Roto ; Chaipunk ★

Capítulo 3; Problemas

La noche pasó más lenta de lo normal. Pav se movía mucho y se quejaba aun estando dormido y Hobie no podía conciliar el sueño por los pensamientos que se le venían a la mente.

Así fue hasta que amaneció y Hobie al tomar su celular se dió cuenta que tenía un mensaje de Miguel.

"Quiero verlos a todos aquí".

El mensaje iba dirigido para el grupo de Miles, Gwen, Pavitr y él mismo. Últimamente Miguel los utilizaba para que lo apoyaran a poner las cosas del multiverso en orden, pero Hobie por más que le dijera que no le haría caso, este seguía insistiendo.

— Como sea... — Murmuró.

Al mirar a un lado miró a su amigo aún tapado por completo. —Oye, Pav.— Tocó con su mano el hombro del chico lo más cuidadoso que podía, pero fue en vano, ya que de igual manera el contrario se asustó despertando de golpe con un pequeño salto para seguido sentarse rápidamente.

— ¡No! — Habló por impulso Pavitr, ya que su mente le había hecho creer que aquella mano en su hombro no había sido la de su amigo, si no la de alguna de aquellos hombres que lo habían lastimado.

— Hey, sólo soy yo. No pasa nada. — Se quedó observándolo un momento. — ¿Estás bien?, tipo, ¿Te duele algo? No tengo nada para el dolor, pero podría conseguir algo. — Esbozó una pequeña sonrisa para dar un efecto de confianza. Lo que quería en ese momento era que su amigo se sintiera cómodo y capaz de expresarse.

— No. — Respondió el más joven con desgano, bajando la mirada, le costaba mantener la mirada en los ojos de alguien más. En especial los ojos de esa persona que lo había encontrado en la situación más humillante de su vida.

— Por mi dejaría que duermas todo el día, pero Miguel envió un mensaje pidiéndonos que fuéramos con él para una de sus reuniones aburridas o algo así. — Dijo mientras se levantaba y estiraba un poco. Hobie intentaba no actuar diferente para darle a entender a su compañero que ahora las cosas estaban bien y nada había cambiado entre ellos.

— No voy a ir. — Ni siquiera lo pensó dos veces, simplemente se dejó caer sobre la almohada y le dió la espalda al mayor.

— Pav, se que estás afectado, pero tú no sueles faltar a este tipo de reuniones, a ti te emociona esto, esto te ayuda a ser un mejor spiderman, eso es lo que quieres desde que conseguiste el poder, ¿o no? —

— Ya no me importa. Además mi, mi- mi traje está roto... —

— Sabes que ellos pueden conseguirte uno nuevo. — Hobie solo intentaba animarlo, pero no estaba seguro de cómo hacerlo.

— ¡No me importa! — Expresó con notoria furia, sentándose de nuevo en la cama, volteando a ver al más alto. — ¡No me importa un carajo ser spiderman! ¡¿Cómo se supone que voy a cuidar a los demás si ni siquiera me puedo cuidar a mi mismo?! ¡Soy un inútil!, ¡No sirvo para eso! — Y tan pronto como sus palabras salían disparadas como cuchillos, lágrimas brotaban de sus cansados ojos. — ¡Solo déjenme en paz y olvídense de mi! —

El mayor se quedó sorprendido por aquella respuesta. — Pav, no nos puedes pedir que te dejemos así. Eso que sucedió no fue culpa tuya, debes- —

— ¡Que me dejes en paz! —

Hobie sabía que por más que le diera ánimos en ese momento, nada cambiaría, así que solo se abstuvo a asentir. — Está bien, Pav, pero yo debo ir. —

— Mhh-hh. — El mas joven solo respondió con un ruido. Tal vez lo que su amigo necesitaba ahora era un momento para sí mismo.

— ¿Estarás bien solo? —