Capitulo 7.

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Volveré a pintar de colores el cielo solo para ti.

Harry cerro con fuerza los ojos esperando el desagradable tirón que nunca apareció, su sustituido por una gentil caricia en su mejilla. Abrió los ojos vacilando, encontrado se nuevamente con los rubíes ardientes de Tom, una ligera sonrisa adornaba su rostro brindándole una vista encantadora. Se quedó estático ante el tacto amable, incluso cuando beso su frente sus lagrimas nunca dejaron de salir. Su corazón latió con fuerza, se aferró a su ropa con desesperación, la calidez invadía hasta el último rincón de su interior llevándose toda su tomentosa soledad. Tom acaricio gentilmente su espalda llevando hasta su pecho la mano del menor, compartiendo con su alma gemela, sus propios sentimientos, limpiando con besos sus lágrimas interminables, jurando que mientras Harry permanezca a su lado jamás volver a llorar. Le dedico suaves palabras de aliento, vislumbrando sus ojos verdes cada una de sus frágiles emociones volátiles, dirigidas exclusivamente para él. Quería tomar todo lo que Harry pudiera ofrecerle, al mismo tiempo entregar le todo hasta que nunca más pudiera estar lejos de él.

Harry intento articular una palabra quedándose estático, la magia que fluía sutilmente ante el tacto era acogedora, todo el dolor del rechazo estaba desapareciendo, ni siquiera se molestó en cuestionar su falta magia, ignoro su propio intento de realizar un simple hechizo de desaparición. Las manos cálidas de Tom le hacían dudar de su propio juicio, todo lo que lo atormentaba se alejaba con sentir su sola presencia, era como si todo lo que siempre deseo hubiera estado ahí con él. Todo lo que su desesperado corazón anhelaba estaba justamente ahí, sosteniéndolo como algo verdaderamente precioso. Lloro amargamente siendo sujetado con cariño, se sintió culpable por sentirse bien, su corazón latía de manera dolorosa, temía convertir este maravilloso momento en un amargo recuerdo.

— Aléjate. — Pidió sollozando. — Por favor aléjate. — Suplico — Podrías morir si te quedas conmigo. — Su voz temblaba.

Algo dentro de Tom se estremeció al escuchar su voz. Sujeto la cintura pequeña de Harry hasta llevarlo a su regazo. Solo quería portegerlo...

— Harry... — Hablo lo más suave que pudo. - Tu eres todo lo que tengo en este miserable mundo, eres el motivo de mi existencia. - Rozo ligeramente sus labios. - No me pidas que me aparte de ti.

Harry quedo perdido ante sus palabras, Sus ojos carmesíes eran profundos, leyendo hasta la más pequeña de sus inseguridades, delante suyo estaba completamente indefenso. Busco alguna pizca de duda sin encontrarla, sus mejillas se tiñeron de rojo, su respiración estaba demasiado cerca que podía sentir como chocaba contra la suya, se abrumo al sentir la conexión, sus corazones latían al mismo tiempo creando una melodía perfecta.

— ¿Estás seguro? - Susurro. - ¿estás seguro que quieres que me quede contigo? –Pregunto tintineante. — Podrías Morir Tom. — Dijo firme. - El señor oscuro y Dumbledore me están buscando por todo el mundo mágico, temo no poder protegerte, mi magia no es fuerte. –Confeso con melancolía. Intento apartarse, pero Tom no se lo permitió.

— No me importa, cualquiera que esté en tu contra es mi enemigo. - Hablo con determinación, había olvidado la imagen de tirano que tenía Harry de él. — Mi único motivo para existir eres tú. –Admitió. – Soy capaz de lo inimaginable por ti, matare, destruiré el mundo y quemare a todo aquel que se atreva a menospreciarte Harry. — Rozo con timidez sus labios. - Por favor. - Suplico. — Quédate conmigo, solo quédate conmigo.

Harry sollozo, era la primera vez que alguien le hacía sentir amado. Nadie jamás se había preocupado por el además de sirius y Remus. Su corazón latía desbocado expresándose mejor que sus propias palabras, intento hablar siendo callado con un tímido beso en los labios, lleno de emociones desbordantes e intensas imposibles describir, todo lo que sus ojos no podían trasmitir estaban impresas en esa pequeña acción. Rompió en llanto aferrándose con desesperación a la ropa del mayor, si estaba junto a Tom sabía que cualquier cosa era posible, confiaría una última vez en su tonto e idiota corazón quedándose con su alma gemela escondidos del mundo por el resto de su miserable vida. Solo le rogaba a Merlín que Tom no se arrepintiera de su propia decisión.

Rosylen.  [ Harry Potter]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora