Mi Perversa Manía

Bienvenida...

Regrese de viaje, cansado y sucio, llegando a casa la abracé y bese, le dije -Déjame darme una ducha- Ella accedió, me siguió al baño, me vio desvestirme con morbo, yo lavaba mi cuerpo y charlábamos poniéndonos al día. Al salir me dirigí a la cama, me senté en la orilla, ella se abalanzó sobre mi con fuerza y de pie abrazada a mi, comenzó a besarme y acariciar mi miembro endurecido, mi toalla caía al suelo, sabía que habría sexo duro que se tiene después de días de no verse, mientras la besaba, trate de quitarle su ropa pero me detuvo, tenía otros planes. Dijo tajante -No, aún no, voy gozarte- Luego se hincó frente a mi acariciando mi hombría, comenzó a darme un loco oral, subía y bajaba su lengua por mi largo tallo venoso, manipulaba mi piel arriba y abajo, en círculos de manera desquiciante, luego bajaba más y acariciaba mis testiculos mordiéndolos suavemente a veces, otras duro succionandolos salvajemente. Yo reventaba mientras la veía meter todo mi erecto sexo en su boca y buscando meter más la muy golosa. Era demasiado placer, me recosté por completo y la abracé con mis piernas por encima de sus hombros acercándola más a mi cuerpo, ella comenzó a morder mis nalgas, abría y levantaba más mis piernas pasando su lengua suave y húmeda entre mi entrepierna. Ella bajaba más sin dejar de jalar mi miembro apretándolo con fuerza, la sangre llenaba mis vasos y mi tejido esponjoso no podía con mas. La miré de reojo y me dijo -¿Te gusta?- Yo le dije -Si, no pares- Ella me guiño el ojo y con risa traviesa bajo más y comenzó a acariciar mi punto negro, lo besaba y lamía, lo recorría todo y metía la punta de su lengua tocando mis fibras más sensibles, así siguió masturbandome, no solo con sus manos sino con imágenes y sensaciones, la locura, mis ojos literalmente en blanco, mi espalda arqueada y con mis manos apretando la sábana, mi respiración agitada y con espasmos asomando un delicioso orgasmo que culminó en una abundante eyaculacion llenando su boca de mi líquido de vida... yo aún con espasmos, ella se levantó, quito su ropa y me dijo -Ahora si, juguemos-