Odio esta intersección.
En el brillante sol de la mañana, las mujeres que usan tacones altos y los hombres con trajes de negocios ajustados, pasan lo antes posible frente al parabrisas de mi automóvil de segunda mano. Aparto siempre la vista de ellos.
La señal en esta intersección de tres vías en el camino al hospital donde trabajo como obstetra, parece darles unos segundos adicionales a los peatones… Por lo tanto, el tiempo de parada es bastante largo. Además, en esta área donde los bancos y las cafeterías están siempre llenas, hay muchas interrupciones forzadas desde las calles laterales hasta las que están más cerca.No soy bueno manejando. Incluso si cedo mi lugar y doy gracias en la rampa a los que me dejan pasar, casi siempre soy malo con mis compatriotas automovilistas y comienzo a acelerar como si fuera un demente. Una cara con la lengua reflejada en el espejo retrovisor y una señal ofensiva con mi mano, siempre es suficiente para que comiencen a hacer sonar sus cláxones como si no se les ocurriera otro maldito insulto… Además, si el automóvil de enfrente es un camión, el semáforo es invisible
para mí y piso el pedal hasta el fondo pensando: ¡Que se jodan todos lo que me quieren joder a mí! Y también, diciendo algo como: “Por favor buen conductor, mátame de una vez”.Los oficinistas fruncen el ceño y evitan mirar en dirección a mi auto la mayor parte del tiempo… Por cierto, soy aún peor en estacionarme. No soy hábil girando a la derecha, ni en la reversa o en frenar y casi siempre termino metiéndome en el carril opuesto… En resumen, no es adecuado para mí conducir un automóvil. No, en realidad estoy entrando en una etapa en la que pienso que no soy adecuado para absolutamente nada.
Durante treinta y siete años desde que he estado vivo, siento que no he hecho nada
interesante con mi vida. No, tal vez no es mi culpa. Es solo que no soy bueno viviendo. Por ejemplo… Fui a un karaoke solo una vez en mi vida durante la fiesta de bienvenida para los residentes iniciales en el área de obstetricia y ginecología de un nuevo hospital… Esta fue también mi primera fiesta. Comencé a trabajar en una enorme zona de especialidades y un colega mío me preguntó de pronto si estaba bien para mí ir con ellos. “Son solo unas pocas personas”, dijo. “Nadie va a escucharte cantar si es lo que te avergüenza”. A veces soy una persona muy cooperativa y dije:“¿Por qué no?”.No me gustan las fiestas, pero me gusta beber alcohol. ¡Y en los karaokes hay varias cantidades de alcohol!Lamentablemente nunca he podido participar en el fenómeno misterioso y agradable de estar emocionado y bellamente intoxicado junto a alguien más. podía ver que los otros estaban saltando frente a mí: “¡Es divertido!”, decían. Yo a menudo fingía no escuchar mi corazón, que parecía sonar como loco antes las carcajadas de los otros hombres. ¿Por qué yo no puedo responder con una carcajada así de fuerte? ¿Por qué es que soy tan malo para pasarla bien? Cada vez que participaba en una fiesta para beber, todos me dejaban y se retiraban con otros que no eran yo.
Sentía que algo, como una mecha dentro de mí, se afeitaba poco a poco y se adelgazaba… ¿Cuánto tiempo me tomaría entonces explotar?Nunca había ido a lugares como este, pero pensé que probablemente era igual que en las películas de adolescentes extranjeros. Donde las personas que quieren cantar sostienen el micrófono cerca de su boca y siguen de un modo torpe las letras que aparecen en una pantalla pequeñita antes de que fuera el comienzo de año nuevo. Una ridiculez así. Bueno… Me encantaba cantar, pero nunca sostuve el micrófono esa vez. Todo lo que hacía era tomar té y aplaudir en la esquina del salón.
Inmediatamente me arrepentí de participar y terminé odiando a mi imaginación por proporcionarme perspectivas tan dulces… Y a mí madre por obligarme a ver High School musical una vez.
—¡Gulf! ¡Tienes que cantar!
En el momento final de la fiesta, un grueso brazo de uno de los internistas, un ex capitán de rugby llamado Kao, palmeó sobre mi pobre hombro una y otra y otra vez. ¡Me sacudió tanto que no podía siquiera ser capaz de arreglar mis propios lentes! El punto es que mi mente se congeló y mi lengua se puso bastante torpe.
Poco después de descubrir lo que estaba sucediendo, de que no eran imaginaciones mías, me sostuvieron, me analizaron y me obligaron a pararme.
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me enamoré de él....(mewgulf)
Randomun ginecólogo con baja autoestima tendrá a un paciente único el cual deberá cuidar y ayudar. un fuerte, grande y varonil hombre tendrá que lidiar con su nueva vida podrá confiar en el médico? aviso. historia propia en esta historia se da a conocer...