Secreto de amor | Miguel O'hara one shots

⊹.˚˳˖ sueño húmedo

Los sueños húmedos son placenteros, pero ser capaz de cumplirlos en compañía de tu bello esposo es aún mejor.

૮ ◜ᵕ◝ ა nsfw, fluff, sexo sin protección, one shot +2k.

agradecería que lean la nota del final, gracias!! (*ᴗˬᴗ)⁾⁾⁾

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Para ser una joven adulta con una vida sexual plena, la presencia de sueños húmedos nunca fueron una sorpresa para ti. De vez en cuando solías experimentarlos, no muy seguido, pero si eran lo suficientemente agradables como para ser consciente de ellos. No sabías por qué, pero el placer que experimentabas en ellos era suficiente para despertarte a mitad de la noche, mojada de tus fluidos y con una gran sensibilidad que te hacía temblar, exactamente como esa noche.

Era un jueves por la madrugada, al otro día debías trabajar y a tu lado estaba tu amado esposo, quien igual tenía un horario laboral bastante pesado.

Tu respiración era algo pesada y notaste que estabas sudando un poco, pero la excitación que recorría tu cuerpo era muy grande para ignorarla, que hasta el roce de las sábanas contra tu piel contribuía a tu estado. No recordabas con exactitud lo que sucedía en tu sueño, simplemente eras consciente de que estabas siendo penetrada a tu gusto por tu amado esposo, quien tenía un cuerpo digno de fantasías.

Reconocías que era una locura lo que estabas por hacer y que incluso podías arreglártelas tu misma junto a tus dedos, pero la calidez del cuerpo de Miguel era suficiente para erizar tus bellos y aumentar tu deseo.

Tu mano fue lentamente a su pecho desnudo, Miguel dormía plácidamente con su cuerpo inclinado hacia ti, por lo que lo removiste con lentitud, tratando de que tu toque sea suave y cariñoso, esperando no arrepentirte.

– Miguel, mi amor, despierta– susurraste con calma, observándolo removerse poco a poco un tanto confundido. Su tan conocido ceño fruncido apareciendo en su rostro, provocando que quieras reír ante lo tierno que se veía renegando entre sueños.

– ¿Amor? ¿Pasó algo? – preguntó aún adormilado, observándote con sus ojos levemente cerrados.

La luz de los faros que se filtraba por las cortinas era suficiente para que seas capaz de ver su expresión de confusión, provocando que sonrieras nerviosa y cómplice a la vez.

– Y-yo... Es solo que, estoy excitada– confesaste rápidamente y sin vergüenza, acariciando con suavidad su pecho. Adorabas que en esa época decidiera dormir sin camiseta, dándote la libertad de observar su fornido pecho.

– ¿Qué? – preguntó aún más confundido, observándote interrogante y con una ceja levantada. Te daba ternura su reacción, pero no querías demostrarlo por temor a que se molestara.

– Es que estoy muy mojada y te necesito– jadeaste apenada, observándolo a los ojos con nerviosismo, no queriendo dar muchos detalles. Sabías que no iba a ser fácil persuadirlo, pero nada que un poco de insistencia no funcionará, ya que, de todas formas, Miguel estaba loco por ti.

Tus cabellos alborotados, tu pijama desordenada y la expresión apenada que estabas mostrando fueron algunas de las cosas que despertaron no solo la curiosidad en Miguel, dispersando cada pizca de sueño de su sistema. Tu moreno sonrió derrotado y se recompuso en la cama, quedando cara a cara contigo.

Lo observaste expectante, aun con tu mano en su pecho ladeaste levemente la cabeza hacia un costado, tratando de que tu actuar lo convenza.

– ¿Me ayudaras, mi amor? – susurraste viéndolo a los ojos– Te necesito dentro. Ni bien pronunciaste las últimas palabras notaste como su mandíbula se tensaba y el cómo bajaba la mirada, soltando un dramático y sonoro suspiro derrotado, cediendo ante tus deseos.