El dedo maldito.

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Yuuji se estaba escondiendo en el baño del profesor de educación física lo seguía buscando para meterlo al club de atletismo desde ya casi 3 semanas.

- Maldición porque no puede ser un profesor normal y aceptar un maldito no - Se queja el adolescente mientras se acomoda encima del retrete para evitar que se vean sus pies.

El joven empezó a revisar su celular y un mensaje de su superior le decía que lo esperaban en la sala del club de ocultismo, tenían algo interesante que contarle, al parecer habían descubierto algo.

- Espero esta vez sí sea algo real y no solo otra excusa - Dice Yuuji suspirando, le gustaba pasar tiempo con sus superiores pero ellos estaban a veces demasiado obsesionados por la Japa Mala que ha estado en su familia por años.

Aunque Yuuji no podía culparlos, según su padre y abuelo, este objeto ha estado en su familia desde la era Heian y decía que tenía algo relacionado a la leyenda del rey maldito, incluso decían que le perteneció a alguien cercano a dicho rey.

Aún en modo precavido el joven se escabulló hasta la pequeña habitación donde estaba el club, aunque bueno no podían llamarse un club siendo 3 personas, por eso usaban una sala vacía para sus encuentros, muchos compañeros le preguntaban porque no entraba a clubes deportivos, Itadori tenía un físico, resistencia y demás cualidades que cualquier deportista envidiaría pero Yuuji era alguien que no desea pertenecer a un club.

Viendo que estaba cerca Yuuji aceleró su paso y entro rápidamente, Setsuki le entregó una toalla para su sudor y Tageshi una botella de agua, Yuuji como siempre se retiro la Mala de su cuello permitiendo que la vieran mientras se secaba el sudor debido al nervio que le causaba que el profesor lo jalara a una ridícula competencia y tomaba un trago de agua.

- Te lo digo Itadori, si nos dejaras llevar esta Mala a un templo tal vez sepamos más, quién sabe tal vez y descubramos alguna alma sellada en esta - Setsuki está diciendo con entusiasmo admirando la hermosa Mala de cuencas rojas y negras - sobretodo con esa cuenca extra, en todos mis años nunca vi un Mala con 109 cuentas.

- Ya te dije que no se puede, si eso le llega a pasar algo mi padre me matará - Yuuji responde tomando la Mala y volviendo a colocar en su cuello para ocultarla luego con su uniforme, toma asiento y escucha a Setsuki hablar un rato antes de irse a casa, si él y Tageshi fueran sinceros el club era más ella hablando de sus teorías y conocimientos sobre lo paranormal con ellos escuchando, hoy no fue la excepción.

Luego de media hora escuchándola, Yuuji se estaba despidiéndose de ellos cuando Setsuki le detuvo.

- Yuuji espera, necesito que guardes algo por mí, lo habia conseguido en la escuela, quería abrirlo y ver que tenía pero me surgió un imprevisto- le dice mientras le pasa una pequeña cajita - Puede que tenga algo asombroso de miles de años.

- Claro, te lo doy mañana - Yuuji toma la caja y la guarda para empezar su camino a casa, pero la diosa fortuna no estuvo de su lado y el profesor lo agarro, como siempre le exigió una competencia donde si este ganaba se unirá al club de atletismo, Yuuji se dejó jalar hasta la cancha donde había el público que sabiendo que Yuuji sería el ganador ansiaban ver cómo el profesor era humillado.

La competencia fue la de ver quien lanzaba mas lejos, Yuuji como siempre termino ganando, algunos incluso pensaron que batio algún récord, aprovechando que el maestro estaba en shock, huyó de la zona sin notar que un joven de cabellos puntiagudos lo miro y pudo sentirlo... Ese chico que huía tenía lo que había venido a buscar.

Cuando ya el sol se ocultaba fue que Itadori llegó a casa, llevaba dos grandes rollos de tela en brazos, al entrar oyo el tarareo de su padre, seguro estaba en la sala, cuando lo podía oír tararear estaba en ella.

Y de las cenizas, surgeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora