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Decisions

Wally no durmió nada en toda la noche, estuvo pensativo, pensó acerca de todo un poco. Se preguntaba el por qué le ocurría todo esto a él, que si el amar a alguien tendría que ser tan doloroso. Se ponía de ejemplo la relación de Eddie y Frank y se preguntaba si ellos habrían pasado alguna situación similar antes de iniciar su relación, se preguntaba a si mismo si ellos en algún momento se pusieron a pensar en lo que serían hasta el momento si alguno de los dos hubiese rechazado al otro.

¿Acaso habrían terminado como él?

Se decía estúpido a si mismo y culpaba a su corazón por ser así de débil, por permitirse adquirir esa ridícula enfermedad. Odiaba ver las flores tiradas por toda la habitación, odiaba sentirse más cansado de lo normal a causa de la anemia por la falta de sangre que era causada por el mismo Hanahaki, se odiaba por no saber tomar decisiones rápido, no sabía realmente qué hacer:

Si arriesgarlo todo y declarar su amor con peligro de ser rechazado y probablemente morir por la dichoza enfermedad. O finalmente aceptar la operación que le salvaría la vida a cambio de volverse una completa marioneta sin emociones.

Se puso el puño en el pecho y se empezó a golpear. Se sentía abrumado, simplemente quería volver a ser la persona tranquila y feliz que era antes de que se enfermara.

Luego de todo eso, finalmente se agotó lo suficiente como para quedarse dormido en el piso del baño, no importándole las flores a su alrededor.

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A la mañana siguiente, empezó a abrir lentamente sus ojos mientras sentía algo suave moviéndole el hombro. Parpadeó un par de veces para acostumbrarse a la luz y finalmente voltear a ver de quien provenía ese tacto en su hombro.

Al finalmente enfocar al propietario de dicho toque, palideció completamente.

Barnaby yacía ahí con una expresión de preocupación en su rostro, ponía rápidamente sus patas en las mejillas de Wally - Oh, gracias al cielo has despertado, ¿te encuentras bien? ¿Qué es todo esto Wally?... - Preguntó haciendo referencia a todas las flores y manchas de sangre seca en la habitación.

Wally no respondió, sus ojos se mantenían en Barnaby, no sabiendo qué responder. ¿Debería decirle ahora? ¿Debería mentirle? ¿Qué mentira le diría? ¿Le creerá? ¿Qué hará?... Eran tan solo unas de las miles de preguntas que se formulaban en la mente de Wally.

Abrió un poco su boca, tratando de hacer que las palabras salieran, pero aún no sabía que decir. Sus labios temblaban, su respiración empezaba a agitarse dd a poco, mientras dirigía una de sus manos paa posarla por encima de las de Barnaby, las cuales se mantenían en sus mejillas.

Wally sintió una ola incómoda recorrer de su pecho a su garganta, sabía que las flores tratarían de salir nuevamente. En un intento fallido trató de que no saliesen, pero empezó a toser, se cubrió la boca con sus manos y trató de levantarse para huir de Barnaby, este lo detuvo, tomándole de los hombros y preguntando nuevamente - ¿Wally? Dime qué te pasa por favor, ¡me estás preocupando!... -

Wally se vió aprisionado, no teniendo más opciones, no podía evitarlo más, no podía seguir huyendo.

Era el momento por el cual había temido y sufrido durante un corto pero largo tiempo.

Dejó caer unas cuantas flores de su boca, mientras trataba de recuperar el aliento, y con una voz desgastada habló.

- Barnaby... Tengo algo que decirte -.

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