Capítulo 5; El pequeño señor y no me olvides

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El pequeño douma bosteza mientras la somnolencia lo envuelve. Caminando por un tiempo y el niño descubre durante el viaje que su resistencia es ridículamente débil. Douma habría caído muerto en medio de un territorio desconocido si no fuera por el guardián que se ofrece en silencio a llevar al niño a la espalda.

Presiona su cabeza contra el hombro del guardián, manteniendo los ojos cerrados mientras expresa una expresión suya.

"¿Aún no me has dicho tu nombre o me equivoco al suponer que tienes uno?" -Douma susurra, esperando una respuesta que no llegará, así que continúa- "Si no es así, estaré encantado de darte sugerencias"

Entre las cosas que se buscaban del pequeño señor, estaba un nombre para darle a un recién nacido. Honestamente, a él le desagrada más está solicitud que, en muchas ocasiones, se negaría rotundamente y recurrió a decirles que nombrar a su hijo es responsabilidad. Por que el nombre de un niño se entrelaza con los sueños de los padres, pero su guardián no es un niño y douma cree que el hombre tiene un nombre que se adapta perfectamente a sus poderosas características. Por otra parte, si no se le ha otorgado un nombre, el niño le proporcionará uno apropiado.

"Es Kokushibo..."

Los ojos de Douma se abren de golpe, escuchando al guardián revelar su nombre, imperturbable. Levanta un poco la cabeza, la nariz se arruga con disgusto y los labios se tiran hacia abajo. Aún que no se conmueve al presenciar las pérdida de vidas, Douma considera inquietante a la persona que le otorgó el nombre asociado con la muerte. ¿Qué clase de padre tonto llama a un niño algo desagradable?.

"Tu nombre me hace sentir... triste pero pareces estar en paz con él. ¿Es por que te has acostumbrado a que te llamen así?"

"Simplemente respeto lo que se me ha dado" -Kokushibo responde con calma.

-Douma toma esto como una oportunidad para hacerle otra pregunta a Kokushibo, ya que esta de buen humor para responder- "¿Eso implica que también honras a la persona que te lo ha dado, o simplemente respetas la acción misma?"

"...." -Solo había un silencio completo y nadie respondió.

"Oh, el tiempo de hablar ha terminado" -Douma hace un pequeño puchero, mientras ajusta su agarre sobre los hombros de Kokushibo. Mira hacía el cielo solo para fruncir el ceño, viendo la luna completamente velada por las nubes- "Los humanos son así, ¿no? Me refiero a la mayoría de los que frecuentaban en mi templo"

Douma sintió que Kokushibo movía la cabeza para mirar en la dirección que estaba señalando.

"Están envueltos por capas sobre capas de amargura y desprecio que hacen que la luz sea incapaz de atravesar la oscuridad o que vean el mundo a través de una lente más clara" -Douma le explica con un tono de disculpa. El aura de Kokushibo-dono es algo similar...-

"Ahora entiendo el firme interés de Muzan-sama en alguien tan joven como tú"

-Sorprendido por la respuesta repentina y el margen de confusión adorna los rasgos de Douma- "Así que Muzan-sama me conoce mucho antes de este arreglo..."

-Kokushibo continúa- "Sin embargo, a pesar de lo inteligente que eres como niño, ignoras las graves consecuencias que conlleva su gran oferta"

"¿Estás preocupado por mi bienestar, Kokushibo-dono?" -El corazón de douma se hincha de alegría, sus labios se estiran en una suave sonrisa- "Si quieres saberlo, estoy preparado para el precio que tengo que pagar. Incluso, si nunca encuentro a la persona que estoy buscando"

-Kokushibo no preguntó por qué, ni quién, pero douma quiere que el hombre lo sepa de todos modos- "No soy una persona que derroca su vida sin cuidado, por que muchas personas que vienen a mi templo necesitan ser salvadas, así que tengo que vivir lo más que pueda, pero... esa persona es diferente..."

La aventura del pequeño señor (Douma)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora