Los primeros días de escuela no estuvieron tan mal. Conocí a mis compañeros y me uní al grupo de Imogen, que parecían muy divertidos. No sé demasiado de ellos, aunque desde el primer momento, me sentí bienvenido. Me tomaron una prueba para entrar en el equipo de rugby, y para mi sorpresa, la pasé fácilmente. La adrenalina que sentí durante la prueba fue increíble, y me emocionó saber que podía formar parte para representar la escuela. Los profesores se mostraron amables y dispuestos a ayudarme en todo lo que necesitara. Todo esto me hizo sentir que este año escolar podría ser realmente positivo.
**Harry:** ¡El viernes haré una fiesta en mi casa! Estás invitado.
**Nick:** Oh, gracias.
**Imogen:** ¡Sus fiestas son las mejores de todas! Tienes prohibido decir que no. *coqueteando*
**Nick:** Okey, veré si puedo ir. *se pone algo nervioso por la cercanía de su amiga*
**Rufus:** No te lo pierdas, las chicas que van, son hermosas y aman a los rugbiers.
**Imogen:** Creo que debes cerrar la boca. *ordenó Imogen, algo molesta*
*En ese instante, todos giraron a mirar. Pasaba un grupo de chicos y chicas. Harry, de la nada, les lanzó la pelota.*
**Tao** ¿Qué te pasa? ¿Estás loco? ¡No puedes lanzar una pelota así sin avisar! eres un idiota.
**Harry:** Solo quería hacer un nuevo amigo. No sabía que eras tan sensible- se burló.
**Sai:** *riéndose* Vamos, no se pongan así. Solo es una broma.
**Imogen:** Oye, solo fue una broma. Estamos aquí para divertirnos. ¿Por qué no te unes a nosotros en vez de ponerte así?
**Sai:** Ni se te ocurra, no son parte de nosotros.
**Tao:** Te aseguro que no queremos ir y convertirnos en idiotas como ustedes.
*Todos empezaron a reír aún con más burla.*
**Rufus:** ¡Vamos, Tao! Eso es un poco duro. Solo estamos tratando de divertirnos.
**Imogen:** Sí, relájate. No todos tenemos que ser tan serios todo el tiempo.
Estaba en medio de la "conversación" cuando escuché a Sai decir que no quería que se unieran a la fiesta. Miré al amigo de ese chico, y de repente, algo hizo clic en mi mente. Me quedé parado, sorprendido. *¿Era el chico que vi en el centro?* No podía creerlo.
Sentí que mi corazón latía más rápido. *Era él, estaba seguro.* De repente, me miró. Nuestros ojos se encontraron y, en ese instante, sentí una oleada de mariposas en mi estómago. Intenté desviar la mirada, pero había algo en sus ojos azules que me mantenía atrapado.
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Realmente no comprendía por qué molestaban tanto a ese grupo. Era como si todos estuvieran en un juego del que yo no tenía ni idea, pero que tampoco me agradaba lo que estaba presenciando.
Imogen, a mi lado, parecía disfrutar de las idioteces de sus amistades. Su risa resonaba en el aire, ligera y despreocupada, mientras los demás se burlaban de cosas triviales que no tenían sentido para mí. *¿Por qué era tan divertido hacer sentir incómodo a alguien?*
Mientras la tensión en el ambiente crecía, escuché a una chica rubia (Darcy ) llamar a ese tal Tao.
**—¡Tao, ven aquí! No vale la pena.**
Elle, rápida como un rayo, lo agarró del brazo y comenzó a llevarlo hacia la clase.
**—Vamos a clase,** dijo ella con firmeza, como si eso pudiera cambiar lo que estaba pasando.
Tara, sin rendirse, gritó tras ellos:
**—¡No tiene sentido, Tao!**
El chico de ojos azules apartó la mirada tímidamente, como si las palabras de Tara no tuvieran efecto en él. Su rostro mostraba una mezcla de frustración y resignación. Sin más, se marchó .
NARRA CHARLIE
El idiota de Harry y sus amigos, como siempre, molestando. No podía creer lo que estaba viendo. Me quedé observando cómo Tao los increpaba, tratando de defenderse, pero yo no podía reaccionar. Era como si mi cuerpo estuviera paralizado.
De repente, sentí una mirada sobre mí. Al girar la cabeza, vi a un chico que me estaba observando. En ese instante, morí un poco por dentro. *¿Quién era él?* Su mirada era intensa y, aunque no podía ver su expresión completa desde donde estaba, se veía tan… pero tan lindo.
Los nervios me invadieron. *¿Por qué tenía que ser tan perfecto en medio de todo este caos?* Me sentí como un idiota, atrapado entre el drama de mis amigos y la belleza inesperada de ese chico. Mi corazón comenzó a latir más rápido y mi mente se llenó de preguntas. ¿Me había visto? ¿Qué pensaría de mí?
Nos dirigimos a la clase y luego a otra, hasta que finalmente llegó la hora de educación física. La tensión en el aire era palpable. Tao no paraba de protestar; odiaba hacer deporte.
**—¿Por qué tenemos que hacer esto? No tiene sentido,** se quejaba mientras caminábamos al gimnasio.
Isaac, por su parte, casi nunca participaba. Siempre se aislaba en una esquina, sumido en uno de sus cientos de libros. Era un misterio cómo lograba salir adelante cada año a pesar de reprobar la materia y tener que rendirla.
Darcy, en cambio, se lanzaba al fútbol femenino con entusiasmo. Ella siempre había sido una apasionada del deporte, mientras que su novia Tara amaba ir a la clase de baile junto a Elle. Veía cómo ambas brillaban en sus actividades, disfrutando cada momento.
Y luego estaba yo. Solo era bueno en atletismo; correr me gustaba, pero eso no cambiaba el hecho de que esta clase me ponía nervioso. Lo peor de todo era que coincidíamos con Ben. Su mirada intimidante me hacía sentir muy mal. Había algo en su presencia que me hacía querer esconderme.
Mientras nos preparábamos para la clase, traté de concentrarme en los ejercicios y dejar de lado el malestar. Pero la tensión seguía ahí, como una sombra que no podía ignorar.
