Uno

27K 2.2K 2.3K
                                    

1

UNO

—Papi.

Unas pequeñas manos recorrían mi rostro obligándome a abrir los ojos y ver quien me despertaba de mi sueño. Cuando los abrí, unos ojos azules brillantes con largas pestañas aparecieron frente a mí.

—Cariño...papá está cansado—acaricie su suave cabello castaño—ayer tuvo que trabajar hasta muy tarde.

El niño de apenas seis años me miraba con el más grande amor que puede existir en este mundo, haciendo que sonría. Me acomodo en la cama para quedar sentado y lo coloco en mis piernas. Ethan Tomlinson era el niño más hermoso que puede existir, y no lo estoy diciendo porque yo sea su padre; si no porque realmente lo es. Con grandes ojos azules, labios finos, con cabello rizado castaño, que comúnmente olía a fresas con kiwi. Cada vez que miraba a Ethan era como si observara la imagen de Harry de niño.

Cuando Harry me contó lo que sucedió esa noche en el bar, lo deje, tome el primer vuelo a Londres sin contarle que un pequeño bebe de –para ese entonces– un mes crecía en mi interior.

—Pero yo quiero jugar —menciono triste— Ya no juegas conmigo desde hace tiempo.

—Lo sé, pero tú sabes que papi tiene que trabajar mucho para comprarte lo que tú quieras—junte mi nariz con la suya y las roce . El rió y puso sus pequeñas y frágiles manos en mis mejillas—prometo que cuando termine de pagarle a mi jefe lo que le debo estaré más tiempo junto a ti.

—¿y dejare de ir a la escuela?

—Probablemente... no, para nada—lo deje en el suelo para levantarme—ahora pequeñin, ve a la cocina y sírvete un vaso de leche.— Asintió y dando una risita salió corriendo de la habitación.

Al llegar a Londres tuve muchos problemas, empezando económicamente por no tener en donde quedarme, no tener ni un centavo y mucho menos un trabajo. Afortunadamente aún existen personas que te ayudan sin pedir nada a cambio.

En el aeropuerto, conocí a una hermosa chica que acababa de llegar de Norte América para estudiar en una prestigiosa escuela de la capital inglesa. Ella buscaba un compañero de departamento, le dije que si aceptaba a un chico de Doncaster con un bebe y ella alegando que amaba a los bebes, acepto gustosa. Me consiguió un trabajo como cocinero en un restaurante muy elegante, con personas muy agradables y un sueldo muy bueno, lamentablemente no tan bueno como para pagar todas mis deudas –una de las razones de por qué me estoy quedando horas extras–.

Actualmente, Taylor, mi amiga; me dejo el departamento para poder vivir en Canadá, mi "bebe" cursa el primer año de primaria. Aunque Taylor viene en vacaciones con su novio y a Ethan tengo que dejarlo con su niñera por mi trabajo, todo parece ir bien.

—¡Papi!—una voz infantil proveniente de la planta baja me sobresalto.

—¡Voy, amor!

♦♦♦

­­El centro comercial de Londres es uno de los más grandes de Reino Unido, por esa razón los turistas van y compran pequeños artefactos tontos a los que llaman "recuerdos". Yo no soy un turista, ni mucho menos vengo a comprar estupideces.

—¿Papi me compras un pony?—Ethan me miro abriendo sus ojos exageradamente.

—Oh no, Ethan.

—¡Por favor!

—No— murmure.

—¿Por qué no?— ladeó su cabeza e hizo un tierno puchero.

—Porque no

—¡Ah!—hizo un puchero con sus labios—¿Qué tal un perrito?

—No.

—Pero...

—Mira Ethan—lo interrumpí— ¿ves ese tipo de ahí?—señale un hombre con globos (que al parecer los vendía). Ethan asintió—dile que te compre un perrito.

—¡Si!

Cuando Ethan se alejó, un rubio de ojos azules se acercó a mí. Era alto y delgado, vestía ropa de marca y una sonrisa estaba en su rostro.

—¡Hola! Soy Connor ¿y tú?—hizo un vago intento de coquetear.

—Louis —dije incómodo. Lo único que quería era irme a casa, y que un chico apareciera de la nada preguntando mi nombre hacía que mis puños se cerraran.

—Vaya, que nombre tan sexy para un chico tan sexy. ¿Tienes novio?

— Si, de hecho, el de allá es nuestro hijo — Mentí. El dirigió su mirada hacia donde mi dedo señalaba, miro a un Ethan platicando con el hombre de los globos.

— oh... es lindo.

—Gracias, supongo.—Connor miro detrás de mí, y casi pude jurar que asintió levemente. Me dio una sonrisa ladeada, sus manos temblaron un poco y con eso se despidió apresurado.

—Bien, ¡adios!—y corrió.

«Que extraño»

Mire hacia atrás para ver lo mismo que había visto el rubio, pero lo único que pude visualizar fue un hombre rizado con un saco enorme y lentes de sol, casi pude jurar que se parecía al padre de Ethan. Apenas voltee él se alejo y estuve a punto de ir detrás pero unas manos en mi Jeans me detuvieron.

—Papá vámonos ya.

—De acuerdo—tome su mano y caminamos a la salida.

«Son solo alucinaciones, Louis

AsesinoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora