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7 de noviembre del 2010.

Federico empezó a sentir las famosas mariposas en su estómago. Aunque solo tuviera diez años estaba experimentando un sentimiento que antes no había sentido.

¿Por qué? Es la única pregunta que se cuestionaba, es prohibido sentir atracción por un hombre. Quería saber si esta bien o mal, aquel beso lo hizo sentir amado y especial. Era aún muy pequeño para saber sobre el amor ¿Iani sentirá lo mismo que yo?, se preguntaba el mismo todas las noches.

Ian solamente sabía lo que significó ese beso para él, no fue un impulso ni un error. No sabía lo que estaba sintiendo por su mejor amigo, no quería arruinar su amistad que tenía con él, se sentiría como caer al vacío.

19 de febrero del 2020
Presente.

Ian estaba feliz estando a lado de Samantha. Eran muy unidos, compartían cada momento juntos.

—Oye Iani deberíamos ir al parque ha distraernos un poco, ¿no lo crees? —Pregunto Samantha con entusiasmo—

—¡Claro, hace mucho tiempo que no salimos! —Respondió Ian depositando un beso en sus labios—

Se dirigieron al parque agarrados de las manos, era un parque que les tomaba treinta minutos en llegar, pero era el más cercano que tenían.

Estaba anocheciendo, las nubes se despejaban y cielo se volvía más oscuro.

—Está muy solitario, pero es relajante sin ruidos de niños alrededor. —Dijo Samantha con una sonrisa encantadora—

—Me gusta, me gusta cuando sonríes así solo para mí. —Respondió Ian abrazandola—

—Siempre serás el único que le regalé miles de sonrisas al día. —Samantha depositaba pequeños besos en toda la cara de Ian mientras el solo sonreía—

—Eres la mujer de mis sueños, ¿lo sabías verdad? —Preguntó Ian—

—Claro que lo sé, me casé con el hombre más guapo y caballeroso que puede existir.

—Mmm segura... —Cuestionó Ian—

—Si segura, mira las estrellas están hermosas el día de hoy. —Señalo Samantha al cielo—

—Siempre están hermosas como tú.

—¡Deja de bromear!, las estrellas están más hermosas que yo.

—Esa es tu opinión pero la mía no, y no la pienso cambiar.

—¿Enserio crees eso? —Preguntó Samantha—

—Para qué mirar las estrellas, si en tus ojos puedo mirar el universo. Eres algo tan hermoso que ni siquiera se puede explicar con un lienzo. —Respondió Ian besando sus labios—

—Te amo, no sabes cuanto te amo.

Estaba lloviendo, los truenos eran fuertes y el aire estaba demasiado frío.

—Estamos demasiados empapados de agua.

—¿Te gustaría jugar bajo la lluvia con la Luna y las estrellas presenciando nuestro amor? —Pregunto Ian—

Ambos estaban riendo bajo la lluvia, estaban corriendo mientras soltaban grandes carcajadas.

—Ya me cansé de correr —Dijo Samantha con la respiración dificultada—

—No seas floja, tenemos que llegar a casa Harry nos espera. —Dijo Ian riendo—

—Esta bien, solo lo hago por Harry.

Ian y Samantha corrían juntos como dos jóvenes adolescentes enamorados.

Fake Love | FedeianDonde viven las historias. Descúbrelo ahora