𝐗𝐕𝐈

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Izuku se dejó guiar por su pareja hasta la pesada mesa de aspecto rústico. Sentándose en la silla que su pareja le ofreció se sintió como en casa. Katsuki se acomodó junto a él, se tomaron de las manos esperando lo que estaba por venir. 

—¡Coman! —fue la orden de la alfa a los chicos —. Siempre es mejor discutir las cosas importantes cuando se tiene el estomago lleno. 

Katsuki e Izuku se miraron, con una sonrisa decidieron hacerle caso a la alfa. Estaban por el segundo plato cuando Katsuki decidió romper el silencio. 

— ¿Nos podremos quedar? 

Mitsuki terminó de tomarse el café, limpiándose con una servilleta, se tomó su tiempo para hablar.

—¿Saben lo que están haciendo? 

—No más que cuando secuestraste a mi padre, ya sabes, la vez que tu querida suegra te envió a la mierda por tan solo soñar con aparearte con su hijo —sonrió con aires de suficiencia el joven lobo al ver el ceño fruncido de su madre —. Fue una suerte que siempre hayas sabido luchar por lo qué amas. Sólo espero ser tan valiente como tú lo fuiste, vieja.

La alfa bufó ofuscada. 

—Eso no es jugar limpio —se quejó la mujer mayor ante las artimañas de su hijo —. Pero hay que admitir que tu pareja se ve lindo.

—No soy lindo —le tocó esta vez a Izuku arrugar la frente —. Mi forma animal es tan salvaje o más que la tuya. No soy un gato de compañía 

La carcajada de la alfa alfa hizo que ambos chicos se miraran confundidos. 

—Creo que ya ustedes tienen todo resuelto —habló la alfa apenas pudo terminar de reírse —. Por respeto al padre del chico voy a llamarlo por teléfono para informarle de la situación. El gato se queda con nosotros. 

La joven pareja se abrazó, ya tenían la mitad de los problemas resueltos... 

—Hijo mío, yo que tu no me reiría —le guiñó un ojo la vieja loba—. Si piensas que todo es follar y comer, estas muy equivocado. Lo primero que tendrás que hacer después de hablar con el padre del gatito, será hacerle unos arreglos a la cabaña que esta junto al lago. Recuerda que pronto tendrán a su cachorro, así que más vale que te apures a mover el culo, por que cuando la cría nazca ya tendrás que tenerle arreglado el techo a la cabaña, y agenciado una cunita. 

Si la alfa pretendía hacer entrar en razón al par de cachorros enamorados, no tuvo mucho éxito, ya que los chicos se abrazaban y besaban con tal ternura, que supo que tendría que buscar el mismo los malditos clavos para ayudarle a su joven hijo. 

El resto del día fue confuso para Izuku, la llamada de su suegra a su padre fue un cumulo de gritos y amenazas. Al parecer el padre de Izuku no se estaba creyendo en nada toda esa historia de pareja mixta y de cachorros en camino. 

Katsuki estaba sentado a la mesa junto a su padre, escuchando como el Alfa de los gatos monteses despotricaba todo tipo de amenazas, una suerte que Izuku estuviera tomando una pequeña siesta después del desayuno, por insistencia de su suegra. 

—¿Qué vamos a hacer? —preguntó Katsuki sin poder disimular su preocupación. 

La mujer mayor se tomo su tiempo para responder, mirando fijamente a su hijo, le respondió con otra pregunta. 

—¿Estás seguro de que tu pareja está preñada? 

—Sí —fue la categórica respuesta —. Él huele diferente, tiene un aroma que emana de él, pero no es de él. Izuku espera a mi cachorro, estoy seguro de eso, vieja. 

Mitsuki asintió con un movimiento de cabeza.

—Entonces no hay más de que hablar —se encogió de hombros restándole importancia a la situación —. En menos de una semana será el concilio de manadas. Allí el Consejo de cambia-formas tomará la declaración de si tu pareja está esperando un cachorro, lo cual invalidará cualquier protesta de tu querido suegro acerca de que lo tenemos retenido contra su voluntad. 

Cuando el lobo atrapó a su gato ||KatsuDeku|| Donde viven las historias. Descúbrelo ahora