El plan de ilusiones.

949 66 171
                                    

DreamWorks se despidió de su tía en Texas, pues según el doctor, ella ya se había recuperado. Pasó más de una semana ahí, y estaba emocionado por volver a su hogar en Nueva York ya que supuestamente Disney presentó a los directores más importantes de la ciudad el guión que juntos habían producido. En especial él, porque hizo la mayor parte del texto y fue el que comenzó a escribirlo aquella noche después del trabajo cuando se había molestado con quien ahora es su compañero y mejor amigo.

Pensó que Disney hablaba en serio cuando le ofreció una gran disculpa, estaba cumpliendo con la parte del trato. Pero había algo que le incomodaba, algo que no encajaba muy bien. Había intentado llamar a Disney muchísimas veces aquella tarde que llegó a su casa, y siempre el teléfono daba señal de apagado o le cancelaba la llamada. No entendía por qué no contestaba su amigo, quería darle la noticia de que llegó a la ciudad, pero no tuvo oportunidad para hablar con él. Incluso, probó con mandarle un mensaje de texto, pero indicaba que no le llegaba a su número.

Preocupado, se fue a dar un baño, pues ya era de noche. Navegaba en sus pensamientos en cuanto escuchó que alguien llamó la puerta. Él seguía en la ducha, entonces rápidamente se puso una bata y corrió a abrir. Era Disney. Afuera estaba muy oscuro, por lo que la luz de la luna sobre él, lo hacía ver muy lindo, pensó DreamWorks. Dream estaba en bata y bastante mojado por el agua, lo que ocasionó que Disney se sonrojara un poco también.

—Eh, disculpa si he interrumpido un poco. — Dijo Disney algo nervioso intentando romper el silencio que se hizo en cuanto la puerta se abrió.

—No hay problema, de verdad... Estaba tomando un baño, es todo. — Contestó DreamWorks. — ¿Quieres pasar?

—¡¿Q-qué?!

—N-no en mal plan. Hace frío afuera. Además, me gustaría hablar contigo. — Propuso.

—Yo igual, por eso he venido aquí.

—¿Tan tarde? — Contestó bromeando.

—Estuve ocupado durante todo el día. — Mintió.

—Eso explica todo, te he intentado llamar desde que llegué a la ciudad. Vamos, pasa. Espérame en la sala de estar. No tardo.

Disney entró algo incómodo. Observó la casa de DreamWorks. Era algo pequeña, pues vivía una sola persona allí. Era muy linda, estaba bien organizada y limpia. Sobre la chimenea había unos cuadros con fotos de Dream. Disney no pudo evitar una sonrisa al verlo, pero al darse cuenta de lo que hizo, intentó disimular. Se acomodó en el sofá beige de la sala de estar. DreamWorks volvió al baño y regresó con Disney ya vestido y algo arreglado unos minutos más tarde. Le ofreció un café, y aunque Disney lo rechazó, DreamWorks se lo trajo de todas formas, lo que provocó que Disney volviera a sonrojarse. Nunca lo habían tratado tan bien, y se sentía algo mal por haberle hecho eso a DreamWorks, pero sabía que si se confesaba lo iban a despedir, y era el trabajo de sus sueños, aunque el de Dream también lo era.

—Y bien, dime, ¿qué me querías decir, Disney?

—Hace un par de días presenté el guión de, obviamente, NUESTRA película.

—¡Genial! ¿Cómo te fue?

Disney suspiró lentamente para dar la impresión de que estaba a punto de decir algo malo.

—Lo siento muchísimo, mi Dreamy...

—¿Qué?

—Que nos han rechazado.

—Oh... — Respondió DreamWorks demasiado apenado. —Pensé que fui un buen escritor. Pero qué más da, jamás lo seré.

Las palabras de DreamWorks hicieron sentir algo culpable a Disney.

Del odio al amor. - DreamWorks x DisneyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora