El Asesino (*2temp) [Zayn y tu]

Capitulo 28.Parte 2

'Si no vives tu vida, nadie va a vivirla por ti'

_____ reía en brazos de él. Ninguno de los dos había sabido medir bien el límite de control... 

_____ lo despeino, mientras él intentaba abrir la cerradura de la puerta. Habían bebido como nunca, pero eso no quitaba la felicidad que había por más alcohol que ahora recorriera sus mentes. 

Zayn abrió la puerta. Cerró y abrió los parpados, rápido. Confundido. ¿Pero dónde mierda estaba? ...miró a todos lados. _____estaba a su lado, riendo, mareada, le sonrió...y la cargo entre sus brazos. Debía mantener el control, al menos un poco. 

- Mi amor...- susurró ella. Mareadísima. Algo que Zayn ya conocía de ella, era que podía tomar un solo vaso de licor y terminaba así. 

- Ya estamos en casa. – le tranquilizó él. _____ soltó una risa. 

Claro...después de a ver tomado tanto como pudieron, y de recorrer las calles de New York en un convertible... ¿Quién no terminaba así? 

- Hueles bien. – sonrió ella. Con los ojos cerrados. Besó el cuello de Zayn. 

Él rió.

- ¿Sabes qué hora es? – pregunto tratando de sonar los mas cuerdo posible. 

- No...me importa. – ella se estiró. Zayn la dejo caer sobre el mueble principal, e intento acomodarse sobre ella.

- Son las tres de la mañana – Zayn sonrió, acostándose levemente sobre el pecho de ______. 

- Temprano. 

- Tarde.

- Zayn...- suplicó la pequeña _____. - es nuestra última noche en New York...- encorvo sus labios hacia abajo. - ¿no te provoca hacer una última tontería? 

- Me provoca hacer otro tipo de cosas – besó los labios de _____ con tanta lujuria, no tenía control de sí mismo cuando...bueno, ya lo saben, cuando se trataba de _______, y solo de ______.

- A ti siempre te provoca hacer ese tipo de cosas. – farfulló ella.

- Como si no te gustara. – Zayn puso los ojos en blanco. 

______ sonrió, despeinó de nuevo el cabello de Zayn, tanto como pudo. Le gustaba tenerlo con ella, siempre, y era increíble que con varias copas demás aun pudiera sentir esa conexión tan fuerte con él. 

- Tienes razón. - rodeó el cuello de Zayn con sus brazos, aferrando el cuerpo de él con el suyo. Los besos empezaban a convertirse en algo más...Dios...en mucho más. 

Él abrió los ojos.

- Muñeca...- susurró. – Mi amor, preciosa...- la mente se le puso en blanco. Le acaricio la mejilla. – Ahora no.