Not Afraid 2 Fall (YM) - OS

Única parte

Anudaba en mi cuello el moño que la estilista me había dado minutos atrás. Admirando mi reflejo en el espejo del vestidor, pude notar que el atuendo de hoy era bastante peculiar: Camisa de botones blanca, corbata de moño negra... shorts, sandalias y goggles.

Negocios arriba, pool party abajo.

El pensamiento me hizo sonreír sutilmente... Sonrisa que se borró cuando escuché la puerta abrirse de golpe y volver a cerrarse con la misma fuerza, haciéndome voltear de inmediato. Fue entonces cuando le vi con el ceño fruncido y ojos brillantes.

Park Jimin. Quien ha hecho de la juventud el momento más hermoso de mi vida...

El hombre que me ha acompañado durante tanto tiempo, a un sinfín de lugares y en momentos tan significativos; el que desde aquel día de Chuseok en que llegó a casa de mis padres tomando mi mano (a pesar de estar muriendo de nervios por la incertidumbre que nos deparaba), jamás me ha soltado, ni siquiera cuando estuve al borde del colapso...

Mi Jimin... 

El mismo que a cambio de tanta felicidad me pedía algo tan simple como dejarme amar por él y amarle de la misma forma sincera en que él lo hace conmigo; con quien he compartido tantos besos y caricias secretas hasta el amanecer. 

Besos furtivos que se quedaban detrás de una puerta cerrada, junto a las innumerables palabras de aliento que me han acompañado hasta el día de hoy, todo por mi propia cobardía de demostrarle al mundo que aquel pequeño de ojos brillantes me tenía en la palma de su mano...

Todo bonito y amable… Estúpido Jimin.

Y es que si yo le miro a los ojos tan sólo un par de segundos, estoy perdido… Me es imposible evitar sonreír como idiota. Cada vez que le veo hablar frente a los demás tengo que resistirme a besar sus pomposos labios...

No es justo.

Es por eso que prefiero ignorar su presencia cada que estamos en público. Sé que quizá no es lo mejor, pero… Así nos evito problemas a ambos. 

A pesar de que él parece haberse acostumbrado, eso ha causado malentendidos entre nosotros. Una vez incluso terminamos lo nuestro debido a ello, pero afortunadamente pudimos hablar y volvimos a estar juntos. 

Esta discusión vuelve a ocurrir cada cierto tiempo, porque él dice que necesita de mi atención… Si tan sólo supiera que siempre lo estoy mirando. 

Incluso cuando finjo que no. 

Quisiera que él entendiera que si le “ignoro” cuando estamos con alguien fuera de nuestros amigos o familia es por el bien de ambos… Pero, a juzgar por la mirada que me está dando justo ahora, creo que una vez más tendremos esta conversación...

– ¿Aquí también me vas a ignorar?

Reconocí enseguida el tono pasivo-agresivo en su voz. Lo he escuchado tantas veces que supe lo que estaba a punto de iniciar. 

Sentí un pinchazo de tristeza en el pecho, sin embargo, me las arreglé para contestar tranquilamente, pues no era el momento ni el lugar para discutir este tema.

– Bueno, no puedo hacerlo si azotas la puerta así ¿No crees? – intenté bromear.

– Entonces voy a hacerlo de nuevo…– abrió la puerta y la azotó una vez más. El sonido me tomó por sorpresa. Él estaba más enojado de lo que pensé.

– ¡Jimin! ¿Qué diablos te pasa? – Me acerqué para tomarlo de la cintura y alejarlo de la puerta sin soltarle, sólo colocándole detrás de mí.