III

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Llegaron al hogar y uno por uno fue bajando, una ves más sin decir una sola palabra, el sol se asomaba, pero nadie tenía ganas de despertar, unos soñaban y otros tenían pesadillas.


     Al llegar a la adentro pareciera que todas las tensiones querían explotar y así mismo fue __ Sabía que eras una perra, pero no al nivel de meterte con el príncipe __ una cachetada resonó dentro de aquella habitación, el chico bajó la mirada, estaba avergonzado, sabía que su hermana tenía razones para odiarlo, tal ves merecía todo lo que le pasaba.

__ Magnolia, perdóname hermana, no quise de verdad, lo siento tanto, yo no quise.

__ Silencio, si no hubieras querido, nada de esto hubiese pasado, era todo parte de tu plan, no es cierto, irte a fuera para encontrarte con el.

__ Cómo podía yo haber sabido que el estaría allí, fue María ella me llevó allá y me dejó abandonado a mi suerte.

__ Mientes, María jamás haría tal cosa, como lo hiciste eh, levantaste tu falda como una zorra y el cayó rendido a tus pies o abriste unos cuantos botones de tu escote, nada de ti me sorprendería.

__ Basta, ya basta, por amor a Dios ya basta, no seas tan cruel conmigo por favor, yo jamás te trataría así, por qué lo haces.

__ Por que me has quitado todo lo que siempre he querido, me quitaste a mi padre, a mi madre y ahora al príncipe, eres demasiado codicioso Charles, lo quieres todo para ti, tu avaricia no tiene límites, deberías avergonzarte.

      Iba a responderle, pero su padre le llamó en ese momento, sus hermanas lo miraron como una advertencia, no decir nada a su padre  y el no iba a hacerlo, no quería causarle más disgustos

__ Charles, hijo, tengo que hablar contigo.

__ Ya voy padre, espérame __ habló, era mejor de esa manera, sin discusiones.

__ Más te vale, que no digas una sola palabra, o voy a hacer que tú cuento de hadas se convierta en pesadilla.

      Charles trago saliva, el no quería nada de eso, por que Dios lo odiaba tanto, que había hecho para sufrir este martirio, acaso el era tan malvado.

     Con todos esos sentimientos resguardados en su corazón, se dirigió al despacho de su padre

__ Ya estoy aquí, dime padre.

__ Charles yo, yo no se como afrontar esto, que paso hijo, que te hizo cambiar de opinión.

__ Padre lo lamento, esto no estaba en mis planes te lo juro, solo paso.

__ Si, si, pero no lo entiendo, cambiaste de opinión de un segundo a otro, la reina te dijo algo, confía en mí, pequeño no es normal tu cambio repentino.

__ Se que es confuso, para mí mismo lo fue, pero estaba asustado, está bien, lo que la reina me dijo solo fue algo entre omegas, que me hizo entender lo que era correcto.

__ Y lo correcto es?

__ Casarme con mi destinado.

       Charles quería volver a llorar, nunca antes le había dicho tantas mentiras a su padre, le dolía mentirle a la única persona que siempre lo amó, a pesar de no merecerlo.

__ Tú destinado será coronado rey, serás reina, no es juego Charles, la corte está muy alterada, no te conocen, están muy nerviosos por quién portará la corona y al próximo heredero.

__ Es evidente, que yo desconozco de todo aquello, yo sólo quiero que mi marido y yo seamos felices.

__ Mi dulce cerezo, no es tan simple, la corona no es un premio, es una condena, una que te lleva a vivir como una gacela toda tu vida, pendiente de todos los depredadores que coexisten en el mismo habitad que tú, entiendes mi tesoro.

TRADICIÓNDonde viven las historias. Descúbrelo ahora