Capítulo 1

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Observo por última vez la que ha sido mi habitación por 19 años. No puedo creer que ha llegado el día de separarme de mi familia. Vengo de una familia normal, con ingresos moderados. En casa vivimos mi madre Annabelle, una persona bastante cariñosa y amable, siempre está pendiente de nosotros sus tres hijos; luego está mi padre Abraham, es bastante tranquilo, pero cuando se molesta es mejor estar lejos de su campo de visión; y por último, pero no menos importante, están los gemelos Johan y Jonathan, sí, tengo dos hermanos menores bastante insoportables.

Miro por última vez mi casa y me despido de mis adorados hermanitos. Cuando llega el momento de despedirme de mamá la abrazo con fuerza, es a la que más voy a extrañar.

- Te voy a echar mucho de menos mi niña - me dice ella con los ojos aguados.

- Yo también te voy a extrañar mucho - le digo igual de triste por esta separación - Pero prometo llamarte todos los días - le digo sonriendo.

- Vamos Emma, quedan dos horas de camino para llegar al aeropuerto - nos interrumpe mi padre preocupado. Asiento con la cabeza y le doy el último abrazo a mi mamá.

Me subí al asiento de copiloto, despedí a mi madre y hermanos con la mano y mi papá echó a andar.

En el camino pienso en cómo he llegado hasta este momento, recuerdo que toda mi vida he soñado con estudiar Psicología en la Universidad de Waikato, me pasé los 3 años de preparatoria esforzándome por obtener buenos resultados, porque al vivir en un pueblito de Nueva Zelanda como lo es Lake Waitaki Village, era difícil tener esos sueños tan grandes. Aún así adoro mi pueblo, es muy bonito y se lleva una vida bastante sencilla en él, vivir cerca de un lago es una de las cosas que más me gusta, adoro el agua.

- Emma, ¿me estás escuchando? - mi padre me saca de mis pensamiento.

- Em... Lo siento, no te escuché papá - le digo con una sonrisa inocente.

- Nos queda bastante para llegar - me dice poniendo los ojos en blanco y le sonrío.

- Sí, ya lo sé - lo miro.

Mi padre siempre ha sido serio, no suele ser demasiado cariñoso, pero a pesar de ser así sé que adora a sus hijos, no es de tener mucha paciencia, principalmente con los gemelos.

...

No sé en qué momento me quedé dormida entre mis pensamientos. Mi padre me despierta para darme cuenta de que hemos llegado al aeropuerto. Lo miro y pienso en que ha llegado el momento de despedirme, mi vuelo sale dentro de media hora.

- Mucha suerte, mi niña - me dice suspirando, sé que se está aguantando para no llorar.

- Te quiero mucho papá, te voy a extrañar un montón - y eso es verdad, a pesar de que adoro a mi mamá, tengo una conexión muy especial con mi papá, él es mi mejor amigo del mundo, siempre que necesito hablar recurro a él.

- Yo también mi cielo - me dice - Entra anda, que te va a dejar el vuelo.

Lo miro y sin saber por qué lo abrazo muy fuerte, él me responde rápido el abrazo. Cuando nos separamos le doy un beso en la mejilla.

- Adiós mi ponny - me dice sonriendo, sabe que odio que me diga así, pero ya estoy acostumbrada - Llámame cuando llegues.

- Por supuesto, adiós - me despido y entro al aeropuerto.

Son 2 horas y media en avión para llegar a la ciudad de Hamilton, además de la media hora que se tarda en coche llegar a mi nueva universidad, me espera un largo camino.

Sueños de una Psicóloga Donde viven las historias. Descúbrelo ahora