Reino Unido, Inglaterra, 1940.
Elizabeth Green, es una muchacha inglesa de 20 años, que le gusta salir a caminar por los valles de su pueblo, todas las tardes se llevaba un libro para leer a la sombra de un árbol. Esa tarde se encontraría con una sorpresa.
Ella se sentó como todas las tardes en el árbol, saco su libro y empezó a leer, a medida que leía se iba quedando dormida hasta que vio una avioneta caer a unos cuantos metros de ella, inmediatamente cogió sus cosas y fue directa a ayudar al piloto.
Ella llegó allí con falta de aire, pero ayudo al joven piloto, cuando lo sacó de la avioneta ella se dio cuenta de el uniforme que llevaba, él era un muchacho de ojos azules y pelo negro, era muy alto, 1'95 aproximadamente. Inmediatamente después de ayudarlo se alejó de él.
- Danke. - Dijo el soldado, con un acento alemán marcado, el se limpiaba el polvo, la miró confundido - Oh, siento mis modales, me llamo Alexander Smith - Él le ofreció la mano.
La cara de Elizabeth era un poema, ella estaba confusa y asustada - Aléjate de mí, no debí ayudarte, tu país está matando a un montón de inocentes - Elizabeth se alejó rechazando la mano de Alexander.
Él la miró confuso, después miro la avioneta y su uniforme, se dio cuenta que llevaba el uniforme Nazi y su avioneta tenía una esvástica pintada. - No te preocupes, no soy Nazi, mi padre es inglés como tú... y bueno yo también. - Alexander sonrió con la esperanza de que ella le creyese.
- ¿Cómo puedo estar segura de eso? - Ella preguntó aún con dudas.
- Primero, tengo acento inglés, segundo mi apellido es inglés ¿recuerdas? - Él le dijo acercándose poco a poco.
Ella le observó por unos minutos, pero aun desconfiaba.
- Está bien, prométeme que mantendrás esto en secreto - Él le dijo serio, ella asintió sin decir nada - Soy, soy un espía inglés, soy mitad austriaco por parte de mi madre y.... aprovecharon eso para mandarme a Alemania a espiar. Eso es todo - Alexander relato algo cansado de la situación.
Elizabeth asintió - Bien te creo... - Ella destensó su cuerpo y alzando su mano, Alexander cogió la mano contento - Yo soy Elizabeth Green - Ella sonreía más calmada. - Encantado Elizabeth, oye si no quieres salir por los aires te recomiendo salir de aquí, puede que explote la avioneta - Dijo Alexander de lo más tranquilo. Ella al oír las palabras de aquel soldado salió corriendo y Alexander la siguió.
De repente Elizabeth se tropieza con una piedra y cae al suelo, Alexander que iba detrás de ella la coge en brazos y vuelve a correr - Espera, mi zapato - Se queja Elizabeth. - No pienses en eso ahora, te compraré unos más bonitos - Ella se encoge de hombros y se agarra a Alexander - Tampoco eran tan bonitos -.
Llegaron hasta el árbol donde estaba anteriormente Elizabeth y allí Alexander la bajo, él tenia la respiración entrecortada y se veía cansado, sin embargo, Elizabeth estaba como una rosa.
A lo lejos escucharon un estallido, era la avioneta que ahora estaba destrozada y envuelta en llamas. Ellos dos se miraron - Te lo dije ¿O no? - añadió Alexander con una sonrisa.
***
Estuvieron caminando unos quince minutos, hasta que llegaron a un riachuelo, se quedaron allí unos minutos para descansar - El agua esta fresquita - Dice Elizabeth con los pies metidos el agua y sujetándose el vestido, Alexander se acerca y mete la mano - Bastante, sí - Él se quita las botas, se remanga los pantalones y se mete poco a poco hasta donde esta Elizabeth. - Voy a por ti Elizabeth - Dice Alexander que va directo hacia ella - ni de broma - Ella intenta correr, pero se resbala con una piedra que tiene musgo, sin pensarlo Alexander va a ayudarla - Eres un poco torpe ¿No lo crees? - Él la ayudo levantarse, pero Elizabeth le empuja hacia el agua - Y tu no debiste confiar en mi - Ella se ríe.
Ellos dos se quedaron en el agua unos cinco minutos y después salieron, Elizabeth estaba empapada, al contrario de Alexander que estaba más seco que empapado. - Eres un cabrito Alexander - Él se ríe por el comentario de ella - Puedes llamarme Alex - Él le da una sonrisa cálida, ella le sonríe de vuelta - Puedes llamarme Eli - Ella le sonríe y continúa secando su vestido, sin embargo, Alexander se queda mirándola, quieto y con los ojos fijados en ella.
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El soldado espía y la señorita del valle (provisional)
RomansaEsta es una historia romántica con toques cómicos ambientada en 1940, en plena guerra mundial. Elizabeth una chica inglesa ve caer una avioneta y va corriendo a ayudar al piloto, cuando se da cuenta el piloto lleva un traje de la SS, ella se echa pa...