CARTA #7: IRA.

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Amigo, hoy sali con Felipe, es una persona maravillosa, hemos ido a cenar como dos grandes amigos.

Me ha contado que tiene dos hermanos, uno mayor que él y el otro menor.

Me dijo, que su madre es la mujer de su vida, que solo en ella confia, que es su ejemplo a seguir. Que es una mujer luchadora que ha dado todo de ella, para sacarlos adelante a él y sus hermanos.

Amigo, él es de una familia humilde. Pero a pesar de eso, cuando me ofreci a pagar la cuenta, él parecio ofenderse e insistio en pagar.

No lo hice por mal, mucho menos queria humillarlo, solo me parecio que era lo correcto.

En cuanto salimos del restaurant, el parecia molesto. Le pregunte. Si se habia sentido mal por lo de hace rato.

Al fin lo hizo, me dedico una mirada, me miró con esos ojos negros, Son tan hermosos, tan brillantes. Me sonrió, tiene una sonrisa que enamoraria hasta mi padre, por decir algo. Pero lo mejor de todo fue cuando me tomo de la mano. El contraste que hace su piel morena con mi blanca piel, es perfecto.

Solo olvidemos eso, disculpa... es solo que estoy acostumbrado a pagar mis cuentas.

Esas fueron sus palabras, luego nos subimos a mi BMW, y emprendimos el camino a casa...

Lo lleve a la suya y luego cuando me vine para aca, el cuento de hadas acabó. Mi padre me esperaba en la sala de estar, sentado sobre el negro sofa, que decoraba la habitacion.

Hasta que al fin te dignas a llegar.

No respondi, solo ignore su voz, y camine a la cocina en busca de un vaso de agua.

Pero, eso parecio molestarle mas, me siguio y continuo gritando.

Marica, no sabes el asco que me da ser tu padre.

No podia creer lo que acababa de escuchar, perdi el control, quise tomar un cuchillo y apuñalarlo, pero controle un poco mis deseos al desatar mi ira de otra manera, arroje el vaso de vidrio, en el cual habia servido el agua contra la pared, esto ocasiono un fuerte impacto sobre él, todos aquellos trozos de vidrio rebotando de la pared y cayendo al suelo, junto al agua mojando la madera fina.

Mi madre salio del baño de inmediato, solo usaba una toalla, y su cara era de una gran preocupacion...

Que paso?

Pregunto instantaneamente,...

Nada; respondi y te vine a escribir, vine a desahogarme, a contarte mis luchas, mis peleas, mis miedos, mis alegrias;

mis instintos de asesino...

Alejandro: El diario de un asesino. #Wattys2015Donde viven las historias. Descúbrelo ahora