4: The Witch

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LA BRUJA

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LA BRUJA

Gareth entró en pánico, intentando encontrar alguna parte débil en la jaula de metal oxidado. Willow gritaba como si la estuvieran torturando, lanzando suspiros fuertes y cansados de vez en cuando.

Pateó el candado con todas sus fuerzas, estaba tan e incluso más oxidado que la jaula. 

Sintió que tenía una cuenta regresiva para escapar, que no la contaba ningún número u objeto, sino la voz de Willow, que cada vez perdía más fuerza.

El metal oxidado comenzaba a rajarse y Gareth pateó con más fuerza. Llegó un punto en el que la jaula se rompió antes que el candado y Gareth escapó. Corrió hacía los gritos de Willow, en la sala principal y a un lado de la chimenea. La anciana estaba sobre ella, susurra cosas y le quemaba el estómago con un dije de oro que calentaba con el fuego.

La anciana tenía un manto rojo parecido al de Willow pero más oscuro y a pesar de que su ropa estaba toda rota y sucia, su manto estaba intacto y limpio. Sus ojos eran rojizos, como si hubiera llorado, pero no estaban cristalinos, sino secos. Su sonrisa era grande con dientes muy amarillos, casi marrones.

Y Gareth rápidamente notó que el olor tan fétido que había sentido provenía de ella, se podía oler a bastante distancia.

La anciana notó la presencia de Gareth. Agarro a Willow y le colocó el dije ardiente en el cuello, apretando poco a poco, como una amenaza silenciosa de lo que pasaría si Gareth se acercaba más.

A su alrededor había un palo de metal, pero estaba demasiado cerca de ellas y no se creía lo suficientemente fuerte como para lanzarle una silla o la mesa de madera. Se creyó derrotado hasta que notó un pequeño cuchillo cerca de él.

Tenía miedo. Joder, estaba cagado. Pero no se iba a rendir tan fácilmente.

Caminó lentamente hasta el cuchillo, que la anciana no notó.

—¡No le hagas nada! ¡Por favor!

—¡No diremos nada! ¡Déjanos ir! —habló Willow. La anciana chillaba, no parecía saber hablar.

El cuchillo ya estaba bastante cerca de Gareth, pero no podía agarrarlo sin que la anciana se diera cuenta antes e hiriera a Willow.

De repente ella mordió la mano de la anciana y Gareth aprovechó para agarrar el cuchillo y apuñalarla en el brazo. Willow se alejó arrastrándose, hasta que se hizo bolita en el suelo bajo los dolorosos temblores que sus quemaduras le provocaron, incapaz de pelear.

La anciana agarró los brazos de Gareth y ambos forcejearon. El niño perdió el forcejeo, terminando en una posición en la que la anciana lo tenía arrodillado y lo abrazaba por la espalda.

Luego sintió una asquerosamente dolorosa mordida en su hombro derecho, pero no podía defenderse. La anciana lo mordió con todas sus fuerzas, casi arrancando un gran pedazo de carne de ahí. Gareth sintió su brazo derecho más débil, así que lo usó como escudo para que la anciana se concentrara en él y su brazo izquierdo lograra alcanzar el ángulo perfecto para alcanzar el cuchillo de nuevo y volver a apuñalarla, esta vez cerca del cuello, justo abajo.

Sin embargo a la anciana parecía no afectarle ni un poco. Sus heridas a penas sangraban y Willow lo notó. También notó él metal que antes había utilizado para intentar defenderse y recordó vagamente que la anciana también se había quemado con el dije que usó para quemarla a ella.

Willow comenzaba a sospechar que esa anciana era una bruja, o algo así.

Con una idea en su mente, se arrastró hasta el metal, que no estaba muy lejos, y lo acercó al fuego de la chimenea.

Luego sintió un pequeño arranque de valentía y fuerza que utilizó para intentar defender a Gareth, empujando a la posible bruja. Sacó el cuchillo y volvió a enterrarlo, esta vez en su cuello. La bruja no se molestó en sacarlo y empujó a Willow tan fuertemente que el golpe la dejó un poco tonta. Gareth lloraba y gritaba en el suelo, su herida sangraba muchísimo y casi no podía levantar su brazo derecho.

Estaba débil y la bruja lo sabía. Se acercó a Gareth, le agarró el hombro herido y lo apretó con fuerza, provocando un dolor terrible que casi lo desmaya. Willow intentó llegar hasta el metal caliente, antes de que pudiera acercarse mucho, la bruja la agarró del pie y la arrastró. Sus quemaduras ardían peor por la fricción de la madera.

La bruja se detuvo no muy lejos y los dejó solos. Willow levantó su mirada hacia Gareth, que apenas podía mantener sus ojos abiertos. Gareth también la miró a ella, los preciosos ojos de la niña estaban rojizos y parecían temblar, al igual que todo su cuerpo.

Willow señaló con su mirada al metal caliente. Gareth se tragó su miedo y su dolor otra vez. Y se arrastró hasta quedar cerca.

La bruja volvió con dos cuerdas gruesas. Ató agresivamente los pies de Willow, luego sus brazos y pasó esa cuerda por su boca, impidiendo cualquier sonido.

Luego llegó a Gareth. La bruja le dió la espalda un pequeño segundo en lo que agarraba la cuerda. Gareth aprovechó para tomar el metal caliente y cuando la bruja volvió a mirarlo, Gareth la apuñaló en el pecho.

Esta vez sí pareció afectarle. Largó un terrorífico chillido agudo, como de un animal pequeño siendo torturado. Se retorció en el suelo e intentó quitárselo, chillando aún más.

Gareth se dejó caer, ya sin fuerzas. La bruja también parecía perder fuerza y bastante sangre, así que salió corriendo con una velocidad sorprendente. Se escuchó el ruido de vidrios rotos y luego un profundo silencio.

Miró a Willow, que respiraba con dificultad y ni siquiera intentaba desatarse de la soga. Se arrastró lentamente hacia ella, durando lo que parecía una eternidad.

—Ya se fue —susurró —. Huyó. Estaremos bien. Todo estará bien.

Aunque intentó, no pudo deshacer el nudo, así que sólo quitó la soga de la boca de Willow. Ella dió un fuerte suspiro, sintiendo por fin poder respirar bien.

—Mis padres ya se están tardando. Estarán aquí en un segundo. Se supone que estarían aquí. —murmuraba Gareth, parecía intentar calmarse a sí mismo antes que a Willow.

—Gareth...

—¿Qué? Ya está. Ya terminó...

—Cállate.

Gareth dió un largo suspiro y el silencio reinó la sala.

Habían sobrevivido, a pesar de lo heridos que estaban. Había acabado, todo había acabado y estaban bien.

La puerta principal se abrió.

𖢄𖢄𖢄

Este fue capítulo más difícil de corregir. Es gracioso porque yo parecía tan desesperada por escribir que mi letra cada vez se ponía más horrible y tenía más faltas ortográficas.

Parece que mis brotes de inspiración siguen iguales jsjs

- O&S

La Niña del Manto Rojo [Terminada]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora