Parte 4

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Wooyoung se separó del cuerpo de Hongjoong, irguiéndose sobre él para llevar sus manos a la remera del mayor, y sin contemplación se la quito por la cabeza tirándola sin cuidado al piso. Para luego tocar la cinturilla de los pantalones de chándal, enganchar los dedos en el elástico y tirar hacia abajo por sus piernas y lanzarlos al piso. Para luego sacar sus calzoncillos. No sin antes, limpiar con la parte limpia, superficialmente el desastre entre las piernas del mayor.

_ Deja de hacer eso _ pidió Hongjoong entrecortadamente y removiéndose incomodo.

Wooyoung sonriendo cálidamente mientras mira a Hongjoong, y sin haberle prestado atención al pedido del mayor dice: _ Eres tan hermoso, cariño _ la voz de Wooyoung estaba cargada con tanta adoración, mientras recorría con sus manos la piel del mayor con tanta reverencia, que Hongjoong no pudo evitar los escalofríos que recorrían su columna y se manifestaran físicamente.

_ No más que tú _ dijo Hongjoong en un susurro ahogado cuando Wooyoung empezó a recorrer los costados de su cuerpo, hasta sus muslos.

Wooyoung no lo miro directo a la cara cuando sus labios tiraron en una pequeña sonrisa rápita, sino que estaba más concentrado en donde tenía sus manos, acariciando, apretando.

_ Lo malo de todo esto, es que no tengo lubricante, ni condones _ dijo frunciendo el ceño, más para sí mismo que para que lo escuchara el mayor. Pero esa mueca se va cuando se posa en un lugar específico de Hongjoong, mientras su lengua sale al exterior de su boca y se lame los labios, y sus ojos se vuelven totalmente oscuros con una carnalidad tangible en el aire, palpable, sofocando el ambiente.

_ ¿Wooyoung? _ la voz de Hongjoong sale insegura.

Wooyoung poso sus ojos en el mayor. _ Pero eso no me va a detener _ dijo con una sonrisa casi macabra en su rostro, haciendo que Hongjoong se derritiera en los cojines del sofá, caliente y a merced del otro. _ Cariño, necesito que me digas una palabra para saber cuándo te sientas incomodo y así poder detenerme _ .Pidió amablemente, y tocando dulcemente la mejilla de Hongjoong, algo completamente contrario a la crudeza de toda esta situación.

Hongjoong se lo quedo mirado en blanco por un minuto, confundido, no por lo que le pedía Wooyoung, sino porque su mente no podía juntar dos palabras seguidas.

_ ¿Cariño? _ animo Wooyoung apretando el muslo del mayor.

_ ¿El sistema de colores?

_ ¿El semáforo? _ cuestiono Wooyoung mirando al otro solo con un toque de duda.

_ Si. Si te parece-bien _ dice el mayor, queriendo la aprobación de Wooyoung, de lo contrario buscaría en su cerebro alguna palabra como le había pedido previamente.

_ Me parece muy bien, cariño _ y con eso Hongjoong suspiro soltando el aire que no sabía que había estando conteniendo en sus pulmones, volviendo a respirar.

Y anticipando cualquier movimiento de Wooyoung, Hongjoong extiende el brazo colocando su palma sobre el corazón del otro, sintiendo sus acelerados latidos, sacando de Hongjoong una cariñosa sonrisa _ Wooyoung, la puerta.

Entendiendo lo que el mayor quiere decirle, se levanta, caminando unos pasos hacia la puerta y la cierra con llave.

Era tarde, no quedaría mucha gente en el lugar, aun así, no querían arriesgarse a que alguien los viera. Había tan pocas cosas que le quedaban para ellos mismos, que esto era lo último que querían exponer, porque era íntimo y deseaban atesorarlo para ellos. Por lo tanto, es bueno prevenir que después lamentar.

Volviendo al lado de Hongjoong, agachando la cabeza le da un casto beso al mayor, para después y sin perder un segundo más de tiempo, sujetando con ambas manos las caderas del mayor, volteándolo y ponerlo boca abajo.

Te amo, simplemente por existirDonde viven las historias. Descúbrelo ahora