“Max Saran”
Nada era más dulce a los oídos de Nat. Lo repetía una y otra vez, dejando que cada letra escurriera por su lengua. Saboreaba cada sílaba de aquel nombre, junto a todas las promesas que contenía. Porque este nombre no le pertenecía a alguien al azar, no le pertenecía a un amor no correspondido, o algún compañero. No, este nombre le pertenecía al chico que era la combinación perfecta para el.
Era el nombre de su alma gemela.
No importaba lo que la vida pudiera escupirle a Nattasit; muerte, enfermedad, soledad, todo daba igual cuando el día llegaba a su fin. Porque en la comodidad de su cuarto, Nat miraba el nombre escrito en su pecho, justo sobre su corazón, le hablaba, lo rozaba suavemente con su pulgar, sabiendo que en el otro extremo del enlace estaba un chico que se preocupaba por él, que lo amaría en un futuro cercano por quien era, alguien que lo sostendría junto a todos su defectos y caprichos.
Era su madre quien solía contarle historias sobre las almas gemelas. Ella fue quien le había explicado todo.
Cuando las personas alcanzaban los tres años de edad, un nombre aparecía en su cuerpo. El nombre que tuvieran escrito, era el nombre de su alma gemela, el nombre de la única persona que podría complementarle, seria la pareja perfecta.
El vínculo que se tenía con el alma gemela era algo misterioso, había muchos estudios científicos sobre el tema. Este vínculo era algo único entre dos personas, cada uno de ellos diferente entre sí, pero era de común entendimiento que el alma gemela entraba en tu vida cuando llegaba el momento correcto. Cuando tu alma gemela moría, una línea tachaba su nombre en tu cuerpo y otro nombre aparecía.
Anyul su madre también había dicho a Nat que el enlace que compartiría con su alma gemela debía ser adorado y protegido. Tal como el amor puede dar alegría y dicha, un vínculo maltratado podría traer tristeza y desesperación.
Nat tuvo miedo de no estar tratando su enlace apropiadamente, trayéndole así dolor a su alma gemela, pero su madre le indicó que todo lo que necesitaba hacer era ser paciente y esperar, sólo debía ser él mismo ya que eso era suficiente.
El chico de cabello castaño amaba hablar sobre almas gemelas con su mamá. Era mágico y tan romántico, a la vez.
Nat pasaba horas mirando el nombre. Lo adoraba, adoraba la conexión que significaba y las promesas que sostenía. Sabía que no se encontraba solo en el mundo, no importaba qué tan duras y complejas se pusieran las cosas. Él sabía que cuando más lo necesitara, Max Saran entraría en su vida.
Hasta entonces, aquel nombre era suficiente para que Nat avanzara y pudiera encontrar la fuerza para ser él mismo.
■■■■■■■■■■■■■■■■■■■■■■■■■■■
Nattasit Uareksit
Max gastaba las horas imaginando al chico, imaginando su rostro, el color de sus ojos, la forma de sus labios, la suavidad de su cuerpo. Max también trataba de imaginar la voz de Nat como habia empesado a llamarlo. Seria baja y sensual o talvez fuerte y misteriosa. Por intuición, sabía que su alma gemela debía amar la música al igual que el por lo que el joven había comprado una caja, la tenía escondida en su closet.
Donde tenia guardado muchas partituras o simplemente las imprimió, las archivó en diferentes carpetas y las ubicó en la caja. No podía esperar para conocer al muchacho, no aguantaba las ganas de poder mirarlo a los ojos y cantar alguna de esas canciones con él, tocar su mano y abrir el vínculo.
Max amaba todos los significados ocultos de tener el nombre de su alma gemela escrita en su cuerpo. La esperanza y los sueños que se originaban con eso. Pero lo que más amaba, era el lugar en donde se encontraba la suya, en su mano izquierda, en el interior de su dedo anular. El dedo que se conectaba directamente con su corazón.

ESTÁS LEYENDO
Chaising Your Love
Fiksi PenggemarEn un mundo donde el nombre de tu alma gemela aparece grabado en tu cuerpo. La marca de Nattasit Uareksit es borrada después de la muerte de su alma gemela. Años más tarde Nat se encuentra con alguien que tiene exactamente el mismo nombre que su fal...