Capítulo 4; El pequeño señor y el samurai de seis ojos

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El pequeño Douma examina los artículos que colocó en su futón, pensando en lo que debería de llevar. Kibutsuji Muzan-sama le ha dado media hora para prepararse, afirmando que tendrá a alguien que lo acompañe durante las noches y luego lo vigile desde lejos en los días siguientes.

Esta agradecido por la amabilidad de Kibutsuji-sama, pero la siniestra base que podía sentir en la atmósfera hace un tiempo cuando miró a los ojos de ese ser poderoso, trajo dudas de que douma realmente estará a salvo al final. Las flores aplastadas bajo las suelas de las sandalias de Kibutsuji dieron al pequeño señor una clara advertencia de quién es en realidad.

Ese Kibutsuji Muzan no es un Dios lleno de gracia, si no un ser de sangre fría que manipula aquellos que, según él, estan por debajo de él. Douma sabe que ha sellado un trato con el diablo y puede llorar temprano por la vida que perderá cuando cumpla los 20 años, pero no lo hace.

Después de todo, Douma no se valora mucho a sí mismo. Si lo hiciera, ya se habría rebelado y dejando el culto sin la ayuda de ese demonio. Sin embargo, en este mismo momento, esta realmente agradecido por Kibutsuji Muzan.

"¿Pero, y si no la encuentro...? ¿Qué pasa si él me quita la vida antes que yo? ¿Qué pasa si ella visita el templo mientras que yo estoy buscándola? ¿Qué pasa si... que pasa si ella ni siquiera está all-" -Douma se abofetea en ambas mejillas, volviendo a concentrarse en la tarea que tiene entre manos- "No, lo es. No debo de tener estos pensamientos tristes"

Ha pasado quince minutos y aún no ha empacado nada en su bolso. Frunciendo los labios, entrecierra los ojos en la pequeña bolsa de dinero en el borde del futón. Es suficiente, piensa, suficiente para sobrevivir un mes a menos que un ladrón logré robarlo.

Por lo que escuchó, el dinero es todo lo que una persona necesita para vivir. Mientras uno tenga la riqueza, puede ir a lugares y comprar lo que sea que necesite, y quiera. Algo de ropa de repuesto para incluir también sería bueno y un arma para defenderse.

A pesar de tener ocho años, ya sabe lo cruel que es el mundo. ¿Cómo podría no hacerlo cuando todo el día, todos los días, eso es lo que escucha o tal vez son las personas que viven en él y las que hacen que en el mundo sea desagradable, lo que hace que vivir sea una experiencia desagradable?. Douma a menudo tiene esos pensamientos por que los seguidores siempre culpan a las personas y nunca a la naturaleza.

Pero hay pocos, está seguro, que hacen que la existencia de uno quiera permanecer por el tiempo que se les permita.

Douma ha conocido a ese tipo de persona y su voluntad de encontrarla lo ha dejado desconcertado al principio. Él tiene tantas preguntas que quería hacerle, pero el tiempo con ella fue fugaz y también lo es el tiempo de su preparación para la partida.

Douma arroja rápidamente los dos Yukatas, la bolsa de dinero y el abanico de guerra de su familia en una gran bolsa improvisada de tela que debe usar cruzada. Mira alrededor de la habitación para ver si se pierde algo.

"¡Las coronas de flores!" -Exclama al recordar dónde lo dejó por última vez, en su trono.

El líder de la secta sale rápidamente de sus dormitorios y corre hacia el templo, notando la ausencia de sus seguidores en el camino.

Sus pasos vacilan a medida que se acerca a la espaciosa habitación a penas iluminada, con los ojos muy abiertos ante la sombría exhibición. Los cuerpos de sus seguidores yacían inmóviles debajo de su trono, mientras que un hombre se sienta en silencio con las piernas cruzadas en la plataforma elevada.

-Douma murmura, mientras dirige la vista ante él- "Mis seguidores..."

"No están muertos" -Su voz es mucho más profunda que la de Kibutsuji Muzan pero también tiene un aire de superioridad- "Simplemente están inconscientes y deberían de estar despiertos en una hora más o menos"

"Oh... entonces, ¿Eres mi guardián?" -Douma pregunta con un poco de vacilación ya que no podía ver que expresión tenía el hombre, debido a la escasa cantidad de luz que había en la habitación.

El hombre gruñe en respuesta

"¿Eso fue un si...?"

El cuerpo de Douma se congela, al darse cuenta de que su guardián ya no está frente a él, si no detrás de él. Dominando su forma más pequeña, cuando él guardián estaba a punto de abandonar el templo, Douma habla una vez más, deteniéndose en seco.

"Necesito sacar algo de esta habitación, antes de que nos vayamos

Douma no espera la respuesta del hombre, mientras va a recuperar la corona de flores de su asiento, por que ahora sabe que a este hombre le gusta el silencio. Agarra la corona de colores que le regalo su amiga y se quita la corona negra que le dieron sus padres.

"Volveré, mis deberes están en espera" -Él susurra y luego sigue al guardián fuera del templo. ¿Que pasará con el culto que estará en otro lugar? se pregunta. Nadie, ni siquiera él, podría haber predicho el día en que dejaría el cargo aún que sea temporalmente.

Una vez que los dos finalmente están fuera del territorio, Douma observa claramente cómo se ve su guardián y mira el perfil lateral del hombre.

"¿Hay algo más que necesitas recuperar?" -La repentina pregunta del hombre lo toma desprevenido y Douma mira hacía otro lado pero rápidamente lo vuelve a mirar.

"Tienes seis ojos..." -Douma señala y él parpadea confundido, sin saber a donde debería dirigir su mirada.

"Eto..." -Mira el par que se sienta en la frente del hombre, luego parpadea al conjunto en los pómulos y finalmente al medio, en donde los ojos humanos se colocan naturalmente- "¿Cuál debo...- -Douma rápidamente cierra la boca cuando los tres pares de ojos brillan ominosamente antes los suyos coloridos.

-Él no aparta la mirada esta vez, Douma no tiene miedo de haber visto mucho peor que este número anormal de ojos incrustados en la cara del hombre- "Ya parpadeé un par de veces y no te he pillado haciendo eso. ¿No te sacaran los ojos?"

Cómo era de esperar, se recibe silencio.

"Una espada..." -Douma murmura al ver la katana colgando a un lado- "Eso significa que eres un Samurái, puedo decir que uno poderoso"

Sutilmente, la comisuras de los labios del hombre se contrae al escuchar el cumplido.

"¿Me protegeras hasta el final de este viaje?" -Douma pregunta, mientras que mira la corona en sus manos, sintiéndose como un niño que sigue haciendo preguntas tontas, aún que en realidad lo hace y buscando información.

El guardián permanece en silencio durante un rato a medida que se alejan, pero en la inquietud de la noche. Le ofrece una mano a Douma para agarrarse y el pequeño señor lo encuentra más reconfortante que los raros abrazos de sus padres.

(Y bueno, hasta ahí llega la parte final de la historia. Adivinen quién está ahí:D el kokoooo, es broma ISKSKSKS XD. Pero bueno, espero que estén bien y no se olviden de votar, me avisan en los comentarios si hay algún error para poder arreglarlo y ya extraba actualizar)

Historias que están en procesos de mis cuentas;

Curar (Kibutsuji Muzan y Tú, por ahora esta en proceso y en algún momento se va actualizar. Esta en mi segunda cuenta que se llama Lovelyapplehead y ahí la pueden encontrar)

Por casualidad del destino (Tomioka Giyuu, también está en mi segunda cuenta y la pueden encontrar ahí. Por ahora, esta igual de proceso y estaba escribiendo la parte 2 hace rato)

Kimetsu No Yaiba/Book (Esta en mi tercera cuenta, se llama Shallow_Sleep7 ahí esta el pequeño libro de Kimetsu y una historia de ahí mismo, esta en proceso)

La aventura del pequeño señor (Douma)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora