Nota 16

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Querida Sana:

"Juguemos a la piragua, es como el teto pero abajo del agua".

Tarde seis días en responderte, casi una semana, dices que estoy aburrida de mi propia vida pero estuve ocupada.

¿Mi retraso es suficiente prueba para ti?
Por cierto, ¿por qué eres tan mala conmigo?

Tu para mi eres como un rayo resplandeciente cada vez que te observo.

P. J. T. M. R

-Esto ya no tiene sentido, puede meterse la nota por donde no le de el sol. -Sana prosiguió a arrugar el papel negando.

Desechó la nota y saco sus libros de su casillero mientras que a una distancia prudencial se encontraban Jihyo y Nayeon observandola.

-Realmente a cambiado desde la primera nota. -Opinó Nayeon.

Jihyo no podía responder, sólo contemplaba a la bajita desde la lejanía sintiendo una gran culpabilidad.

Es más, suponía que la responsabilidad le pesaba tanto que aquello era la razón de sus pensamientos en los últimos días.

O bueno, su pensamiento, en singular ya que se trataba de un solo tema.
Se despertaba pensando en Sana, comia pensando en Sana, miraba la tele pensando en Sana, hacia sus proyectos escolares pensando en Sana, se iba a dormir pensando en Sana.

Su mente estaba abarcada en su totalidad por aquella chica y la única razón era su conciencia diciéndole lo mal que había procedido.

-Ire a hablar con ella -cambio de tema luego de unos segundos sin quitar su vista.

Nayeon alzó su ceja notando el estado de hipnótico en el que había entrado su amiga desde hace un largo rato.

-Esta bien, te veo en clases. -palmeó la espalda de la alta y se dirigió a otra parte.

Sin hacerse esperar más, camino hasta la mayor convirtiendo su culpa en la sonrisa más brillante que podía dibujar en su rostro.

La abrazo por la espalda un escaso momento y luego se colocó frente a ella.

-Hyo. -sonrió.- ¿Cómo estas?

-He tenido días mejores y por algún motivo mi garganta duele un poco, tal vez este por enfermarme, ¿Pero sabes que podría mejorarme?

-¿Una bufanda y un té caliente?

-También, pero no, no me refería a eso.- negó con su dedo.- Quiero que me digas a que hora voy a tu casa este viernes.

- Mi casa no, mejor yo voy a la tuya.

- Pero yo sólo he visto tu casa por fuera. -se quejo la alta abultando sus labios mostrando lo que parecía ser un pequeño puchero.-Y yo ni siquiera he visto a la tuya.-¿Por qué no quieres que vaya?

- Porque...no. -Sana bajó su mirada un tanto avergonzada.

-¿Pasa algo malo?

- No, sólo que, mi madre es un poco...¿rara?

-Y mis padres están locos. - Concluyó -así que si quieres que estemos a mano te propongo que vengas a mi casa luego de salir de aquí y luego no te quejarás cuando yo este en la tuya.

- No entiendo tu obsesión per...

-¡Sana!, ¡Sana!, ¡Sana!...

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