Capítulo "Fatima"

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El despertador suena, y con un suspiro, me doy cuenta de que es hora de levantarme para enfrentar otro día en la preparatoria. Me despierto cansada y con los ojos entre abiertos y llorosos.

Elijo la ropa que me pondré ahora, tomo mi toalla y voy directo al baño. Abro la regadera, y se que esto es incómodo para muchos, pero me afecta ver mi pene.

Cada vez que me miro al espejo, siento una profunda tristeza y una sensación abrumadora de disforia. Ver mis genitales masculinos contradice completamente quién soy en mi interior.

Me veo en el espejo y no tengo el cuerpo más hermoso del mundo. Y también con algo que me intimida y me hace vulnerable...

Eh estado tratando de amarme como soy, pues mi madre por más que me ah apoyado con todo, no me deja hacerme la penectomia. Es un tema muy delicado para ambos y, cuando toco el tema sólo me dice: "No hablaremos de eso hoy Samantha".

Ha sido un camino difícil, pero tengo un increíble sistema de apoyo a mi lado. Mis amigos y mi familia me aman incondicionalmente y me aceptan tal como soy. Me alientan constantemente a buscar ayuda profesional para lidiar con mis sentimientos y encontrar la paz con mi cuerpo.

En fin, salí de bañarme después de verme al espejo, me cambié y salí del baño.

Fui a buscar a mi madre con hambre.

-¡MAMÁ!

Hubo un silencio completo y nadie respondió.

Me dirigí hacia la cocina y para mi sorpresa había un Post It que decía:

"Tuve que irme más temprano a trabajar, tu padre te dejara hoy y te deje algo de comida en el refrigerador, te amo."

Ya estoy acostumbrada a que ellos sean así, pues, tienen trabajos con los que me mantienen en una casa... Y lo entiendo pero, quisiese más tiempo de ellos. También tienen a mi hermano el cual apenas tiene cinco años.

Cuando me di cuenta que nadie estaba en la casa, me dirigí al cuarto de mis padres.

-Aun sigues dormido...

Mire fijamente a mi padre que estaba acostado. Me fui en silencio y decidí no decir nada para irme yo sola, la escuela me queda cerca.

En el camino veo a algunos chicos en skate, que todos se veían muy apuestos... Hasta que noto a alguien muy peculiar.

-¿¡WILLIAM?!

Pensé. Me emocione tanto que la voz de mi cabeza se escuchó más fuerte.

-¿Que diablos hace el aquí? ¿Vive cerca? ¿Por que es tan apuesto? ¿Patina? ¿¡ESTÁ GUAPO?!

En ese momento mi cabeza era un remolino de ideas, mi cabeza estaba explotando, parece que estoy exagerando pero. Lo vi sin camisa y en Skateboard. Me pareció muy apuesto...

-¿¡ME GUSTA?!.

Pensé con mucha curiosidad. Apenas lo conozco, y ni si quiera sé nada de él...

Deje de pensar y solo seguí mi camino hacia la escuela. Vivo en un barrio común y corriente, los vecinos son buenas personas, excepto Robert, es un cuarentón gruñón que no convive con nadie y no le gustan los niños. Me hizo la vida imposible de niña.

Llegue a la escuela después de diez minutos y la primera clase que tenia un jueves era literatura. Soy yo o... ¿Todos los profesores de literatura son lo más calmado de este mundo?. Me pregunte a mi misma.

Antes de pasar a clase me doy cuenta de que esta Mark junto a una chica, pero no había lugar para mi entonces tuve que sentarme apartada de él.

Suena la campana y todos salían al receso.

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