𝐇𝐎𝐔𝐒𝐄 𝐎𝐅 𝐆𝐋𝐀𝐒𝐒-𝐌𝐀𝐓𝐓𝐖𝐎𝐎𝐍𝐆

Capítulo 3

Al segundo día, el maquillaje de Jiwoong se veía un poco más natural. Renunció a los labios degradados de moda y aplicó uniformemente solo un poco de tinte de labios de color melocotón, optó por un rubor a juego y siguió en secreto el consejo de Matthew sobre no ponerse demasiada base. Nunca se veía así... bueno, normal para sus sesiones de fotos. No sabía qué pensar de ello.

Matthew no pudo encontrar su altavoces, así que se quedaron sin la música de fondo prometida, pero no se olvidó de la extraña pregunta del día. Hoy preguntó sobre la temporada favorita de Jiwoong y coloreó el fondo de su pintura de gris como el cielo de otoño, pero se aseguró de acentuar el naranja en las mejillas y los labios de Jiwoong. El Jiwoong de la pintura todavía parecía tan irrazonablemente enojado como se sentía el verdadero Jiwoong.

Al tercer día, Matthew se dio cuenta de que le había pedido prestado su altavoz a un amigo. Preguntó por el color favorito de Jiwoong y lo pintó usando solo los tonos más fríos de azul, pero dejó sus labios de felpa sorprendentemente rojos. Esa pintura parecía inconexa para Jiwoong, incluso más que las dos primeras, pero se dio cuenta de que a Matthew le gustaban los contrastes; le gustaba pintar a Jiwoong mientras miraba hacia afuera con solo un vistazo de lo que podría estar en el interior. Las manzanas infantiles en sus mejillas, los tonos naranjas ardientes del otoño, y ahora los apasionados labios rojos que tenían mucha más dimensión y detalle que el resto de la pintura. Pero Matthew no podía saber lo que realmente hay dentro. Todo fue un juego de adivinanzas al final del día, incluso si Matthew lo estaba ganando.

En el cuarto día, Jiwoong se preguntó cómo sería si sus roles se invirtieran. Obviamente, Jiwoong no sabía lo primero sobre la pintura, pero se preguntaba cómo se sentiría caminar una milla en los zapatos de Matthew. Se encontró queriendo escuchar la historia detrás de las pinturas de Matthew, queriendo saber lo que sucede dentro de su cabeza durante sus silencios y lo que realmente pensaba de Jiwoong. Sus pinturas no pueden basarse completamente en la extraña pregunta del día. Jiwoong le dio lo mínimo para trabajar y siempre se las arregló para convertir el lienzo en un espejo para Jiwoong. Y no por tener precisión fotográfica, porque Matthew valoraba demasiado su individualidad para eso. Alguien tan sin educación artística como Jiwoong no podía simplemente averiguar cómo lo hizo.

Jiwoong tenía miedo de que Matthew lo entendiera mejor de lo que pensaba.

–¿Puedes leer mi mente?– Jiwoong finalmente preguntó, solo medio en broma.

–¿Qué? ¿Por qué dices eso?– Matthew se rió.

–No lo tomes como un cumplido, pero– Jiwoong se arrepintió de esas palabras en el momento en que lo dejaron –Siempre pintas cómo me siento sin siquiera hablar conmigo. La gente siempre me decía que mi cara no es tan expresiva–

–Bueno, gracias, pero lamentablemente no puedo leer tu mente, sin embargo– Matthew lo tomó como un cumplido de cualquier manera –Solo cuando estás siendo realmente obvio al respecto–

–¿Eh? ¿Como cuándo?–

–Como el primer día que viniste aquí y parecías listo para meterme un pincel en la garganta– recordó Matthew con un extraño cariño –Podía escuchar claramente lo que decía tu expresión facial: "¿Por qué estoy aquí y no en una sesión de fotos?" y "Voy a fingir que este tipo es un fotógrafo"–

Jiwoong casi se ahoga en el aire.

–¿Sabías que estaba pensando eso todo el tiempo?–

–Cuando tenía cinco años, mi madre me inscribió en el fútbol a pesar de que no me gustaba el fútbol– dijo Matthew en lugar de responder a la pregunta –En ese momento no podía decirle que solo me gustaba dibujar y colorear, así que mientras estaba en el campo de fútbol, fingía que mis pies dejaban líneas de color detrás de mí y que solo estaba dibuja "Debería dibujar un círculo alrededor de este tipo, un zig-zag aquí, una bonita línea recta hacia allí". Sin querer, me convirtió en un gran jugador de fútbol–