Capítulo 5: Compañeros, Leyendas y una Fiesta.

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Cuando se separaron esta segunda vez Eir lo miró sorprendida.

- Wow. Realmente no puedo entenderte Erik. Un momento me dices que no quieres que avancemos, pero luego me besas... yo, estoy confundida. Deja de enviarme señales contradictorias porque yo, ya no sé lo quieres.- dijo Eir algo molesta, pasando por su lado para salir de ahí.

- Lamento confundirte así, es solo que ya no pude aguantar más. Llevo días queriendo hacer esto.- respondió acercándose a ella y sujetando su mano para que no se fuera.- Ni en mis sueños me dejas tranquilo y de verdad ya eres una necesidad.

Eir lo miró fijamente.

- Aunque no pude decir nada en la conversación que tuvimos ayer, hoy seré completamente sincera.- dijo Eir bajando la mirada pensativa.- Yo tampoco quiero lastimarte o salir lastimada, pero no puedo negar que entre nosotros pasa algo.- añadió mirándolo a los ojos.- Siento una gran atracción por tí...- pero ya no pudo continuar, Erik la estaba empujando contra una pared cercana y capturando sus labios otra vez.

- Solo por hoy, olvidémonos del futuro.- pidió Erik entre besos, alternando entre los labios y el cuello de la chica.- Solo por hoy, quiero dejar de pensar.

En este punto Eir no pudo negarse que quería poder decidir aunque fuera una vez, hacer algo por ella, ser egoísta disfrutar del momento, pero ella sabía que después de este paso nada sería igual. Con sólo estos besos robados ya nada sería igual.

La joven empujó suavemente al Alfa mirándolo a los ojos con tristeza y negando con la cabeza.

- No puedo hacer eso, y si lo piensas fríamente tu tampoco puedes. Recuerda todas las razones por las que no querías que esto pasara.- dijo ella.- Te pido que aguantes unos días más. No estaré aquí mucho tiempo, y podrás concentrarte en encontrar a la mujer perfecta para tí, la que será nuestra amada Luna. No puedes arriesgarlo todo por una simple atracción sexual. Y yo no estoy dispuesta a que nos rompamos el corazón mutuamente.

- Pero yo no estoy hablando de amor.- señaló el Alfa con frialdad.

Erik se arrepintió inmediatamente por su pésima elección de palabras. Eir le dio una bofetada mirandolo decepcionada.

- No permitiré que me utilices como un objeto para quitarte la calentura Erik.- dijo furiosa.- Valgo más que eso.- dijo dándose la vuelta para irse agarrando sus cosas en el camino.- ¿Sabes que es lo que más me duele, Alfa?- pregunto girandose hacia él con los ojos húmedos.- Que yo, si me estaba enamorando de tí.- Diciendo esto salió por la puerta sin volver a mirarlo.

Erik sintió un nudo en la garganta, lo había arruinado todo, solo por sentirse herido al ser rechazado. Y había hecho precisamente lo que más quería evitar. La había herido a ella y a sí mismo en el proceso.

- ¿Qué hice Ivar?- Preguntó

- La cagaste de manera épica.- respondió el lobo enfadado.

Erik no respondió. Dió un grito de rabia y golpeó la pared con el puño. Sintió algo líquido y tibio correr por sus mejillas. Se pasó una mano por ellas. Estaba llorando.

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Eir corrió sin rumbo fijo mientras cálidas lagrimas bañaban su rostro. Cuando se detuvo se dio cuenta que estaba frente a un hermoso lago que reflejaba la luna llena. Se sentó en la orilla y dejó salir un sollozo angustiada.

- Elia ¿Porqué me siento tan destrozada?- preguntó.

- Porque te han roto el corazón.- respondió Elia con tono triste.- y alguien de quien menos lo esperabas. Pero sanarás. Somos chicas fuertes. Vamos a casa.

No Sabía, Pero Aprenderé Donde viven las historias. Descúbrelo ahora