—¡Me voy! —exclamó el chico de cabello largo con determinación, su voz resonando en la habitación antes de precipitarse hacia la puerta principal.
Su madre, desesperada por retenerlo, extendió sus manos hacia él, pero solo alcanzó a rozar el vacío con sus dedos temblorosos.
En la acera, el chico yacía sentado, sumido en un mar de lágrimas silenciosas, ocultando su rostro entre las palmas de sus manos.
—¿Nick? —tu voz emergió en la penumbra de la noche, sorprendiendo al joven, quien no esperaba encontrarte despierta a esas horas.
Permaneció en silencio, luchando por contener sus lágrimas, determinado a no mostrarse vulnerable ni débil frente a tí. Sus ojos brillaban con una mezcla de tristeza y determinación, mientras sus manos apretaban los puños con fuerza.
—¿Qué pasó, Nick? —te acercaste, depositando suavemente tu mano en su hombro.
Él desvió la mirada, evitando encontrarse con tus ojos, como si quisiera protegerte de su angustia.—Nada —musitó con voz temblorosa y entrecortada.
Tú mano ascendió con delicadeza hasta su mentón, girando su rostro suavemente para que te mirara. Sus ojos estaban enrojecidos e hinchados, y sus labios temblaban ligeramente. Sus mejillas estaban empapadas en lágrimas, y al ver su dolor reflejado en ellos, sentiste cómo tú corazón se fracturaba en mil pedazos.
"But I crumble completely when you cry"
—Si no es nada, ¿por qué lloras? —con la otra mano, apartaste una lágrima que resbalaba por su mejilla, y te sentaste a su lado.
De pronto, él se aferró a ti en un abrazo desesperado, dejando que sus lágrimas se desbordaran sobre tu hombro.
Con suavidad, acariciaste su cabello, entrelazando tus dedos en sus desordenados mechones.
—Todo estará bien, ¿de acuerdo? —susurraste, buscando consolarlo con cada palabra.
Pasó un tiempo interminable mientras permanecían abrazados en silencio, hasta que finalmente las lágrimas se desvanecieron.
Lo apartaste ligeramente, lo suficiente como para mirarlo a los ojos.
—Mi padre... me echó de casa... —susurró Nick, apenas audible.
Tomaste su rostro entre tus manos y depositaste un beso en su mejilla.
—Puedes quedarte en mi casa —fue lo único que salió de tus labios, sin querer abrumarlo con preguntas en ese momento.
—Gracias...
Ya en tu casa, le proporcionaste una pijama que pertenecía a tu hermano, y lavaste su ropa, mojada y manchada.
Sentado en tu cama, él observaba en silencio cada movimiento tuyo, mientras ordenabas los libros con delicadeza, y su corazón latía con premura.
—Puedes descansar en la habitación de mi hermano, que estará fuera durante algunas semanas.
—Mmm... bueno, yo... —se detuvo antes de terminar la frase, jugueteando con sus manos y evitando tu mirada. Parecía un niño pequeño, lleno de nervios y expectación. Eso solo aumentaba tu ternura hacia él.
—¿Podría dormir contigo? —preguntó Nick con una mezcla de timidez y esperanza.
Te quedaste sorprendida ante la inesperada propuesta
Él temía un rechazo, o algo peor, que lo interpretaras mal.
Mientras tanto, tú te sentías feliz ante su propuesta.
Desde el primer momento en que vuestros ojos se encontraron, Nick se convirtió en alguien imposible de ignorar. Su presencia era magnética, una mezcla fascinante de misterio y calidez que te envolvía por completo. Sentías un cosquilleo en el estómago, como si mariposas revolotearan dentro de ti
—Está bien —respondiste con una sonrisa que iluminaba todo tu rostro.
Él te miró con los ojos brillantes de felicidad.Después de unos minutos, ambos yacían en la cama, separados ligeramente, con la luz apagada y una sonrisa en cada uno.
—¿Qué sucedió para que tu padre te echara? —preguntaste, volteándote para quedar cara a cara con él.
—No quiero hablar de eso...
Al escucharlo, asentiste comprensiva, sin presionarlo, mientras contemplabas su rostro, iluminado por la tenue luz lunar que se filtraba por las ventanas.
El suave susurro de la noche envolvía la habitación, creando una atmósfera íntima y tranquila. Mientras los destellos plateados de la luna acariciaban los rasgos de Nick, su mirada se perdía en la tuya, revelando un brillo especial en sus ojos.
Con su caricia en tu rostro, una corriente eléctrica recorrió tu piel, intensificando la conexión entre ustedes. En ese instante, el tiempo parecía detenerse, dejando solo espacio para la magia que se tejía entre ambos.
Sin apartar la vista de él, permitiste que sus manos se deslizaran suavemente por su mejilla, siguiendo cada contorno con delicadeza. Podías sentir la calidez de su piel bajo tus dedos, y un escalofrío de emoción se apoderó de ti
Envolviendo suavemente sus brazos alrededor de ti, Nick te atrajo más cerca, fusionando sus cuerpos en un abrazo reconfortante. El latido de vuestros corazones se sincronizó, como si formaran una melodía perfecta en la sinfonía del amor.
—Te amo— murmuraste con voz temblorosa.
—Yo también te amo— confesó, dejando escapar todo lo que había guardado en su corazón.
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Estocolmo | Nick Clark | FTWD
FanfictionLa primera vez que te vi, Alicia no estaba equivocada en absoluto. Mis mejillas se volvieron rojas como una manzana, y mi corazón latía tan rápido que pensé que podría salirse de mi pecho. No pude apartar los ojos de ti, cautivado por tu belleza y e...