Capítulo 6.

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Taehyung comprobó por última vez su vestimenta, consistiendo en una camiseta blanca básica, vistiendo arriba un cárdigan tejido café con rombos de color verdes y rojos; siguiendo con un pantalón de tiro alto que combinaba con el cárdigan, de una tonalidad más obscura y un par de zapatos cerrados de color negro. Alejándose del espejo, caminó a la salida sino antes de despedirse de su pequeña y asegurarse de que su hermano tendría todo bajo control mientras le hacía el favor de cuidarla, era su día libre y aunque le gustara pasar tiempo con su hija en esos momentos, ahora el pensar en salir con Jungkook como en una cita informal y al aire libre sonaba tentador.

Una parte de él se sentía mal por haber anhelado con demasiada desesperación ese momento, pero cuando su hermano le aseguró que estaba bien que lo disfrutara y que lo merecía porque se estaba perdiendo de muchas cosas por el miedo constante que tenía, supo que tenía razón y decidió seguir adelante con ello.

Salió de su hogar justo cuando un mensaje entró a su celular de Jungkook sobre que ya estaba cerca de la zona, por lo que se apresuró a la calzada para esperarlo listo. Fue cuestión de un mensaje de afirmación y una última mirada cuando vió su auto venir hacía él y aparcar a su costado, saliendo para saludarlo.

—Hola, tuve un poco de dificultad para llegar hasta acá.—Confesó con un gesto apenado.—Pero ya estoy, te vez muy bien hoy, no digo que no lo hagas los demás días solo que hoy estás más deslumbrante de lo habitual, tu cabello suelto te queda bien.

Taehyung asintió conmovido y miró el saco que vestía.—Gracias, pero tal parece que la formalidad jamás sale de ti.

Miró hacía su saco y soltó una ligera carcajada.—Oh, son como mi prenda de confort, además que combinan con todo lo que tengo en el armario así que tengo que aprovechar cada ocasión.—Se acercó hasta la puerta del copiloto y la abrió, señalando el interior.—¿Listo para irnos?

Con una sonrisa cómplice, subió al auto y mientras se colocaba el cinturón de seguridad vió como Jungkook rodeaba el auto hasta la puerta del piloto, donde copió su acción y emprendieron camino lejos de ahí.

Habían optado por ir a uno de esos restaurantes cerca de la bahía, y aunque Taehyung sabía lo costosos que eran y que dudaba siquiera acompletar para un postre medianamente presentable, Jungkook le aseguró que esa noche iba por su cuenta al ser él quien invitaba. No rechistó, pero sin duda alguna antes de finalizar la cita se aseguraría de comprarle algo, sería lo más justo.

Entraron al lugar y subieron al segundo piso, dando vista al mar y un atardecer a punto de culminar, haciendo que los dos se maravillaran al observarlo mientras esperaban a que su comida llegara a la mesa. El vino había sido su acompañante en aquel momento especial, haciendo que se relajaran y comenzaran con temas triviales desde lo formal hasta las informalidades, contando anécdotas que posiblemente los ridicularizaban y otros en los que sonreían tonteando por el simple hecho de confiar en el otro.

La comida perduró tanto como pudo, no teniendo una cabida para el postre porque tenían más que suficiente con el vino que albergaba en sus paladares. Salieron del restaurante con el propósito de caminar por el mirador mientras observaban las olas romperse contra sí mismas, el sonido de las aves y el olor a salado que se impregnada en sus pieles con la brisa que los sacudía en algunas partes. Habían perdido la noción del tiempo, tomando lugar en la arena con sus zapatos a sus costados y viendo como el agua se acercaba y se alejaba a su vez de donde se encontraban, creando una atmósfera relajante.

—Cuéntame más sobre ti, ¿Cómo es la vida de Junwon y tú?—Cuestionó Taehyung después de un rato en el cual se habían quedado observando el punto donde el cielo y el mar parecían unirse.

—Uh, Junwon lo lleva bien para ser nomás él y yo. Es un buen niño, jamás pide nada ni tampoco cuestiona cuando la situación no lo amérita, en la escuela le va fenomenal y es mi más grande orgullo y no me refiero solo a porque es inteligente y bien portado, sino porque realmente es lo único que tengo a mi vida del cual aferrarme. Cuando perdí a su madre durante el parto, jamás se me cruzó a la mente el dejarlo desamparado por simple odio o resentimiento, un día antes hicimos una promesa y fue como si pudiera intuir las cosas, pero ella me prometió que me haría responsable de él pase lo que pase, que no lo apartaría de mi vida y que lo amaría con la misma intensidad con la que la llegué amar, no lo dudé y acepté... Para cuando me dieron la noticia, esos recuerdos se repitieron dentro de mí y cuando siquiera podría cuestionar mi faceta como padre, la enfermera me llevó para verlo al cuarto de bebés y todas mis dudas se disiparon, ¿Cómo podría dejarlo a su suerte cuando él no tiene la culpa de nada? Él jamás hubiera pedido haber perdido a su madre de esa forma, los primeros meses hasta el primer año lloraba mucho su ausencia porque yo no tengo las mismas capacidades que una mujer, no es como si pudiera amamantarlo y atribuirle todo lo que necesitara, lloraba con él y junto a mi familia cuando me desesperaba, pero con paciencia y amor lo logré. Cuando pudo hablar, me cuestionó sobre su madre y porqué todos tenían dos padres y él solo uno, ese día lloré como jamás lo hice y le pedí perdón porque no podía cumplir con ser los dos, pero que cuando estuviera más grande y pudiera comprenderme, le explicaría con mayor detalle. Esa fue la primera vez que me consoló y dijo que estaba bien, ¿Cómo un niño que solo pudiera pensar en jugar y hacer travesuras podría consolar a su padre? Junwon es el tipo de hombrecito del cuál no sabes qué esperar porque no es como los demás, él te sorprende y te seguirá sorprendiendo mientras se lo permitas, yo que llevo conociéndolo desde el primer día lo sigue haciendo.

Taehyung sonreía y asentía a todo lo que relataba, prestándole suma atención y dándole en ciertos momentos palabras de apoyo o asentía sobre que estaría bien si no quería hablarlo, pero Jungkook demostró que podría hacerlo y prosiguió hasta terminar, ambos teniendo lágrimas retenidas y cuando se miraron se sonrieron de tal manera que todo el dolor que anteriormente habían sufrido se apaciguó, haciendo que sus propios cuerpos se relajaran y se sintieran bien con la compañía del otro.

—Ahora cuéntame de ti, es tu turno.—Alentó con un ligero golpe de hombro con hombro, sacándole una pequeña risa.

—Haneul es una niña muy excepcional, ¿Sabes? Ella rara vez anheló ser como las princesas en los cuentos de ser rescatada y vivir su felices para siempre, ¿Sabes lo que ella me decía cada que terminara una de sus películas? Mami, yo te protegeré como esos principes hacen con sus princesas.—Imitó la voz de su hija, sacándole una sonrisa a los dos.—Ella siempre me asegura que estará para mí y que se portará bien porque sabe que llego cansado del trabajo. No podría estar más agradecido de tenerla a mi lado, nunca deseé un tipo de hija, solo sabía que estaba feliz desde que me enteré que estaba en cinta y no podía imaginarme cuando la tuviera entre mis brazos para cuidarla de todo y de todos. No negaré, si necesité en su tiempo un compañero, hubo noches en los que no lograba calmarla y estaba caminando por toda su habitación y hasta la sala para tratar de calmarla, y cuando no lo lograba terminaba llorando a su lado por lo frustrado que me sentía y de lo mal madre que estaba siendo, o eso pensé en esos tiempos. Muchas veces llegó el esposo de mi hermano en la madrugada porque tenía que llamarlo porque llevaba horas llorando y no sabía que hacer, él cuidaba de sus hermanos más pequeños así que tenía experiencia. A él le agradeceré toda mi vida, si no fuera por él no sabría decirte como hubieran terminado las cosas cuando yo no conciliaba el sueño y me la pasaba deprimido todo el tiempo. Hasta hace poco mis padres se dignaron a conocerla, pero Haneul los desconoció y hasta yo sentí una vibra pesada en ellos, por lo que no les concedí una nueva visita y fue lo mejor, estamos bien ella y yo aunque a veces cuestione sobre su padre.

—¿Le explicasta sobre dónde está?

Negó, desconcertado.—Ella aún es muy chica, quiero esperarme un par de años más. Sé que la molestan por tenerme solamete a mí, pero le aseguré que estaba bien y que no tenía que avergonzarse así que está bien con ello por el momento, solo le dije que él se encuentra muy lejos y aún no es tiempo que lo conozca, no sé como decirle a decir verdad, ¿Cómo le dices a un niño que su padre se marchó porque no lo quería en su vida? Suena demasiado grotesco sin importar a la edad que se lo digas.

—Tienes razón, pero también no esperes tanto tiempo o lo podría resentir, uno nunca sabe las cosas con las que la vida lo sorprende así que es mejor hacerlo más temprano que nunca.

Taehyung asintió de acuerdo, abrazándose a sí mismo al sentir repentinamente una brisa fresca que erizó su piel. Jungkook al ver aquello, se quitó su saco y lo colocó sobre sus hombros, trayéndole nuevamente calor a su cuerpo.

—Gracias, no era necesario.—Un leve rubor carmesí se tornó en sus mejillas, pero agradecía que estaba lo suficiente obscuro para que se notara.

—Está bien, lo necesitas más que yo.

Y ahí, a mitad de la playa y con las olas siendo los presentes de sus actos y de la conversación más íntima que jamás habían tenido en su vida, Taehyung se atrevió a depositar un casto beso sobre su mejilla en forma de agradecimiento. Si bien podría parecer insignificante a primera plana, era un gran paso para los dos a esas alturas, adorando el momento en sus corazones. 

Figura Paterna | KVDonde viven las historias. Descúbrelo ahora