Capítulo 2

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Al abrir mis ojos lo primero que hago es buscar mi reloj de muñeca sobre la mesa de noche para darme cuenta de la hora marcada, debido a que el celular no da señales de vida. Mi cabeza sigue doliendo debido a que son las 8:30 de la mañana y no he dormido lo suficiente, por lo cual siento mis energías por el suelo. 

Aunque todo lo que ha sucedido en menos de 12 horas, me ha dejado emocionalmente mal. Supongo que todo irá mejorando con el tiempo, tengo esa extraña sensación.

Debo darle mucho del crédito de mi estado actual al pequeño pelinegro que se ha hecho cargo de mí desde que decidió decirme quién era en realidad, si no hubiese parado seguramente hubiera reconsiderado saltar por el acantilado por miedo de encontrarme con un asesino en serie. 

Me alegra saber que ahora él está a mi lado, hasta cierto punto, me da paz.

Asher me trajo de regreso al apartamento a eso de las 5:40 y debido a que estábamos demasiado cansados, le propuse quedarse en alguno de los sofás de mi sala en lugar de ir de nuevo al hotel en el cual se está alojando. Él accedió, pero en el fondo me siento culpable por lo mal que se la ha pasado las últimas horas. 

No puedo evitar creer que me encuentro en un sueño del que no quiero despertar. Es un poco difícil asimilar que él esta aquí y eso me provoca una felicidad enorme, por lo que estaría destruida si me despierto de la nada y él está lejos de nuevo. No quiero que mi felicidad sea efímera como siempre. 

La vida siempre ha sido un caos lleno de tormentos a los cuales me tengo que enfrentar, así que temo que todo se venga abajo sin haber comenzado a levantarme. Me encuentro a la orilla del abismo y no deseo caer de nuevo. Estoy bastante inquieta, pero dicen que lo más difícil es dar el primer paso y comenzar a cambiar, así que tendré que descubrir si es cierto.

Mis opciones están rondando mi mente, así que lo único que me queda es comenzar a implementarlas. Tal como dijo Asher, todo tiene una salida, solo es cuestión de buscarla sin acomodarnos en el problema haciendo absolutamente nada para cambiar nuestra vida. 

Debo admitir que ya no veo mi futuro en Sitriel, porque en este lugar es donde todo el sufrimiento inicio y claro, no es culpa del pueblo encargarse de mí, sin mencionar que he pasado toda mi vida recorriendo kilómetros sin llegar a ningún lado. 

Dejo mi mente descansar un poco cuando entro al baño y me lavo el rostro, dientes y me doy una ducha rápida. Al regresar a la habitación me colocó una falda de cuadros negros y rojos, una blusa negra y unas zapatillas junto a un suéter negro antes de iniciar mi recorrido en dirección a la cocina, lugar del cual proviene un agradable olor. 

Lentamente me acerco a husmear en el lugar. Cualquiera que me viese en este momento asumiría que la visita soy yo, no Asher. Con tan solo dar una docena de pasos puedo ver lo que está pasando y el aparente terremoto que acaba de azotar mi departamento. 

Hay varios utensilios regados por diferentes lugares. Varios de los gabinetes se encuentran abiertos y rio por lo bajo al apreciar a un chico tratando de no quemar un panqueque. Se nota que nunca había pisado la cocina de otros, ya que nada esta en su lugar y me asombra que haya encontrado todo lo que necesitaba para completar el desayuno. 

Me quedó apoyada al marco de la puerta para admirar la concentración del chico mientras hace panqueques. Es fascinante ver como se concentra tanto hasta en el más mínimo detalle, como lo es agregar una cantidad considerable de mantequilla a la sartén y posteriormente girar el panqueque para finalizar su trabajo.

Trato de guardar una imagen mental de Asher con harina en el rostro y cabello. ¿Cómo llegó eso hasta su cabello? Quizás podría pensar que hasta mató a algo, ya que tiene manchas de jugo de fresa por el brazo mientras que las fresas están cortadas en pedazos asimétricos al lado de la licuadora.

Noche EternaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora