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Caminé tratando de no chocar con nada por qué todo estaba oscuro.

Entre a la cocina y suspire al ver todavía las últimas galletas, las tome y rápidamente subí a mi habitación, ahora no podía ordenar todo lo que abia comprado por qué si el despertaba vería que abia comprado algo y me volvería a exigir o más bien quitar el dinero aunque no llevaba mucho pero eso no importaba.

Cerré la puerta de mi habitación con seguro y me recosté en mi cama más calmado.

Me quite el abrigo que ya estaba mojado y lo puse en el baño, ahora no podía salir.

Puse las galletas en mi escritorio y lo que compré lo deje en mi cama mientras trataba de calentarme un poco.

Antes de poder quedarme dormido escuché ruidos fuertes en la planta baja de la casa, suspire al saber de quién se trataba pero no tenía ganas de ir y "ayudarlo" a volver a su habitación.

_Min YoonGi! ¡¿Donde estás pedazo de mierda?! Ven! _el empezaba a gritar y sabia que eso no era bueno. Los vecinos se quejarían y ya me abian advertido que si eso volvía a pasar me echarían de ahí.

Salí de mi habitación y baje mirando como el destrozaba las cosas.

_¿Puedes dejar de joder? Nos echaran de aquí. _hable más que todo molesto, ahora me importa muy poco recibir una paliza.

_Parece que extrañaste mis puños. _hablo y se acercó. Mire a los lados buscando algo con lo que defenderme.

Me golpeó y luego recibí golpe tras golpe sin quejarme o hacer una mueca, esto ya no dolía como antes.

El al poco tiempo se canso y luego sonrió, conocía esa sonrisa. Negué ahora asustado y trate de correr pero el me tomo del brazo haciendo que yo tropezara con mis propios pies.

El aprovecho esto y me recostó boca arriba, el se puso entre mis piernas a la fuerza y empezó a besar mi cuello mientras ponía mis dos manos arriba de mi cabeza, trate de forcejear y liberarme pero no podía.

_Maldito enfermo, suéltame! _hable pero solo recibí una bofetada.

_Cierra tu puta boca Min. Eres igual a tu madre, queriendo seducir a todos para después revolcarse con ellos. Eres tan sucio y asqueroso que deberías de agradecer que yo si puedo tomarte. _hablo y volvió besarme.

Yo dejé de moverme, deje de tratar de liberarme y dejé que el hiciera lo que quisiera, después de todo ya lo abia echo.

Solo podía sentir un nudo en mi garganta y las lágrimas bajando por mis mejillas mientras el me penetra.

Solo podía gritar y tratar de calmar mis sollozos.

Cuando acabo suspire pero pronto senti algo filozo atravesar mi entre pierna.

_Eres tan asqueroso. _hablo y se levantó para irse.

Por fin pude respirar y llorar como quería hacerlo, sabía que terminaría en algún momento pero ya no podía soportar que el hiciera eso.

Me senté tratando de apoyarme en mis brazos para que la herida no me doliera tanto.

Respire profundo hasta que regule mi respiración, me senté con cuidado y ahogue un quejido por el dolor en mi parte baja.

Trate de pararme y cuando lo conseguí camine a mi habitación con pasos lentos.

Cerré la puerta y camine hacia el baño. Me quite la ropa por completo y volví a meterme en la ducha mientras liberaba los quejidos que querían salir.

Cuando termine, salí de la ducha y tome la pequeña toalla para empezar a curar esa herida.

Me acerque al pequeño botiquín que tenía notando que  ya no tenía mucho con lo que curarme.

AMYGDALADonde viven las historias. Descúbrelo ahora