❝ cruzaré los océanos contigo, angelito querido. ❞
Cuando la noche iba apoderándose del cielo opacando las blanquizcas nubes la depresión comenzó a surgir a manera de lluvia, mientras sus ojos zafiro comenzaban a transformarse en una tormenta lluvio...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
❪ 𝐂𝐇𝐀𝐏𝐓𝐄𝐑 𝐎𝐍𝐄 ❫
❝ El chico de los ojos tristes. ❞
2005
Magdeburgo, Alemania.
Los rayos del sol penetraban las persianas que cubrirían el cristal ligeramente ensuciado de gotas pálidas causadas por la depresión que el cielo permitía observar ante las dos de la madrugada, las gotas de dicha llovizna causaban una sensación llena de paz en el vecindario de Magdeburgo apenas caían sobre los brazos de Morfeo, aquellos rayos cálidos hacían un contacto con la palidez de aquel joven de 15 años, sus cortos rizos rubios desordenados estaban contra la funda azulada de la almohada en la que su rostro estaría sumergido, las sábanas de su cama estarían por el suelo, solo tuvieron que bastar unos cuantos segundos para que su anatomía frágil causara un pequeño movimiento. Lamentablemente, se habría liberado de su efímero sueño en el que se imaginaba recorriendo todo el mundo felizmente, pues ese era su deseo desde que tenía memoria: viajar por el mundo, cruzar los océanos.
Ese era Andrew Mestier, un chico soñador con una imaginación extensa capaz de crear diversos escenarios en su mente, escenarios que eran simplemente únicos.
Serían apenas las siete de la mañana, oía claramente el canal de televisión a volumen máximo que su padre reproducía como lo hacía en cada amanecer de Estocolmo, habrían pasado pocos días desde su mudanza, el rubio no negaría la sensación de las brisas heladas abrazando su anatomía cada que abriría las puertas de su hogar para salir con algunos amigos, la textura de la nieve que sus tenis arrastrarían ante cada paso que daba, la forma en la que la punta de su nariz adoptaba un tenue color carmín y sentiría el rostro helado, a su vez que los copos de nieve que caerían constantemente sobre sus dorados rizos. Extrañaría Estocolmo, pero no estaba seguro de si Estocolmo lo extrañaría a él, pues dudaba de si sus amistades que yacían ahí eran verdaderas o tan siquiera, honestas con él, o con sus intenciones.
Andrew en Estocolmo sería un imán para atraer a las personas extrovertidas para que formaran parte de su pequeño círculo de amistades, pues su capacidad para socializar era bastante nula y la gente extrovertida siempre que lo veía tenían el instinto de "salvarlo", se había acostumbrado a que las personas se acerquen a él, más no él a ellos.
Se habían mudado de Estocolmo a Magdeburgo para vivir con la abuela Marie por un tiempo indefinido a petición de su madre Joey, la abuela Marie se habría encargado de conseguirles algunos boletos de vuelo sin problema alguno, pues conocía las condiciones económicas de los Mestier—la abuela no aprobaba la relación que su hija Joey tenía con aquel hombre que se llamaría su marido—. Ahora, tenían a la abuela Marie como vecina en la casa que se encontraría frente a la suya; a Andrew le daba gusto ahora poder ver a la abuela más seguido ya que solo podían visitarla una vez al año, y podría ir a visitarla después de los horarios escolares.
