Capitulo 4.

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¿Así es como me recuerdas?

Tom leyó atentamente el informe detallado de su mano derecha, la salud de Harry estaba peor de lo que imagino. Su estado nutricional, sus huesos y su núcleo mágico estaba por el suelo, Le costaba creer que alguien pudiera vivir en esas condiciones, múltiples facturas no tratadas estaban presentes, incluso se planteaba la idea que el chico ni siquiera bebía agua. Volvió a llenar su vaso de licor, su magia estaba saliéndose de control por su rabia, causando que la mansión temblara. Suspiro profundamente, debía mantenerse sereno, no debía perturbar el sueño de Harry bajo ningún motivo.

Fue un verdadero milagro que lo encontrara con vida, su núcleo estuvo a punto de destruirse por completo debido al rechazo del lazo. Lo único que puede hacer es permanecer a su lado, la mayor parte del tiempo para estabilizar su magia. Le ayudará en el proceso de recuperación para que pudiera volver a ser el excepcional mago que conocía. Desconoce por completo si podrá volver a caminar, severus esta investigado ese asunto, su cuerpo esta demasiado débil que el mas mínimo desliz podría matarlo. Se recostó en su silla, tendrá que prestar especial cuidado a las señales de alerta, sabe por la boca del elfo los múltiples intentos de suicidio de Harry, pero lo gracioso que su chico solo parece recordar uno. Es verdaderamente aterrador su pequeño, tiene bastante claro que no permitirá que se quede en ningún momento del día solo, si se apuñalo a el mismo con una cuchara, no quiere imaginar que hará con cuchillo o un segundo piso.

- Tom. - Dijo apresurado Severus, dándole varios pergaminos. - Tenias Razón, ese maldito viejo si le tenía compulsiones a Harry. - Hablo furioso.

Tom abrió apresurado el papel quedándose frio, había prácticamente restricciones para todo, únicamente el sello que su pequeño rompió agonizante, fue el del alma gemela junto al de la obediencia, la muerte de Sirius fue lo suficiente dolorosa para desestabilizar las compulsiones que tenía puestas desde su nacimiento, un amargo sentimiento lo recorrió, estaba enojado, triste y frustrado. Si Harry no hubiera roto las maldiciones estarían todavía buscando matarse entre los dos, estaría causando una guerra absurda orquestada por un solo hombre.

-Voy a matarlo. - Amenazo volviendo sus ojos dorador. - Ese maldito rogara por su muerte. - Apretó los puños con fuerza, arrepintiéndose casi al instante, un escalofrió recorrió su cuerpo ante el llamado de su igual. Salió prácticamente corriendo, necesita verlo, escuchaba su débil llamado.

Entro derribando la puerta, se acercó abrazándolo. Lo envolvió en su calidez haciendo que los temblores disminuyeran, Harry estaba teniendo una pesadilla, deposito varios besos en su frente, limpiando con delicadeza sus mejillas mojadas. Estaba molesto con el mundo, pero a la vez estaba tranquilo. Por primera vez estuvo ahí para consolarlo, Lo acuno contra su pecho, en algún momento se había quedado sentando en el sofá. Se veía extremadamente vulnerable, su corazón se encogía al verlo aferrarse con fuerza a la sabana. Le froto la espalda percatándose de cada uno de sus huesos, dejo salir su magia apaciguando la inestabilidad de la habitación. Se quedó durante horas observando sus delgadas pestañas, detallando hasta la más mínima de sus facciones siendo cociente de su magnífica belleza, su respiración tranquila era música para sus oídos.

Lo acomodo en la cama notando que su guardapelo ahora era una pulsera, volvió a transfigurándolo en un delicado anillo plateado con una esmeralda de corazón el centro, lo cargo con su magia colocándoselo en el dedo anular, depositando un beso el dorso de su mano. Ese anillo pronto lo cambiaría por uno de matrimonio adecuada para su pequeño, acaricio su cabello con devoción. Esta irremediablemente enamorado de un Chico suicida. Nunca sintió el deseo de proteger a nadie que no fuera el mismo, ahora tontamente cada vez que sentía que algo estaba mal salía desesperado por verlo, estaba completamente jodido.

Rosylen.  [ Harry Potter]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora