¿Existe el "Vivieron felices para siempre"?

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Una relación que parecía haber salido de alguna novela romántica, similar al final de algún cuento de hadas, una profunda pasión que se desbordaba en cuanto cruzaban miradas, un romance que parecía no tener fin y una promesa de un "Felices por siempre" era lo que describía perfectamente a los 4 años que llevaban de relación.

Itadori Yuuji de 20 años era un estudiante de la universidad de Tokyo, un chico alegre con un carácter dulce y sincero, con una sonrisa que iluminaba todo a su paso, con grandes capacidades físicas y una belleza única.

Satoru Gojo era profesor de física cuántica en la misma universidad, además de ser el genio más grande de los últimos años, era un investigador con mucho prestigio, futuro heredero del grupo Gojo, un partido inigualable como pareja.

El cómo se conocieron lo dejaremos para después, ya que ahora se encuentran en un ambiente similar a la luna de miel y no sería buena idea interrumpirlos.

Era un día perfecto, hacía un clima templado y los rayos del sol apenas y empezaban a colarse en el espacio entre las cortinas de su habitación, un ruido de trastes chocando sutilmente, movimientos en la cocina, y un dulce aroma fueron más que suficiente para despertarlo, miró el reloj y apenas eran las 7 am, se levantó con un bostezo y una mano revolviendo su cabello para dirigirse a la fuente de aquellos sonidos, en cuanto llegó observó a su hermoso novio con el que llevaba ya 4 años felices de relación, un chico de cabellos rosados, ojos miel y una figura de tentación en delantal sólo con un bóxer y la mitad superior de su pijama se encontraba cocinando hot cakes y poniendo la mesa, no tardó mucho en percatarse de su presencia y le pidió sentarse con una enorme sonrisa

"Ahhh esto es a lo que deben llamar bienvenida al paraíso" pensó Satoru mientras veía a su novio muy contento cocinando y tarareando

No tardó mucho en desviar su mirada a las largas y bien definidas piernas de Yuuji, que conforme se iban acercando a su bello y bien contorneado trasero acumulaban marcas de besos y mordidas, rastros de aquella noche tan maravillosa que habían pasado antes de despertar, sonrió maliciosamente y se puso de pié para abrazar a su novio por la cintura desde atrás y robarle un beso, Yuuji apagó la cocina y volteó para corresponder al beso correctamente, sabía que Satoru no se conformaría con sólo un beso, así que comenzaron con las caricias y mimos a los que ya estaban tan acostumbrados, en un inicio eran suaves y eventualmente se tornaban en caricias para saciar la necesidad de uno del otro.

El desayuno se pospuso por un buen rato, pues Yuuji se encontraba aferrado a la encimera de la cocina con las piernas abiertas y temblando mientras Satoru lo tomaba por la cintura con fuerza y lo penetraba cada vez más rápido, El pecho de Yuuji rozaba con el delantal y la encimera, lo cual hacía que se excitase aún más, sentía cómo todo su cuerpo temblaba y se acercaba al climax, Satoru sabía que no le quedaba mucho, tomó su rostro y lo giró suavemente hacia él para darle un beso y terminar juntos, ambos retomaron el aire cerca el uno del otro, mirándose a los ojos con picardía y continuando con las caricias, Satoru había sentado a Yuuji en la encimera y se dedicó a besar todo su cuerpo mientras Yuuji acariciaba sus blancos cabellos con leves rastros de sudor, era tan normal para ellos el mimarse todo el tiempo que parecía más natural que respirar el estar con las manos encima del otro; después de un buen rato de caricias que por supuesto los volvieron a encender como una leve brisa a las brasas aún calientes, se dirigieron al baño a tomar una ducha para limpiar correctamente el interior de Yuuji, él ya se había acostumbrado a que Satoru quisiera mantenerlo lleno en cada ocasión que se le presentaba, siempre había sido muy cuidadoso con él después de aquello, así que no le molestaba que lo hiciera

-Satoru, a veces pienso que lo haces con la intención de embarazarme algún día, pero, sabes que eso es imposible, ¿Cierto? - dijo Yuuji mientras besaba el cuello de Satoru bajo la ducha

-¿En verdad lo es? - rió Satoru y estrujó el trasero de Yuuji con ambas manos

-Basta, si seguimos así llegarás tarde a tú reunión - dijo Yuuji mientras se quitaba las manos de Satoru sutilmente

-Ahhh si no fuera tan importante para nuestro futuro definitivamente no iría, pero por ti haría cualquier cosa, como alejarme de esta hermosa cintura que me tienta a dejar marcas de mis dedos sobre ella todos los días - suspiró y prosiguió a besar los hombros de Yuuji, besar su cuello y acariciar su cintura con un apretón al final

-Satoru, sé tus intenciones, pero es importante para ambos, así que haré un sacrificio por ambos

Yuuji retrocedió un poco y abrió la llave de agua fría, Satoru cerró la llave lo más rápido que pudo, pero aún así estaba temblando mientras Yuuji reía a carcajadas, lo tomó del rostro y lo besó, eran los momentos tan casuales y rutinarios lo que hacían que su relación fuera tan única; Satoru desayunó a prisa ya que una buena felación por parte de Yuuji en la ducha le tomó más tiempo del que planearon, se despidió con un beso en la frente y uno en los labios de Yuuji para salir corriendo a su reunión.

Desde que se conocieron, todo fué como un torbellino de emociones fuertes y contundentes, podría decirse que ninguno de los dos creía en el amor a primera vista hasta que se vieron mutuamente, no les tomó mucho amarse y volverse parte de la vida del otro, vivían juntos desde que Yuuji cumplió los 18, ya hacían dos años de ello, su vida diaria se resumía en estar juntos y melosos todo el tiempo que estaban en casa juntos, pues Satoru había rechazado el convertirse en heredero del grupo Gojo para seguir con sus investigaciones enfocadas a la física y conseguir más prestigio por sus propios medios para darle a Yuuji la vida que merecía, no malentiendan la situación, vivían en un departamento bastante amplio como para ser ocupado sólo por dos personas, Satoru tenía un auto del año y a pesar de querer darle uno a Yuuji, este no aceptaba porque le encantaba ver a Satoru mientras conducía y no podría hacerlo si era él el que conducía; por su parte Yuuji iba a clases entre semana, se encontraba ya a más de la mitad de su carrera, había entrado a la universidad de Tokyo gracias a Satoru y sus increíbles clases que de alguna forma siempre terminaban con Satoru sobre él, pero aún así habían servido para aprobar el examen de ingreso, cuando Yuuji no estaba en la universidad o haciendo tareas se ponía a hacer la limpieza del hogar y la comida, a pesar de que Satoru insistía en contratar a alguien para que lo hiciera, Yuuji se negaba siempre, decía que no quería que nadie entrara a SU espacio, un espacio que sólo ellos compartían, no quería que alguien más llenara el estómago de Satoru, eran cosas que hacía como un acto de amor hacia Satoru, por lo que tampoco dejaba que él lo hiciera, a menos que Yuuji se encontrara "indispuesto" y eso sólo significaba que había tenido una rutina de sexo bastante buena y no le dejaba hacer nada por un rato; esas eran las rutinas que seguían a diario, los fines de semana tenían citas, regularmente iban al cine, ya que ambos disfrutaban de este arte, pero Satoru disfrutaba más consolar a Yuuji mientras lloraba por ver una comedia romántica, de vez en cuando iban a una playa cercana a caminar de las manos y charlar de cualquier cosa que los preocupara, en otras ocasiones iban a restaurantes temáticos y por la personalidad de Satoru tomaban fotos muy graciosas que siempre hacían a Yuuji sonreír, también solían quedarse en casa y ver series, pero tenían momentos muy diferentes cuando Yuuji salía tarde de clases y se quedaba a estudiar, pues terminaba esperando a que la clase de Satoru terminará e irse con él a casa, pero en cuanto entraba al salón de clases, él cerraba la puerta y tenían momentos candentes esperando que nadie los atrapara, por suerte no había pasado, pero no se le podría llamar suerte a cada vez que Satoru sabía que Yuuji lo esperaría terminara la clase temprano y amenazaban a sus alumnos con hacer que odiaran la física por el resto de sus vidas si regresaban al salón.

Sus vidas estaban tan entrelazadas que parecían ya saber lo que él otro pensaba o eso creía Yuuji, pues un día tan normal como cualquier otro, se dispuso a hacer una cena con más proteína y verduras para que Satoru pudiera resistir las jornadas tan duras de investigación, discusiones con otros físicos y demás, llegó a casa y colocó los ingredientes en la encimera, escuchó ruidos venir de la habitación, caminó hacia ella pensando que Satoru se estaría cambiando y había llegado hace poco, abrió la puerta y vió aquello que cambiarías su vida completamente, era Satoru siéndole infiel, estaba con una mujer en la cama que ellos compartían cada día y noche, en la habitación en la que tantas veces hablaron de sus sueños y metas juntos, ahí estaba su amado y una mujer desconocida, ahí estaba la situación que llevaría a Yuuji a lugares y situaciones que jamás deseó vivir.

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