Narra Nick
Llegué a la escuela y miré a mi alrededor; el sol brillaba y el cielo estaba despejado, un día precioso. Me sentía aliviado porque mamá estaba mucho mejor, y eso me hacía ver todo de una forma diferente. Sin embargo, la sombra de mi padre seguía ahí, recordándome que ni siquiera se había molestado en llamarme.
Mientras caminaba por el pasillo, escuché risas y voces familiares. Me encontré con mis compañeros y vi a Harry en el centro del grupo, entusiasmado mientras hablaba de la fiesta que iba a hacer en su increíble mansión. Su energía era contagiosa, y no pude evitar acercarme.
-¿Con qué se trata de una gran fiesta? -pregunté, tratando de ocultar mi curiosidad.
Harry sonrió ampliamente.
-¡Va a ser épica! Tendremos música, comida deliciosa y un montón de sorpresas. ¡Tienes que venir!
Tenía razón Imogen, la idea de ir a su mansión y pasar un buen rato con amigos podría ser una excelente idea. Tal vez lo necesitaba para distraerme de todo lo demás.
-¡Claro que sí! -respondí con una sonrisa-. No me quiero perder eso.
Mientras hablábamos, me sentí más ligero. A veces, solo necesitaba un pequeño empujón para recordar que había cosas buenas en la vida, incluso si mi padre no estaba presente para compartirlas.
Al entrar al aula, sentí que el ambiente estaba cargado de murmullos. El director se puso frente a nosotros, y con su voz seria, nos anunció un cambio inesperado en la escuela. Me tomó por sorpresa cuando dijo que dividirían a los del penúltimo año para que asistieran a clases con otros alumnos. Un nudo se formó en mi estómago; no me agradaba mucho la idea.
-¿Por qué ahora? -pensé mientras miraba a mis compañeros, algunos lucían tan desconcertados como yo. Ya me había acostumbrado a ellos y a su dinámica, y ahora tenía que socializar con nuevos estudiantes otra vez.
Intenté no ser tan dramático. Escuché a Sai que decía : "Cada cambio trae una oportunidad". Tal vez tenía razón. Podríamos conocer más gente y, quién sabe, encontrar nuevos miembros para el equipo de deportes, que realmente estaba en falta.
Respiré hondo y decidí darle una oportunidad a esta nueva situación. Quizás conocer a otros alumnos podría ser interesante y traería nuevas ideas al grupo. Al final del día, siempre es bueno ampliar nuestros horizontes, ¿no? Así que, aunque la noticia me descolocó un poco, traté de mantener una actitud positiva. Después de todo, cada nuevo comienzo puede traer algo bueno si uno se lo propone.
Narra Charlie
Como de costumbre, nos quedamos hablando con las chicas en la vereda. Darcy, de la mano de Tara, ya se mostraban sin tapujos, y eso me alegra mucho. Había sido un proceso largo llegar a este punto; ver cómo se sentían cómodas y felices juntas era un verdadero alivio , ya que ellas me apoyaron mucho cuando salí del closet.
Elle y Tao no paraban de ponerse al día, riendo y compartiendo anécdotas de lo que habían hecho en los últimos días. Su energía era contagiosa, y me encantaba ver cómo su amistad florecía. Mientras tanto, Isaac estaba en su mundo, buscando algo en su mochila. Parecía que no se daba cuenta de lo que pasaba a su alrededor; siempre tan concentrado.
Me uní a la conversación entre Elle y Tao, recordando momentos divertidos que habíamos compartido. A veces, me sorprendía lo rápido que pasaba el tiempo cuando estábamos juntos. La risa y la camaradería llenaban el aire, y todo parecía perfecto, al menos por ahora.
