Todo ser vivo de la selva le temía a la Muerte Amarilla. Siempre era tan veloz como un rayo y cazaba a sus presas en cuestión de segundos. Era eficaz, rápido y despiadado, pudiendo un animal estando hasta el otro lado de algún lugar y aún así ser alcanzada en un abrir y cerrar de ojos. Sus garras cortan la carne. Su rugido ahuyentaba a cualquier débil que se cruzara en su camino. Sus dientes partían lo que fuera. Nadie que corriera lejos de él sobrevivía a la Muerte Amarilla.
El leopardo vive en la selva y es el cazador más rápido y uno de los más salvajes de la selva, y a pesar de que casi siempre son solitarios, nunca fallan a la hora de alcanzar a sus presas. Suelen cazar antílopes, gacelas, ciervos, cerdos o ganado y también primates. Como buenos carnívoros oportunistas que son, se alimentan además de aves, reptiles, roedores o artrópodos.
Un leopardo mide entre los 90 a los 120 centímetros. Su pelaje amarillo de puntos negros lo ayuda a camujaflearse en su entorno, ya sea en pastos altos, árboles y cualquier zona de mucha flora. Son silenciosos, incluso pueden atacar sin que los animales se den cuenta de su aparición. Aunque sea un felino, el leopardo tiene una peculiar caracterización, que consta de una modificación en el hueso hioides que le permite rugir, al igual que otros animales como el cheetah, la pantera y el tigre.
Se sabe que los leopardos atacan y matan a los humanos, especialmente a los que se encuentran cerca de su hábitat. Hay varias razones por las que los leopardos atacan a los humanos, sin embargo, las motivaciones más comunes son la falta de presas y la perturbación de su estado natural o de sus crías.
Un dato curioso es que, los leopardos no son tan acuáticos como los tigres, pero son buenos nadadores y son uno de los pocos felinos a los que les gusta el agua. También pueden trepar árboles en pocos segundos, habilidad que poseen para cazar animales voladores, lo que les da una gran variedad de presas.
El leopardo que se ha ganado su apodo como "La Muerte Amarilla" tiene muy pocos enemigos, siendo estos los animales de mayor tamaño como los osos, tigres y leones, y rara vez se enfrenta a una manada de criaturas menores que pueden crearle un reto como lo son los lobos y las llenas.
Los leopardos suelen ser confundidos con sus primos: los jaguares. Para empezar, los jaguares viven en Centroamérica y Sudamérica, donde son los grandes felinos de mayor tamaño, mientras que los leopardos son los grandes felinos de menor tamaño en sus hábitats de África y Asia.
Así que la próxima vez que un animal se encuentre con la Muerte Aamarilla sabrá que había llegado su fin. No importaba que tan lejos corriera, que tan alto escalera o que tan bueno fuera su escondite, el leopardo siempre lo encontrará esté donde esté. Y así de rápido como aparece la Muerte Amarilla, así de rápido volverá a desaparecer.
Dinámica: Bestiario.
