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Narra Amity.

Había sido tan extraña la manera en la cual mi madre había actuado, era la primera vez que golpeaba a Emira y Edric, también por primera vez me defendía, además les había prohibido el hecho de ponerme una mano encima lo cual era aún más raro, nunca había presentado nada de simpatía por parte de mis padres, mucho menos de mis hermanos.
Sabía que no era porque el amor maternal había despertado en mi madre, si no porque tal vez alguien estaba detrás de todos los hechos, era algo curioso pensar en ello, pero era una posibilidad que no descartaba.
Comencé a hacer mi tarea, sabía que esta noche estaría sola en casa, puesto que mis padres tenían una cena importante con los principales benefactores de la empresa y claro como era de esperarse yo no estaba invitada, era una de las reglas de la familia, "los omegas no asistían a reuniones de negocios."
Escuche que alguien tocaba la puerta, sabía que podían ser los gemelos así que no preste atención y seguí concentrada en mi libreta.
Odalia: - Abre de una vez - su voz hizo que me levantara instintivamente de mi asiento.
Estaba aterrorizada, tal vez justo ahora me golpearia por lo ocurrido o me castigaria, tenia tanto miedo.
Abrí suavemente la puerta y observe a mi madre, quien estaba de brazos cruzados mirándome fijamente.
Amity: - ¿Qué pasa madre? -
Ni siquiera pude fingir una sonrisa, estaba atemorizada por esta alfa, no podía articular alguna otra palabra y mis piernas no paraban de temblar.
Odalia: - Alistate iras con nosotros -
Se dio media vuelta y se fue.
A que se refería con ir con ellos, no tenía idea pero si era lo que pensaba, estaba diciendo que me llevaría por primera vez a una cena de negocios, estaba algo preocupada, tal vez hice algo mal o peor aún había encontrado un prometido para mi.
No podía si quiera imaginar que clase de persona seria, pero tampoco podía ignorar una orden directa de mi madre, era como pedirle que me matará y no quería morir por ahora, aun tenia que vivir un poco más, mi vida si era un asco, pero nunca había deseado morir.
No seguí pensando en ello y comencé a alistarme,  no sabia que debía usar pero un vestido era un opción segura y sin duda alguna causaría una buena impresión.
Era un vestido que llegaba hasta las rodillas era de color rosa, pero tenía una especie de chaleco negro que lucia a la perfección con todo y unas botas negras que se acoplaban a la perfección con todo el diseño.
Estuve sentada con mi tarea esperando que mi madre volviese a tocar la puerta, no estaba permitido para mí salir de mi habitación si no me llamaban así que tenía un miedo al siquiera pensar en salir por mi cuenta.
Se escucharon suavez golpes en la puerta, me levante y la abrí suavemente.
Alador: - Andando -
Mi padre no dijo más, lo seguí hasta llegar al auto, ya estaban mis hermanos y mi madre los tres estaban desesperados pero ninguno se atrevió a decir nada.
Sin más el chófer comenzó a conducir hasta el lugar, el silencio en el auto era tan incómodo y agobiante para mí.
Edric: - ¿Por qué está ella aquí? - me señaló.
No me tome la molestia de responder, sabía que decir ni yo lo sé, no sería suficiente para calmar el enojo que tenían conmigo.
Odali: - Solo guarda silencio y se un buen chico - su voz era firme.
Nadie se atrevía siquiera a contradecirla, ni siquiera mi padre, mucho menos yo, que justo ahora era lo más bajo en esta casa.
Pronto nos detuvimos frente a un hermoso salón de fiestas, el chófer abrió la puerta y la primera en bajar fue mi madre, luego mi padre, mis hermanos y por último yo.
Solo unas cuantas personas conocían mi existencia pero mis padres por primera vez me traían a un evento de tan gran escala.
En la entrada comenzaron a saludar a todos y había tantas personas que ni siquiera note cuando ya estaban tan lejos de mi, quedé en medio del salón, las personas me agobiaban, quería tirarme al suelo pero sabía que eso sería un gravisismo error puesto que estaría avergonzado a mis padres.
Cuando menos lo esperaba alguien me tomó de la mano y comenzó a guiarme en medio de la multitud hasta llevarme a un lugar calmado, era uno de los pequeños balcones que daban al jardín.
X: - ¿Estas bien? - cuando alce mi vista pude de nuevo encontrarme con esos ojos color café.
Cada vez se encontraban más seguido con los míos y todo este alboroto me hacia estar aún más confundida.
Amity: - Si, gracias por sacarme de ahí - suspire.
Luz: - Se lo agobiante que pueden ser todas estas personas - sonrió.
Amity: - Si, ¿qué haces aquí? -
Al caer en cuenta en mi pregunta, me sentí tan estúpida, puesto que justo hoy había escuchado de Boscha que su familia era una de las más importantes en la empresa de mis padres.
"Estúpida, estúpida Amity" pensé para mi misma.
Luz: - Me cole en la fiesta solo para verte - río.
Vaya que su nivel de sarcasmo era genial, aunque admito que al escuchar eso sentí un leve cosquilleo en mis adentros.
Amity: - Que graciosa - suspire.
Luz: - Un poco, me la estaba pasando mal, pero en cuanto te vi entrar por esa puerta mi aburrimiento y males desaparecieron, tienes algún tipo de hechizo o algo así - sonrió.
Amity: - Vaya, eso de seguro funciona con todas - la mire fijamente.
Luz: - No soy ese tipo de alfa - suspiro.
Amity: - Claro - reí.
Ambas nos quedamos viendo el enorme jardín, ya era algo noche así que la luna era tan hermosa y brillante que el jardín parecía estar brillando, nunca había apreciado nada similar en mi vida, estaba realmente fascinada.
Luz: - La paz se acaba - suspiro.
Se había dado la vuelta, su semblante había cambiado a uno de disgusto, voltee y para mí desgracia mis hermanos se dirigían hacia mí.
Estaba lista para que armaran un escándalo, siempre era lo mismo, cuando llegaban de alguna cena, siempre escuchaba como mis padres no paraban de regañarlos a ambos por sus acciones tan infantiles y para tener veintidos años eran completamente idiotas.
Edric: - Mittens vamonos de aquí -
Me tomo muy fuerte de la mano, una mueca de dolor se hizo presente en mi y antes de que me diera cuenta Luz se encontraba en medio de ellos y yo.
Era como un salvavidas personal para mi, me estaba sacando de mis momentos más horribles.
Luz: - Esta conmigo justo ahora -
Los miró fijamente a ambos, de una manera tan desafiante que no se atrevieron a sí quiera responder con algún insulto.
Emira: - Cuando acaben, madre te habla - se dieron la vuelta y se marcharon.
Me sentía tan segura detrás de Luz, en tan solo un día se había convertido en alguien en quien podía confiar para ponerme a salvo.
Luz: - Son un par de idiotas - suspiro.
Amity: - No pueden evitarlo esta en su naturaleza - reí.
Luz: - ¿O sea que los alfas somos idiotas? - me miró algo ofendida.
Amity: - Yo no lo dije - reí.
Luz: - Vaya que si lo hiciste - sonrió.
Amity: - Bien, debo marcharme mi madre me habla - suspire.
Luz: - Iré contigo -
Tomo mi mano y nuevamente me comenzó a guiar en medio de todos hasta llegar a la mesa donde se encontraban mis padres, en la misma mesa se encontraban dos mujeres, una se parecía tanto a Luz que me hacia dudar de si era o no su madre.
Odali: - Cariño, ven siéntate - era tan raro ver a mi madre comportarse de esa manera que hasta podía sentir escalofríos atravesar mi cuerpo.
Luz jalo la silla y como todo un buen alfa me ayudo a sentarme, ella hizo lo mismo justo a un lado de mi.
Odalia: - Quiero presentarte a la familia Clawthorne, ella es Eda, Camila y por lo visto ya conoces a su hija Luz - mi madre tenía una sonrisa de oreja a oreja.
Este día no podía estar más raro.
Camila: - Encanta - sonrió.
Eda: - Un placer - sonrió.
Ambas mujeres se veían amables y su sonrisa era tan sincera que no podía negar que sentía algo de envidia por Luz.
Odalia: - Ambas estaban ansiosas por conocerte, puesto que dicen que tu y Luz son muy buenas amigas -
Amity: - O si, un placer a ambas - reí.
Camila: - Eres todo un encanto, no sabia que los Bligth tuviera una hija tan adorable - río.
Luz: - Te dije que era muy linda mami - sonrió.
Sus comentario hacían que me pusiera cada vez más nerviosa, no sabia como responder o que hacer.
Amity: - Gracias - reí.
Mis hermanos me miraban con un total desprecio, como si fueran a matarme con la mirada y mi madre parecía más amorosa que nunca, lo cual me provocaba una inquietud total.
La cena siguió con normalidad, mis padres hablando de negocios con Eda y Luz, quienes se veían emocionada por ello, no paraban de hablar y hablar.
Para ese momento la señora Camila ya se encontraba justo a un lado de mi.
Camila: - ¿Te gusta mi Luz? - me pregunto en voz baja.
No sabia a que se refería, tenia unas pocas horas de haber conocido a su hija como para poder si quiera pensar en que me gustaba.
Amity: - La acabo de conocer justo hoy, decir algo así seria tan apresurado - suspire.
Camila: - Tienes razón, estoy siendo demasiado agobiante - sonrió.
Era una persona amable que claramente se preocupaba tanto por Luz, era normal es su madre, aunque los míos sean uno asco de padres.
Camila: - Aunque parece que tu le llamas la atención a Luz, es la primera vez que la veo tan preocupada por alguien que no sea ella o mi esposa o yo, es extremadamente conmovedor para mi - sonrió.
Amity: - ¿A qué se refiere? - sólo me ayudó un par de veces, pero para decir que se preocupa tanto por mi, ya es otro nivel.
Camila: - En cuanto llego a la casa hoy, le dijo a Eda que marcará a la casa de los Bligth y que les dijera que si se atrevían a ponerte un dedo encima retirarian todas las inversiones que nuestra familia genera, que es más de la mitad claro está, Odalia se hizo la desentendida y negó la violencia que experimentabas en casa, pero Luz en tan solo unos minutos descubrió todo lo que te hacían, estaba tan enfada que casi golpea al mayordomo - comenzó a reír.
Así que esa era la razón por la cual mi madre había impuesto una nueva regla en la casa y había golpeado a mis hermanos y no a mi.
Debería agradecer a Luz más tarde por lo que hizo por mi, era algo que en verdad me hacia sentir feliz, era la primera vez que alguien se preocupaba y hacia algo por mi.
Amity: - No lo sabía - sonreí tan bobamente.
Camila: - Por favor no le comentes nada, ella no quiere que te sientas comprometida a devolverle el favor, lo hizo solo para ayudarte, no quiere nada a cambio así que no le menciones nada al respecto, ¿es una promesa? - extendió su mano con el dedo meñique extendido, hice lo mismo con mi mano.
Amity: - Promesa - sonreí.
Eran las primeras personas, después de Boscha y Skara que se comportaban tan amablemente conmigo.
La noche siguió su curso, la cena fue de lo más normal y la madre de Luz era una de las personas más lindas que podía haber conocido.
Me contó como Eda y ella se habían conocido, como es que había nacido Luz y lo traviesa que era de pequeña, todo me causaba gracia y no paraban de reírme a carcajadas con Camila.
Mis hermanos en su intento de querer llamar la atención dijeron unas propuestas para poder mejorar el manejo de las empresas, aunque una de sus ideas fue lanzar un nuevo producto.
Solo así fue su idea, lanzar un nuevo producto, Luz, Eda, mi padre y madre, se quedaron en silencio.
Pero ellos no pudieron argumentar nada más a su idea, tan tonta fue que solo los ignoraron y siguieron hablando.
En los ojos de mis hermanos podía ver que tan grande era su enojo, solo se levantaron de la mesa y se fueron, no volvieron a aparecer nuevamente.
Los Clawthorne se despidieron y nosotros hicimos lo mismo, para después marcharnos, camino a casa mis padres no dejaba de hablar de la oportunidad de negocios que se había abierto con los Clawthorne mi madre que era la más obsesionada por el poder y el dinero, no paraba de decir que con esto podrían dejar de estar a la sombra de ellos, aunque lo que no habían tomado en cuenta era que si nuestra fortuna aumentaba la de los Clawthorne haría lo mismo, no haría un movimiento arriesgado sin tener nada seguro.
Odalia: - Amity gracias a ti el negocio pudo avanzar de manera fabulosa, de ahora en adelante no quiero que te separes de esa chica, vas a ser como su sombra, ¿entendiste? -
En sus ojos podía notar la ambición que tenía, pero por primera vez era una orden que no me afectaba, Luz no era para nada mala y en verdad ponía algo de atención en mi, así que no estaría mal.
Amity: - De acuerdo - suspire.
Mis hermanos ni siquiera se había venido con nosotros y el chófer aseguraba que no los había visto desde la llegada, sabía que estarían metiéndose en problemas por algún otro lado, no era para nada tarde, apenas eran las once de la noche, a veces mis hermanos ni siquiera llegaban a la casa y mis padres no le tomaban importancia en lo que hacían.
Pero a mi tampoco me importaba, el hecho de que estuvieran fuera implicaba no tener que soportar para nada sus malos tratos y actitudes groseras.
Así pronto llegamos a casa, el chófer abrió la puerta, salí sin siquiera despedirme de mis padres y solo fui directon a mi habitación, cerré con llave, me tire en mi pequeña cama para poder contemplar el techo.
Habia sido una noche maravillosa, me la había pasado bien platicando con la señora Camila y Luz no paraba de mirarme, era como si quisiera asegurarse de que me encontrara bien o tal vez quería ver si me encontraba cómoda en un lugar así.
Me quite las botas y el vestido, entre al baño y me adentre en la pequeña tina, abrí la regadera y sentí como el agua fría caía por todo mi cuerpo, era tan refrescante y gratificante para mi.
Salí de la tina y seque todo mi cuerpo, me puse mi pijama, me deje caer en la cama, el día había sido algo estresante pero no me arrepentía de nada de lo que paso,  aunque claro quería olvidar el momento en el que aquel alfa estaba tocando mi cintura y soltando su asqueroso olor en mi, solo quería recordar la dulce fragancia de café que atravesaba mi cerebro a cada momento, como una suave melodía que calmaba todo en mi, adoraba el olor a café, bueno creo que a partir de ahora se había convertido en mi aroma favorito.

VerwondingDonde viven las historias. Descúbrelo ahora