando Jimin le contó la situación el decidió ayudarlo, llevándolos a este escenario.

-Joven Min, él es Park Jimin, hijo de Park Seojoon un amigo mío.—

Yoongi dió un paso al frente y quedó a  dos metros del muchacho, con esta cercanía podía observar con detenimiento las cejas y los mechones de pelo.

Jimin por su cuenta dió un paso enfrente e hizo una reverencia de menos de 90 grados. Ésto a Yoongi le pareció inusual, aunque fueran de descendencia asiática le era extraño un saludo así, entonces extendió su mano y a los pocos segundos unos dedos rellenos pero muy delicados hicieron contacto, erizando su piel y mandando escalofríos a su cuerpo.

Yoongi lo miró a los ojos, y estos solo mostraban desinterés. Cómo si su visita a esa casa fuera forzada. Entonces preguntó

-Muy bien, ¿Que te trae a mi propiedad, Jimin?  — Preguntó Yoongi separando sus manos y tomando asiento en el sofá individual, invitando al chico a sentarse frente a él.

Jimin suspiró y antes de hablar miró fijamente los ojos de Yoongi, sin titubear, sin mostrar miedo o alguna emoción que lo hiciera ver temeroso o delicado.

-Vengo a buscar un puesto de trabajo aquí, anteriormente trabajaba en el castillo del Rey, pero después de unos incidentes decidí pedir una recomendación a mi superior— habló y miró a Woo, quién al ser nombrado miró a su jefe.

-Joven Min, espero que recuerde que hace 2 semanas yo buscaba un agricultor, mi espalda ya no es la misma desde aquel accidente, y un joven fuerte y dispuesto como Park, me parecía una buena opción, así que esta mañana fuí a su hogar para darle un pase directo— Explicó

El dueño de la casa los miró dudando, pero ¿No era eso lo que quería?, Tenía al chico más bello antes visto frente a él, y no solo eso, quería trabajar para él. Más tiempo, más detalles. Y quizás...

-Esta bien, podrás trabajar aquí— Jimin casi se pone de pie para darle un apretón de manos, sellando su "contrato" pero Yoongi habló antes — El trabajar aquí implica sacrificio y entrega, eso quiere decir que algunas veces pasarás la noche aquí, claro que, puedes tomar una habitación. Siempre y cuando yo esté enterado. Hyungwoo podrá enseñarte nuestro huerto, eso también implica cuidar a los lechones y animales de nuestra pequeña granja, tu pago será semanalmente — Yoongi se puso de pié y extendió su mano, retandolo, con la misma intensidad de aquella sensual mirada.

Jimin ni se inmutó por el tono o por la mirada que estaba respondiendo el hombre frente a él. Así que sin titubear acepto el apretón. Y quedó sellado.

-Hyungwoo te enseñara la casa, puedes elegir cualquier habitación, excepto el pasillo de mi estudio.— Ordenó y salió de la habitación, dejando a sus dos empleados.

-Eso sin duda salió mucho mejor de lo que esperaba, espero que puedas seguirme el ritmo Jimin, lo que menos me duele, es la espalda — Hyungwoo rió.

-Más que eso, tengo que agradecerte, Gloria lo agradece más que nadie, ya la conoces— sonrió

Hyungwoo pasó su brazo sobre el hombro del muchacho y lo guío por la lujosa casa. Mencionando cada rincon, cada detalle, los alrededores y sobre todo marcó una orden "Nunca, pero nunca, entres al estudio del joven Min, es muy delicado en cuestión de su espacio"

Jimin asintió y miró el atardecer por sobre la casa, vaya su sorpresa al elver la misma silueta del hombre que lo contrató hace unas horas. Parado en el balcón, observándolo con un vaso de whisky.

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Soft ice cream
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24/06/2023

TOCCHI D'ARTE - YMDonde viven las historias. Descúbrelo ahora