Falling

61 5 1
                                    

She said watch this
With her hands in the rain

She said watch thisWith her hands in the rain

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

––Por...––la vio caminar en círculos por exactamente cinco segundos, antes de detenerse en un punto específico––...¡aquí!––señaló haciendo una x en la tierra

––Como digas––puso la pala en el lugar indicado, y empezó a retirar la tierra. Pasaron unos minutos hasta que el agujero tuvo la profundidad adecuada

Se encontraban en su casa del árbol, haciendo agujeros nuevos para el pequeño jardín que tenían. Ya habían excavado lo suficiente, solo tenían que esperar a que los otros llegarán con las plantas

––Bien hecho, zombie boy––Coraline le sonrío mientras se sentaba a su lado en la escalera

––Me hiciste cavar como trece agujeros, espero que haya una recompensa––bromeó dejando de lado la pala

La peliazul sonrió burlona, antes de besarlo repentinamente cuando volteó a verla, separándose rápidamente––Ahí tienes tú recompensa––rió al ver su cara

Norman sentía que su corazón se iba a salir y sus mejillas derretirse por la sangre que subió a su cara

Llevaban dos meses de relación, pero estaba seguro que tardaría bastante tiempo en acostumbrarse a los arrebatos y jugueteos de Coraline

En esos dos meses no había pasado la gran cosa, más haya de las bromas de sus amigos. Los abrazos eran más frecuentes entre ellos y los besos robados un juego que ella impuso para momentos de aburrimiento. Todo seguía parcialmente igual, el cariño entre ellos solo creció y lo demostraban como solo ellos lo entendían

––Va a llover––aviso Kubo viendo el lienzo gris sobre sus cabezas

El dúo faltante había llegado y empezaron a plantar

––Mejor así, no tendremos que echarles agua nosotros––dijo la muchacha dejando en su lugar el girasol

––Pero las plantas no son las que se van a enfermar––Norman quiso disuadirla para que se fueran antes de que cayera el palo de agua

––Vamos, ni que un resfriado los fuera a matar––Huevo le sonrío burlón al par que permanecía de pie

––Lo dice el chico que es inmune a cualquier enfermedad––el ojiazul lo vio irónico

––No es mi culpa tener defensas altas––

Entre su discusión sobre el clima, la peliazul fue la primera en notar las primeras gotas de agua en su rostro, un rocio suave que en menos de dos minutos se convirtió en una lluvia constante

––¿Ahora sí nos podemos ir?––preguntó Norman poniéndose la capucha de su suéter

––No––sentenció su novia, con sorna, antes de lanzar barro a la pierna de Kubo

––¡Hey!––en venganza, el japonés mancho su impermeable

Huevo se sumo a ese juego, y pronto Norman se vio arrastrado a la pequeña contienda, terminando todo en una batalla campal de barro, con risas y amenazas infantiles opacando el sonido de la lluvia que a cada minuto cobraba más fuerza

Coraline ya no vislumbraba con mucha claridad el piso donde pisaba, el agua y barro en su cara, sumada la risa incontrolable, no la dejaban permanecer estable en su totalidad. Corría sin reparo ni dirección al rededor del campo de batalla que habían armado, hasta que su cuerpo chocó con otro, cayendo junto con quien tropezó

Alzó la vista para encontrarse con dos brillantes zafiros que sobresalían entre las manchas de lodo de su rostro, reflejando sorpresa y timidez hacia su persona. Quedó hipnotizada, como siempre quedaba cuando lo veía fijamente

Le encantaba

Le encantaba como sus ojos parecían brillar más cuando la veía, sus mejillas colorearse por sus acciones y gestos, sentir el inefable sabor de sus labios y la ternura y cariño con la que la trataba

Mierda, se había vuelto cursi. Pero si era por él, realmente no le importaba mostrarle ese lado de ella. No le importaba si todo esto duraba poco o demasiado. Quería seguir siendo testigo de cada una de sus facetas, ahogarse en el mar dulce que desbordaba su mirar, perderse en sus palabras suaves y aterciopeladas, esconderse en sus brazos y su indescifrable olor tanto tiempo como él la dejará

Quería seguir siendo cursi por su chico zombie

Siguieron jugando hasta que ya no pudieron reconocerse debido al barro que los cubría, y cada uno se monto en su bicicleta para dirigirse rápidamente a su hogar

––¡Una carrera!––sin previo aviso, la ojimiel se le adelantó por la carretera

––¡Espera Cor! ¡Más lento o te vas a caer!––advirtió acelerando el pedaleo para alcanzarla

Las gotas impactaban fríamente en su rostro, realmente todo su cuerpo se sentía frío, entumecido y mojado. Pero por dentro era una tormenta de lava que rugia al compás del desenfrenado latir de su corazón. Tal vez era debido al rápido pedaleo en su bicicleta, pero le gustaba creer que era debido a la presencia de ella, oír su risa en todo el ambiente, ver su cabello azulado agitarse por la brisa. Todo la situación era un persecución que quería ganar a toda costa, si la recompensa era ella

Se había ganado el corazón de su amiga, y con todo su ser deseaba conservarlo tanto tiempo como ella se lo permitiera. Quería seguir cayendo en su hechizo, hundirse en el mar de miel de su mirada, contar sus interminables pecas, sentir su pecho explotar ante cada contacto que compartían sus labios, tener aventuras alocadas que solo ella sabía encontrar

Quería que ella siguiera siendo su Cor

Ambos querían seguir enamorándose de todo lo que había en el otro

Ambos querían seguir enamorándose de todo lo que había en el otro

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

And you keep on falling
Baby figure it out

My Best FriendDonde viven las historias. Descúbrelo ahora