Una señora le dice a un solterón empedernido:
- Pero usted ¿no piensa casarse?.
- ¿Para que?, si tengo dos hermanas que me miman, me quieren y me dan todos los caprichos.
- Ya pero sus hermanas no pueden darle lo que puede darle una mujer.
- Y ¿quién le ha dicho que eran hermanas mías?.