e p í l o g o.

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Querida Harmony:

Te parecerá increíble lo rápido que pasan los años, ¿cierto? Sí, yo también pienso lo mismo. Esta es la primera vez que, después de casi cuatro años, te esté escribiendo de nuevo..., siéndote sincero me siento un poco extraño. Han pasado muchas cosas que he querido contarte pero no lo he hecho porque prometí no volver a escribirte más. Me prometí a mí mismo que la última vez que te escribiría sería cuando ya te haya superado. Cuando por fin te haya dejado ir. No quería seguir dándole más tormentos a tu recuerdo.

He superado tu partida.

Estoy casado con una maravillosa mujer y estoy esperando a mi primer hijo. ¡Un bebé! ¿No es maravilloso? Pronto formaré una hermosa familia a la que tú cuidarás cuando yo tenga que ir a misiones del ejército. Recuerdo que siempre me decías que querías formar una familia; tener muchos hijos y nietos. También querías encontrar a tu príncipe azul, siempre quise decirte que no lo buscaras más porque yo era ese príncipe azul que tanto querías. Desgraciadamente fui demasiado cobarde y nunca pude confesarte lo que sentía por ti.

Poder decir adiós es crecer.

Hoy puedo decir que soy feliz, después de tanto dolor y sufrimientos, soy feliz. Después de tantos años llorándote y culpándome de tu muerte, puedo decir con orgullo que he encontrado mi felicidad. Fue difícil, pero no imposible. Tú siempre fuiste mi felicidad hasta que te fuiste... ¿Y sabes? Alguien ha logrado llenar ese vacío que dejaste en mi corazón el día de tu partida. Pensé que nadie podría cargar con todos mis demonios, sin embargo, ella lo hizo. Se quedó conmigo, a pesar de toda la mierda que llevaba por dentro.

No me digas adiós.

Y aún recuerdo tantas cosas...

Recuerdo esos latidos. Esos latidos que parecían sonar a kilómetros de distancia cuando te veía correr por el parque. Recuerdo esos ojos, tus inmensos ojos, aquellos en los que me perdía, tan grandes, tan brillantes... Como tu sonrisa. Cómo olvidarla después de tanto tiempo mirándola, de tantas horas, tantos días, tantos meses, tantos años... Recuerdo tus labios, tus perfectos labios que me hacían pensar en ti como un ángel, esos que nunca llegué a tocar... Esos que siempre deseé tocar. Recuerdo tu pelo siempre alborotado, tus pestañas, tus dientes, tus pequeñas manos, tu cuerpo. Te recuerdo a ti. Recuerdo tus promesas, mis promesas, que ahora jamás se podrán cumplir. Recuerdo tus lágrimas, esas que derramaste tantas veces. Recuerdo esas frases que siempre aceleraban los latidos de mi corazón, mi vergüenza constante, mi corazón hablándome sólo por verte a ti, aunque ni siquiera pudiese tocarte. También recuerdo la última vez que te tuve en mis brazos... Aquella vez que mi mundo (quien eras tú) se vino abajo.


Déjalo ir.

Lo difícil no es decir adiós, lo difícil es aprender a no volver. No recordar. No llorar. A veces, por más que duela, es mejor decir adiós. Y si te digo adiós no es porque no te ame, es porque un día me di cuenta de que te amaba tanto que dejé de amarme a mí mismo.

Y gracias por hacerme tan feliz, ahora sólo queda decir adiós.

Adiós Harmony, tu gran y fiel amigo Ryler.


Te amo.

cry me a riverDonde viven las historias. Descúbrelo ahora